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Hormonas para una piel sana

Español

Un enfoque naturopático
By Line: Dr. Anne Hussain, ND
www.annehussain.com








Hormones for Healthy Skin

La mayoría de nosotros hemos escuchado que la piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo. Nuestra piel juega un papel crucial en la protección contra patógenos y elementos, nos ayuda a eliminar el material de desecho, regula la temperatura corporal y transmite mensajes a través de la sensación del tacto. Es un órgano complejo que se ve afectado por nuestros entornos internos y externos, y no podemos hablar de la piel sin hablar de otros sistemas de órganos.

Comencemos por analizar algunas de las principales hormonas y el impacto que tienen en nuestra piel.


Las hormonas tiroideas

La triyodotironina (T3) y la tiroxina (T4) son hormonas producidas por nuestra tiroides cuando la hormona estimulante de la tiroides (TSH) transmite a la tiroides que el cuerpo necesita T3 y T4. La tiroides es responsable de una variedad de funciones en el cuerpo; la mayoría de nosotros sabemos que necesitamos que nuestra tiroides funcione correctamente para nuestro metabolismo y niveles de energía. Sin embargo, la tiroides también juega un papel crucial en la regulación de nuestras otras hormonas. Algunos de los cambios en la piel que se pueden ver cuando hay una disfunción de la tiroides incluyen:

  • piel reseca o grasosa;
  • piel gruesa;
  • enrojecimiento y picazón;
  • aumento del acné; y
  • urticaria.

El estrógeno y la progesterona

Los niveles de estas dos hormonas no solo son importantes de manera independiente, sino que también son cruciales en relación recíproca. El estrógeno típicamente tiene dos picos durante el ciclo menstrual, mientras que la progesterona tiene uno.

El exceso de estrógeno, también conocido como predominio de estrógeno, puede producir una variedad de síntomas que generalmente se deben a altos niveles de estrógeno, pero también a niveles relativamente bajos de progesterona.[1] Este cuadro de síntomas generalmente se presenta con lo siguiente:

  • acné alrededor de la línea de la mandíbula;
  • incremento en la producción de grasa y sebo en la piel; e
  • inflamación de la piel de carácter cíclico.

Por otro lado, el estrógeno bajo, que es parte del proceso de envejecimiento, trae su propio conjunto de problemas como:

  • disminución de la elasticidad y aumento de las arrugas;
  • aumento de la fragilidad de la piel;
  • pérdida de la estructura y aumento de la flacidez; y
  • reducción de la retención de humedad y aumento de la resequedad.

La testosterona

Conocida generalmente como la hormona masculina, la testosterona es importante tanto para hombres como para mujeres.[2] En las mujeres, los niveles altos de testosterona, generalmente denominados andrógenos altos, pueden conducir a:

  • una producción excesiva de sebo;
  • aumento del acné; e
  • hirsutismo (exceso de crecimiento del vello).

Estos son los síntomas que se ven usualmente en el SOP.


El cortisol

Esta hormona del estrés es producida por nuestras glándulas suprarrenales, que son dos glándulas que se encuentran encima de nuestros riñones. El cortisol ayuda a activar nuestra respuesta de lucha o huida, regula la inflamación y la presión arterial, administra la utilización de nuestras fuentes de combustible y es responsable de nuestro ciclo de sueño y vigilia. Nuestras glándulas suprarrenales producen cortisol diariamente y cuando surge la necesidad, nuestros cuerpos producen más, aunque a veces nuestros cuerpos tienen dificultades para cumplir con nuestra demanda. Las altas cantidades de estrés no controlado, ya sea fisiológico o mental / emocional, pueden conducir a la desregulación del cortisol.[3] Los efectos que esto tiene en nuestra piel pueden ser los siguientes:

  • incrementa la producción de sebo y las respuestas inflamatorias de la piel como el acné, la rosácea, el eccema y más;
  • tez apagada y un aumento de las arrugas;
  • mala sanación y cicatrización de heridas; y
  • aumento del herpes labial, el acné, el eccema, las infecciones por hongos y más, debido a que el microbioma de la piel ha cambiado y nuestro sistema inmunológico no funciona bien.

La insulina

Esta es la hormona responsable de la regulación del azúcar en la sangre. Una frase que comúnmente vemos y escuchamos es la “resistencia a la insulina”, que es cuando nuestros tejidos no responden a la insulina como lo harían usualmente.[4] Normalmente, la insulina disminuye nuestros niveles de azúcar en la sangre al ayudar a que el azúcar penetre en nuestros tejidos, donde puede ser utilizada o almacenada. Cuando la resistencia a la insulina se convierte en un problema como en la diabetes y el SOP, se observan los siguientes cambios en la piel:

  • aumento de los papilomas cutáneos;
  • aumento del acné y el hirsutismo (exceso de crecimiento del vello);
  • piel oscura y gruesa (acantosis nigricans); y
  • afecciones inflamatorias como la psoriasis.

Cómo lograr y mantener una piel y hormonas saludables
Dieta y nutrición Hormones for Healthy Skin

Consume productos de colores variados: las frutas y las verduras tienen muchas vitaminas y minerales, y son ricas en antioxidantes. No solo eso, sino que las frutas y verduras también proporcionan a nuestro cuerpo compuestos que apoyan los procesos de desintoxicación a través de nuestro hígado y respaldan el metabolismo de nuestras hormonas.

Compra productos orgánicos cuando sea posible: los pesticidas pueden alterar nuestras hormonas, aumentar nuestra carga tóxica, aumentar la inflamación e incluso ser cancerígenos. El Grupo de Trabajo Ambiental publica una lista anual de la “Docena sucia” conformada por las frutas y verduras que tienen el mayor contenido de pesticidas y que deben comprarse orgánicas.[5]

Determina a qué alimentos eres sensible y apoya tu salud intestinal: la mayor parte de nuestra inflamación proviene del intestino; cuando la eliminación a través del intestino no ocurre normalmente, nuestras hormonas y la piel sufren. Las reacciones de sensibilidad a los alimentos se han asociado comúnmente a afecciones de la piel como la rosácea, el eccema, la psoriasis, la urticaria y el acné. Una dieta de eliminación o una prueba de sensibilidad a los alimentos puede ayudar a determinar a qué alimentos eres sensible para disminuir la inflamación, optimizar las hormonas y lograr una piel radiante. Los desencadenantes alimentarios más frecuentes de las afecciones de la piel son los lácteos, los huevos, el maíz, el maní y el trigo.

Mantén una dieta rica en fibra: la fibra no solo garantiza la eliminación adecuada a través de nuestro tracto digestivo, ¡sino que algunos tipos de fibra también se unen a las toxinas y los metabolitos hormonales y los extraen del cuerpo! Las semillas de linaza molidas, los granos enteros, las frutas y los vegetales, y las semillas de chía son todas buenas opciones.

Bebe agua: ¡No hace falta decir más!

Consume las proteínas y grasas adecuadas: forman la base de nuestras hormonas y tejido conectivo y también son necesarias para la reparación y la hidratación.

Evita / minimiza el consumo de azúcar refinado: ¡El azúcar refinado no solo suprime tu sistema inmunológico, sino que también aumenta tu insulina!

Suplementos y hierbas

(con la orientación de un profesional de la salud)

Hormones for Healthy Skin

La vitamina C, el zinc y la vitamina A son ejemplos de suplementos que se pueden tomar para apoyar la salud de la piel y el recambio de células de la piel. Comer frutas, verduras, nueces y semillas proporcionará algunos de estos nutrientes, pero a veces necesitamos más que eso.

El té de menta verde puede disminuir las afecciones de la piel causadas por los altos niveles de testosterona; también pueden hacerlo hierbas como la serenoa y la raíz de ortiga.

Hierbas como el árbol casto y el cohosh negro pueden apoyar la progesterona y el estrógeno.

Las hierbas adaptogénicas como la rodiola, el regaliz y la albahaca sagrada pueden apoyar a nuestras glándulas suprarrenales y, a su vez, a nuestro cortisol, hormonas sexuales y función tiroidea.

Aparte de la medicación, podemos apoyar nuestra tiroides con selenio, zinc, yodo, hierro, vitamina D y hierbas de L-tirosina como ashwagandha y rehmannia.

Las hierbas que ayudan al hígado, como el cardo mariano, la raíz de diente de león y la bardana, pueden contribuir a los procesos de desintoxicación y al metabolismo hormonal.

Productos de cuidado personal, maquillaje y otras consideraciones

Lo que pones sobre tu cuerpo y cómo lo tratas es tan importante como lo que pones dentro tu cuerpo.

Evita los metales pesados, los productos químicos agresivos y los alteradores endocrinos: estos se encuentran con frecuencia en los productos de cuidado personal y de maquillaje, y van desde plomo y talco hasta BPA y triclosán. Mantente alejado de estos productos químicos, ya que pueden interferir con tus hormonas, aunque los estés aplicando por vía tópica. La base de datos Skin Deep Cosmetics del Grupo de Trabajo Ambiental es un buen punto de partida para consultar los datos de seguridad de los ingredientes utilizados en los cosméticos.[6]

Usa productos de origen vegetal: las plantas están llenas de antioxidantes y son una excelente manera de proteger y nutrir nuestra piel. El té verde, la lavanda, el aceite de onagra, el resveratrol, el aceite de jojoba, la avena: todos estos son excelentes ingredientes para tu piel, pero consulta a un profesional para ver qué es lo más conveniente para ti.

Descubre la piel fresca: la exfoliación, ya sea con un peeling suave o con hidroxiácidos como los AHA y BHA, puede ser extremadamente útil para mantener la piel flexible y radiante.

Muévete regularmente: el ejercicio y el movimiento apoyan los procesos de desintoxicación y eliminación, mejoran la calidad del sueño, aumentan la circulación y los niveles de energía y mejoran el estado de ánimo, todo lo cual es de mucha ayuda para las hormonas y la piel.

Duerme lo suficiente: si no dormimos bien, nuestras hormonas se vuelven locas, la inflamación aumenta, la producción de sebo puede aumentar y nuestro sistema inmunológico se vuelve menos resistente.

Cuida tu mente: nuestro diálogo mental, nuestras reacciones y niveles de estrés tienen un impacto en nuestra fisiología. Expresar las emociones, hacer actividades que nos hagan felices, no forzarnos demasiado y ser amables con nosotros mismos son aspectos muy importantes para nuestras hormonas, piel y bienestar general.

Busca ayuda profesional: siempre es prudente trabajar con un profesional de la salud que pueda tratar las hormonas y los problemas de la piel.