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Todo está en su cabeza - Aprovechar el nervio vago para mejorar la salud física

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Todo está en su cabeza
Aprovechar el nervio vago para mejorar la salud física


by: Liam LaTouche, ND

Mahaya Forest Hill Integrative Health
73 Warren Road, Suite 102
Toronto, ON M4V 2R9
info@liamlatouche.com
www.liamlatouche.com



Todo está en su cabeza - Aprovechar el nervio vago para mejorar la salud física




La conexión mente-cuerpo


Si alguna vez se ha sentido asustado o sobresaltado, como ocurre al anticipar la caída en una montaña rusa, habrá observado que el cuerpo y la mente están íntimamente conectados. A medida que se acercaba a la rampa, puede que haya experimentado ansiedad, y quizá también tensión muscular, manos sudorosas, sequedad de boca y una sensación de intranquilidad en el estómago (puede que incluso esté teniendo estos síntomas físicos recordando un acontecimiento pasado). Ahora, se está dando cuenta del impacto que un factor estresante mental o emocional puede llegar a tener en su cuerpo físico.

El concepto de la conexión mente-cuerpo – en concreto, que las aflicciones de la mente pueden contribuir a las enfermedades físicas y viceversa – no es nada nuevo. Y a pesar de eso, la medicina occidental todavía tiende a observar y tratar el cuerpo como un conjunto de partes aisladas e independientes. Por ejemplo, vemos cómo los problemas digestivos se tratan prestando atención solo al tracto gastrointestinal o cómo problemas de salud mental se tratan pensando únicamente en la química del cerebro. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando los síntomas del síndrome del intestino irritado se ven agravados por el estrés? ¿O cuando la ansiedad y la depresión mejoran tras corregir problemas de tipo digestivo? Aunque el enfoque fragmentado y compartimentalizado que se aplica a la medicina puede ser muy importante y útil a la hora de tratar algunos síntomas – especialmente, los de carácter urgente - no se considera en profundidad cómo el cuerpo funciona en conjunto para regularse a sí mismo y potenciar la salud. Afortunadamente, la investigación actual está explorando la idea tradicional que considera que el cuerpo es un sistema formado por partes interconectadas que trabajan al unísono para conseguir el equilibrio y fomentar la salud y la longevidad. Esto amplía nuestra comprensión de la conexión existente entre la mente y el cuerpo, y arroja luz sobre algunas valiosas aplicaciones clínicas de la medicina naturopática.

Estos son algunos ejemplos muy específicos de la conexión mente-cuerpo cuando se explora desde un punto de vista estrictamente físico. Pongamos por ejemplo la epilepsia abdominal, donde las descargas neurológicas disfuncionales en el cerebro (que normalmente se manifiestan como convulsiones) provocan dolor abdominal y otras trastornos digestivos.[1] También se ha identificado que la composición del microbioma intestinal – el conjunto de bacterias que pueblan el tracto digestivo – puede influir en el ánimo y el bienestar emocional.[2] Sin embargo, si nos fijamos en la conexión mente-cuerpo en un sentido más amplio – es decir, en cómo la percepción, estilo de vida, actitud y conciencia influyen en la salud física – puede que no siempre esté tan claro. Empíricamente, se entiende que estos hábitos y prácticas probablemente sean buenos para nosotros, pero ¿de verdad tienen un impacto positivo en nuestra salud? La respuesta corta es sí (una respuesta más larga la encontrará en a continuación en este artículo).

Para aquellos con una mente inquisitiva, esta pregunta se convierte en: ¿cómo están conectados la mente y el cuerpo? Los seguidores de la medicina tradicional china pueden argumentar que la respuesta reside en los diversos canales meridianos que pasan a través del cuerpo. Los profesionales de la medicina biorreguladora pueden explicar que la clave está en la matriz extracelular. Los osteópatas pueden señalar que el guardián es el sistema linfático. Los profesionales de la medicina funcional pueden apuntar al microbioma intestinal.

La experiencia me ha enseñado que rara vez hay una única respuesta para los complejos misterios relacionados con la fisiología humana. Así que, sin descartar los otros posibles mecanismos involucrados en este proceso, este artículo explorará el papel del sistema nervioso en la mediación en la salud a través de la conexión mente-cuerpo y lo que puede hacerse para sacar provecho de este sistema con el objetivo de mejorar la salud física.



El nervio vago – un jugador clave en la conexión mente-cuerpo


El nervio vago, el décimo nervio craneal, serpentea desde su origen en el tronco encefálico bajando hasta el cuello y pasando a través del pecho hasta llegar al abdomen. Al hacerlo, crea una importante red interconectada entre el cerebro y el sistema digestivo, los pulmones, el corazón, el hígado y los riñones. Aunque una pequeña parte de este nervio se relaciona con la función motora, la mayoría de las fibras de este nervio envían mensajes sensoriales al cerebro desde los órganos, para que el cerebro sea consciente del estado y función de estos órganos vitales.[3]

El nervio vago – un jugador clave en la conexión mente-cuerpo

El nervio vago juega un papel importante en la regulación de la actividad parasimpática.[3] La mayoría de la gente conoce la actividad simpática del sistema nervioso – a la que a menudo se conoce como la reacción de lucha o de huida – que representa la otra cara de la moneda. El sistema simpático es la respuesta innata a estímulos estresantes y nos permite enfrentarnos de manera adecuada a situaciones potencialmente amenazantes. Por ejemplo, si está conduciendo y una ardilla salta a la carretera, su sistema simpático aumentaría su actividad para permitir una respuesta rápida y precisa que se encargaría de mantenerles a salvo tanto a usted como a la ardilla. Por el contrario, el sistema nervioso parasimpático juega un papel importante en la relajación que sigue a cualquier acontecimiento estresante – que a veces se conoce como la respuesta de descanso y digestión. El equilibrio de estos dos sistemas es uno de los principales pilares de la salud.

Así como las personas presentan individualidad en apariencia y personalidad, también existe variabilidad en el tono vagal de una persona a otra. El tono vagal es un índice de la actividad parasimpática y se mide indirectamente a través de la variabilidad de la frecuencia cardíaca en relación con la respiración.[4] Cuando se inhala aire, el nervio vago está menos activo y la frecuencia cardíaca se eleva para nivelar el suministro de oxígeno con la demanda del cuerpo. Cuando se exhala aire, el nervio vago está más activo y la frecuencia cardíaca se ralentiza. Mediante esta evaluación, un tono vagal más alto se representa por una mayor diferencia en la frecuencia cardíaca entre inspiración y espiración. Las personas que tienen un tono vagal más bajo no se relajan tan eficazmente ni tan rápidamente después de un acontecimiento estresante, mientras que aquellas personas con un tono vagal más alto se recuperan de manera más efectiva.



El nervio vago – un jugador clave en la conexión mente-cuerpo

El tono vagal y la salud física


El papel del tono vagal en la función cardíaca está bien documentado, pero su papel en otros aspectos de la salud y en la alostasis general – donde consigue la estabilidad mediante el ajuste de nuestros sistemas internos – está recibiendo cada vez más atención.

Las pruebas sugieren que una disminución del tono vagal se asocia con niveles de azúcar en la sangre desregulados (un factor de riesgo para diabetes, enfermedades cardiovasculares, derrames cerebrales, enfermedades renales y patologías oculares), un aumento de los niveles de cortisol (hormona del estrés y mediador en un gran número de problemas de salud) y un aumento de moléculas proinflamatorias (un mecanismo subyacente de varias enfermedades crónicas degenerativas como las enfermedades cardíacas y la artritis reumatoide).[5] Otros estudios han investigado cómo personas con un tono vagal bajo que sufrieron un ataque al corazón tienen un peor pronóstico y cómo individuos con ansiedad y depresión han aumentado la actividad simpática.[6][7]

Debido al gran número de órganos con los que interacciona el nervio vago, un tono vagal bajo ha sido relacionado con un gran número de complicaciones y estados patológicos. En lugar de enumerar todas las potenciales complicaciones de salud que se han estudiado y asociado con un tono vagal bajo, el propósito de este artículo es ir más allá e indicar que reflejan disfunciones de los procesos reguladores del cuerpo que trabajan de manera secundaria para mantener la salud general. Se puede entender mejor de esta manera: imagine que la contaminación llega a un río importante que alimenta a varios arroyos; es inútil intentar limpiar solo un arroyo individual, porque los verdaderos resultados se obtendrían al concentrarnos en el origen del problema que se encuentra río arriba.



Fomentar un tono vagal óptimo


El tono vagal tiene por naturaleza un carácter regulador. Teniendo en cuenta que la medicina naturopática se centra en apoyar la capacidad que tiene el cuerpo para alcanzar y mantener un equilibrio y curarse a sí mismo, es uno de los objetivos más atractivos e importantes de la terapia.

Con la ayuda de los avances tecnológicos, el nervio vago puede ser estimulado mediante el uso de un dispositivo implantado. Esto se lleva a cabo en instalaciones médicas convencionales y se ha usado como tratamiento complementario en epilepsia obteniendo resultados desiguales, y en depresiones crónicas o recurrentes resistentes al tratamiento con resultados prometedores.[8][9] Otras investigaciones adicionales están explorando su posible uso en patologías como la esquizofrenia, la enfermedad de Alzheimer, el trastorno obsesivo compulsivo, el trastorno de la personalidad, el trastorno de estrés postraumático y la fibromialgia. Sin embargo, puede haber efectos secundarios, incluyendo, entre otros, una tos seca inducida por el habla o el ejercicio ligero.[10]

Desde una perspectiva naturopática, se han examinado varias consideraciones de tratamiento: yoga, fomento de emociones positivas y relaciones sociales, meditación, respiración profunda y exposición al frío. Esto no es una lista exhaustiva y hay muchas otras maneras de aprovechar el nervio vago para fomentar la salud. Sin embargo, la mayoría de las personas puede beneficiarse de estas estrategias y no depender necesariamente de supervisión médica.

Desde el punto de vista del cuerpo a la mente, practicar yoga puede influenciar de manera positiva el tono vagal y la regulación GABA (bajos niveles del neurotransmisor GABA que se han asociado con la ansiedad y otros problemas neurológicos) para promover mejoras en la depresión, la epilepsia y el trastorno de estrés postraumático.[11] It’s All In Your Head - Harnessing the Vagus Nerve to Boost Physical HealthSi tenemos en cuenta la parte de la mente al cuerpo, el tono vagal aumentó a consecuencia de las relaciones sociales y la generación de emociones positivas mediante la práctica de una meditación de amor universal.[12] Además, se ha demostrado que una respiración lenta y profunda (6 respiraciones por minuto) influye positivamente en el tono vagal.[13] Esta práctica puede realizarse de manera independiente o mediante ejercicios de yoga. Finalmente, algo que podría no ser muy tentador, dependiendo de la zona en la que viva y de la época del año, es la exposición al frío, que hace que el cuerpo reduzca la respuesta simpática y aumente la respuesta parasimpática, usando al nervio vago como mediador.[14] En realidad, cualquier exposición aguda al frío puede desencadenar esto, pero una manera fácil de hacerlo sería terminar su ducha diaria con 30 segundos de exposición al agua fría. Afortunadamente, estas estrategias naturopáticas no solo ayudan al tono vagal sino que también reportan beneficios adicionales en la forma física, actitud y bienestar general de los que podría beneficiarse la gran mayoría de la población.

Para subrayar de nuevo lo más importante, el objetivo final es optimizar el tono vagal para que favorezca mejor la capacidad que tiene el cuerpo de regularse y curarse a sí mismo. Como ya se ha indicado, los individuos que tienen un tono vagal más alto están más sanos físicamente, mentalmente y emocionalmente; tienden a tener un riesgo menor de enfermedades cardiovasculares, una mejor concentración y mejores habilidades de memoria, más empatía y relaciones sociales más cercanas.

Es importante tener en cuenta que la investigación en este campo se encuentra todavía en proceso de expansión. Por el momento, está cada vez más claro que el papel del nervio vago en la regulación parasimpática es tan solo una parte de un modelo más amplio y complejo de equilibrio alostático y promoción de la salud. Como ya mencioné anteriormente, rara vez hay una única respuesta para una pregunta compleja. Por lo tanto, estas técnicas pueden ayudar a conseguir un buen estado general de salud y bienestar, pero también hay muchas otras maneras de promover una vitalidad óptima. Su doctor naturópata puede guiarle a través de las estrategias más apropiadas para sus necesidades y objetivos específicos, y ayudarle a desarrollar plenamente su potencial.