En un reciente estudio piloto abierto [1], un grupo de investigadores del Centro de Estudios de Neurociencias y el departamento de Psiquiatría de la Universidad de Queen realizó una intervención en un grupo de 10 pacientes diagnosticados con trastorno depresivo mayor (TDM). El tratamiento duró 8 semanas y consistió en un suplemento probiótico que contenía Lactobacillus helveticus R0052 y Bifidobacterium longum a una dosis de 3 x 109 UFC una vez al día. Los datos se recopilaron al inicio, la semana 4 y la semana 8. Los resultados se midieron con varias escalas de depresión clínica y cuestionarios de autoinforme. A las 4 semanas hubo mejoras significativas en los síntomas clínicos afectivos, y estos efectos se mantuvieron en la semana 8. También hubo mejoras significativas en la calidad del sueño en la semana 8 y no hubo efectos adversos por la suplementación. Si bien el tamaño de la muestra es pequeño, estos hallazgos sugieren una base para ensayos clínicos más grandes controlados con placebo sobre el uso de probióticos para los síntomas de depresión. Lo que es único es que este estudio investigó los probióticos como monoterapia estándar para personas que no toman antidepresivos.