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Más allá de la tristeza: Depresión postparto

Melvia Agbeko
BSc, ND
https://www.ccnm.edu
31 Mayo 2016
Español

Depresión postparto

by Dr. Melvia Agbeko, BSc, ND

Trinity Health Clinic
516-220 Duncan Mill Road
Toronto, ON
M3B 3J5

www.melviaagbekond.com
www.trinityhealthclinic.com



Beyond the Blues - Postpartum Depression

INTRODUCCIÓN


La maternidad puede ser una experiencia emocionante y feliz. PERO, ¿y si, en lugar de felicidad y alegría, lo que siente la nueva madre es irritación y ganas de llorar todo el tiempo, sin poder entender el motivo? ¿Qué pasa si, al ver a su bebé, en lugar de emoción tiene sentimientos negativos y preocupaciones de que pueda lastimarlo? ¿Y qué pasaría si, en lugar de felicidad, tuviera pensamientos suicidas? A esto se añade la vergüenza, la confusión y el miedo de creer que esto solo le está ocurriendo a ella. Esto es una realidad para aproximadamente el 13% de las mujeres que dan a luz (1).

Los trastornos del estado de ánimo después del parto se dividen en tres categorías principales: tristeza postparto, depresión postparto (PPD por sus siglas en inglés) y psicosis postparto.

Tristeza postparto

Aunque la tristeza postparto es muy común después del embarazo, incluyendo síntomas como llanto, desánimo, trastornos del sueño, cambios en el apetito y ansiedad, la naturaleza de este problema es temporal y transitoria. La capacidad de la madre para cuidar a su bebé y funcionar con eficiencia no está limitada ni se ve afectada negativamente. Se estima que de 30 a 75%, e incluso hasta 85% de las mujeres experimentan esa tristeza en algún punto, pero dura poco (13).

Depresión postparto

Si bien la ansiedad, el llanto y la somnolencia típicos de la tristeza postparto a menudo son transitorios, los síntomas de la depresión no deben ignorarse. La principal diferencia entre estas dos manifestaciones es la severidad de los síntomas experimentados por la nueva madre. Cuando parece haber una preocupación franca de que la madre no puede cuidar a su recién nacido debido a negligencia, pensamientos suicidas o cambios de conducta que pueden considerarse indicios de que pueda lastimar al bebé o a ella misma, y son más duraderos, entonces la madre está sufriendo PPD (13). Otros síntomas comunes incluyen sentimientos de inutilidad, culpa, lasitud, pérdida de placer, sueño prolongado, cambios en el apetito y en el peso. Estos síntomas aumentan en intensidad y se vuelven más permanentes y consistentes, sin embargo, se deben realizar pruebas para confirmar las sospechas clínicas. A menudo este tipo de depresión se presenta dentro de los primeros tres meses después de haber dado a luz, pero cualquier síntoma que aparezca durante el primer año también se considera parte de esta manifestación.

Psicosis postparto

En el otro extremo del espectro, la psicosis postparto se presenta de forma severa y rápida.

EN UN LAPSO DE DOS SEMANAS o DENTRO DE DOS SEMANAS, las psicosis, los delirios y las alucinaciones se hacen evidentes y el estado de ánimo puede fluctuar de forma bastante rápida y frenética.

La madre se siente confundida, desorientada y extremadamente ansiosa. Estos síntomas le dificultan a la madre entender la experiencia y pueden ser muy duros en general. Las consecuencias para la salud y el bienestar tanto de la madre como del niño pueden ser drásticas, especialmente si se les deja sin supervisión. El desarrollo y los cambios de conducta pueden surgir posteriormente en el niño.


Screening EXAMEN

Para determinar si en realidad una mujer está sufriendo PPD, con frecuencia se administra una evaluación de la Escala de depresión postparto de Edimburgo (EPDS). Cabe señalar que incluso antes de que se realice esta evaluación, es común que los familiares de la mujer YA hayan notado cambios en su estado de ánimo y conducta. Esta autoevaluación brinda un indicador aún mejor de la patología que las escalas convencionales que evalúan la depresión (por ejemplo, el inventario de depresión de Beck). La prueba contiene 10 preguntas que la mujer debe responder en un ambiente tranquilo, para determinar su riesgo. Sin embargo, el inconveniente de esta evaluación es su incapacidad para determinar la severidad. Por lo tanto, las evaluaciones clínicas y el criterio médico también son muy importantes. Una puntuación de más de 10 en intervalos de tiempo específicos puede indicar la presencia de PPD.


¿POR QUÉ OCURRE?

No se comprende completamente la causa de la depresión postparto. Sin embargo, algunos factores de riesgo comunes incluyen los cambios hormonales, procesos inflamatorios dentro del cuerpo, sistemas de apoyo social deficientes, eventos estresantes de la vida, una predisposición personal o familiar o antecedentes personales o familiares de depresión o ansiedad; siendo los indicadores más fuertes el historial previo de depresión durante el embarazo, una mala relación con el cónyuge o pareja, un bajo nivel de apoyo social y eventos o experiencias estresantes de la vida.

Hormonal Influences Influencia hormonal

Durante el embarazo, los niveles de progesterona se mantienen altos para promover el desarrollo del feto. Los niveles de estrógeno son bastante constantes. Durante el trabajo de parto, el cuerpo produce oxitocina para estimular el parto y los niveles de prolactina aumentan para que el recién nacido pueda ser amamantado. La oxitocina también ayuda a crear un nexo entre la madre y el recién nacido (5). Los niveles de testosterona tienden a tener poca influencia en el embarazo y en el trabajo de parto. Sin embargo, en un estudio se encontraron altos niveles de testosterona en mujeres que también estaban sufriendo PPD (9). Los niveles tendieron a mantenerse altos en estas mujeres incluso un día después del parto, indicando que esta hormona puede tener una influencia en la depresión postparto.

La función de la tiroides también es muy importante en el embarazo. Bajos niveles de tiroides pueden aumentar el riesgo de depresión y trastornos del estado de ánimo (6). Se encontraron altos niveles de TSH (baja función de la hormona tiroidea) en mujeres que sufrieron PPD, lo que indica que es importante abordar cualquier preocupación sobre la tiroides, especialmente durante el embarazo (6).

Cambios inflamatorios

Hay muy poca información sobre el rol que juegan los niveles altos de inflamación en el riesgo de la depresión postparto. Sin embargo, una manera de evaluar la inflamación es observando los niveles de homocisteína en el cuerpo. Las vitaminas B1, B6, B9 y B12 son importantes para mantener un embarazo sano y para el desarrollo del sistema nervioso y los órganos del feto. Cuando los niveles de homocisteína aumentan, los niveles de las vitaminas disminuyen y esto puede afectar el estado de ánimo. En un estudio se encontró que dentro de las primeras seis semanas después del parto, los niveles de homocisteína en la sangre se mantenían altos indicando altos niveles de inflamación en el cuerpo. Además, los niveles de serotonina tienden a ser más bajos en la primera semana después del parto, y esto se asoció con un desánimo general en todas las madres estudiadas (8), lo que puede ayudar a explicar las dificultades que experimentan las nuevas madres que sufren PPD.

Nuevas áreas de investigación están estudiando los efectos de eventos estresantes en la infancia de una madre y su tendencia a la depresión más adelante en su vida. Los eventos estresantes pueden estimular una cascada de moléculas inflamatorias que básicamente vuelven a la madre más propensa a desarrollar depresión durante o después del embarazo más adelante en su vida (7). Estos estudios posiblemente arrojarán luz sobre qué vías están comúnmente afectadas en las mujeres que tienden a sufrir PPD.

Sistemas de apoyo

El apoyo es un componente necesario para cualquier mujer embarazada. Aunque el apoyo de los familiares cercanos y amigos es importante, las parejas íntimas y el apoyo que ellas brindan superan con creces ese efecto sobre la nueva madre. El apoyo de la pareja ayuda a la nueva madre a sentirse equilibrada e impacta de forma positiva su estado de ánimo y hormonas (13). Sin embargo, cuando hay una falta de armonía en las relaciones íntimas, e incluso violencia y maltrato, el riesgo de la depresión postparto puede aumentar significativamente.

Antecedentes personales o familiares

Un historial previo de depresión también puede aumentar el riesgo de la depresión postparto. Cuando una mujer ha sufrido de depresión antes (postparto o en general), tiene más probabilidad de experimentarla en los siguientes embarazos (13). Asimismo, el hecho de que un familiar, a menudo la madre o el padre, tenga antecedentes de depresión o ansiedad también puede aumentar el riesgo de la nueva madre de sufrir PPD.


Management TRATAMIENTO

El enfoque naturópata para cualquier problema es holístico e individual. Abarca múltiples aspectos de la salud, incluido el estado físico, mental y emocional. Las siguientes son consideraciones muy generales que han demostrado ser beneficiosas para algunas mujeres que sufrieron PPD.

Suplementos nutricionales

Ácidos grasos Omega 3 – se anima a las mujeres embarazadas a comer 1-2 porciones de pescado graso (por ejemplo, salmón y sardinas), que contienen los ácidos grasos esenciales EPA (ácido eicosapentaenoico) y DHA (ácido docosahexaenoico). Las semillas de linaza y chía también son fuentes ricas en Omega-3. Comer pescado no necesariamente previene la aparición de PPD, ya que hay muchos factores en juego, pero niveles más altos de Omega-3 tienden a promover la salud del sistema nervioso y del cuerpo en general (10). También puede ayudar con los cambios inflamatorios que afectan la regulación de los estados de ánimo.

La S-adenosil-L-metionina (SALM) se produce naturalmente en el cuerpo cuando hay suficiente ácido fólico y B12 en el cuerpo. La vitamina B12 se encuentra a menudo en proteínas animales y el ácido fólico promueve el desarrollo saludable del sistema de energías centrales. La SALM protege contra la oxidación, la inflamación y la depresión, todos factores importantes para ayudar a una mujer que padece PPD (10).

El ácido fólico-folato ayuda a convertir la homocisteína en metionina. Las mujeres con PPD a menudo presentan bajos niveles de folato, lo que aumenta aún más el riesgo (10). El folato es muy importante para promover el sano desarrollo del cerebro, la médula espinal y los nervios del recién nacido.

Plantas

La hierba de San Juan - su componente activo, la hiperforina, demuestra tener un buen beneficio para aliviar los síntomas depresivos en general, pero también para las mujeres que sufren PPD (10). Además, los estudios realizados con una infusión de lavanda dieron como resultado una mejora inmediata del sueño, disminución de los efectos depresivos y menos fatiga (11). También se observó que el té de manzanilla ayuda a mejorar la calidad del sueño de las nuevas madres (12)

Estilo de vida

Ejercicio – el ejercicio ligero como el yoga ha demostrado beneficiar más a las mujeres con PPD que las sesiones de apoyo social sin supervisión. Las mujeres que practicaron yoga por 20 minutos a la semana experimentaron niveles más bajos de depresión y ansiedad (2). Los niveles de cortisol también disminuyeron en general. Adicionalmente, la práctica de la escritura expresiva por parte de la nueva madre redujo los síntomas de depresión y angustia postparto (3).

En la medicina tradicional china, la PPD puede considerarse como un desequilibrio entre el yin y el yang y por lo tanto, el tratamiento correspondiente (la alimentación, la acupuntura y las hierbas TCM) se usa para solucionar el problema de manera acorde e individual. En general, el cuidado propio de la nueva madre y el apoyo de todos los que viven en el hogar ofrecen un efecto equilibrante para que la madre pueda reducir la intensidad y severidad de su problema.


DISCUSIÓN

Hay muchos factores que contribuyen a que una mujer sufra depresión postparto. En la medicina naturópata, el objetivo es tratar al individuo de manera holística y entender las razones de la manifestación. Es importante consultar con su médico naturópata y equipo de atención médica para abordar los problemas de la manera que corresponde. Para las mujeres que padecen PPD, las recomendaciones generales incluyen obtener sistemas de apoyo sanos, reconocer la incomodidad y el problema que están enfrentando y favorecer diferentes aspectos de su cuidado propio como el ejercicio ligero, una buena higiene del sueño y una nutrición sana, además de cualquier inquietud individual que puedan tener.