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Preeclampsia - Tratamientos Naturales

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Preeclampsia - Tratamientos Naturales
Escrito por: Ashley Kowalski, HBSc, ND

Hampton Wellness Centre
1419 Carling Avenue Suite 209
Ottawa, ON K1Z 8N7

www.ashleykowalskind.com



Preeclampsia - Tratamientos Naturales




¿Qué es?

La preeclampsia es una condición potencialmente mortal que se produce después de las 20 semanas de gestación que es durante el tercer trimestre de embarazo. Hay dos subtipos: la preeclampsia de aparición temprana de se produce antes de las 34 semanas de gestación, mientras que la de aparición tarde se produce después de la semana 34. Esta condición también puede ocurrir días después del parto. Aunque es poco común, la preeclampsia se produce en aproximadamente el 5-7% de todas las mujeres embarazadas; y debe tomarse atención medica inmediatamente ya que la condición es lo suficientemente grave como para poner en peligro la vida de la madre y dañar el feto. Si la preeclampsia no se gestiona correctamente, tiene el potencial de progresar a eclampsia. La eclampsia es más peligrosa que la preeclampsia; las estadísticas muestran que la eclampsia ocurre en el 3% de los casos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente 100.000 mujeres mueren anualmente de preeclampsia y sus complicaciones. Es actualmente la principal causa de mortalidad y morbilidad materna y fetal en todo el mundo.[2]


Causas

La causa subyacente definitiva de la preeclampsia no se conoce en este momento. Sin embargo, hay varios factores que juegan un papel en su patogénesis: una historia de resistencia a la insulina; tener sobrepeso; la falta de ejercicio; el exceso de ingesta de azúcares y alimentos de alto índice glucémico; aumento de la producción de radicales libres; disminución de los niveles de antioxidantes; aumento de los niveles de homocisteína; pobre flujo de sangre a la placenta y otros órganos (que conduce a la constricción de los vasos sanguíneos); deficiencias nutricionales (especialmente de calcio, magnesio, ácidos grasos omega-3, arginina, y proteína); así como el estrés emocional y la dominancia del sistema nervioso simpático (3).[3]

Varios factores de riesgo lo ponen a uno en mayor riesgo de desarrollar preeclampsia: los que tienen una historia previa o familiar de preeclampsia; las mujeres menores de 20 o mayores de 35 años de edad; mujeres nulíparas; y los embarazos múltiples. Además, las personas con presión arterial alta antes o durante el embarazo, y con diabetes o un fuerte historial familiar de ella, tienen una mayor probabilidad de desarrollar preeclampsia (3).[3]

Algunas fuentes tienen la teoría de que un desequilibrio entre el tromboxano A2 (vasoconstrictor y agregador de plaquetas) y la prostaciclina (vasodilatador) puede existir en pacientes pre-eclampsia. Otra teoría es que la invasión trofoblástica anormal de las arterias espirales, lo cual resulta en una falla en el oxígeno que se entrega a la placenta y el feto, y posteriormente se produce una lesión endotelial que es responsable de la manifestación de los síntomas de preeclampsia. Por lo tanto, la pre-eclampsia se manifiesta como una respuesta vascular anormal a la formación de la placenta. Se caracteriza por un aumento en la resistencia vascular sistémica, un aumento en la activación plaquetaria, la activación del sistema de coagulación, y la disfunción de las células endoteliales. Disfunción de la célula endotelial es responsable de la inflamación que se ve en la pre-eclampsia. Se cree que la respuesta inflamatoria causa síntomas de hipertensión y proteinuria. La preeclampsia ha sido considerada como un síndrome mediado por el sistema inmune, ya que las mujeres con preeclampsia muestran altos niveles de citoquinas inflamatorias y auto-anticuerpos en circulación.[7]


Prevención Prevención

La preeclampsia es el resultado de un estado de malnutrición durante el embarazo. Se puede prevenir al hacer modificaciones en la dieta y el estilo de vida. Se recomienda que las mujeres que planean concebir, o quien han concebido, coman comidas con un alto contenido de calcio y consuman 60 a 80 gramos de proteína al día. Las fuentes de proteínas deben incluir nueces, semillas, frijoles, tofu, pollo orgánico y huevos. Evite las grasas saturadas y trans, así como los aceites vegetales (que son ricos en ácidos grasos omega-6 inflamatorios) Se alienta a las mujeres a consumir hidratos de carbono complejos que incluyen granos enteros, frijoles y vegetales. Comidas ricas en magnesio (queso de soja, soja, almendras, acelga, arroz marrón, cambur y aguacate para nombrar algunos) se recomiendan para una presión arterial saludable. Además, un aumento de la ingesta de frutas y verduras para aumentar los niveles de antioxidantes y para compensar la producción de radicales libres. La ingesta de sal no debe limitarse y se recomienda una ingesta calórica adecuada antes y durante el embarazo para un parto saludable y seguro. Fuentes de comida con alto contenido de potasio también son eficaces: aguacates, patatas dulces, y cambures son sólo unos pocos. [1]

El consenso general se centra en la educación nutricional como una medida preventiva. Las técnicas de reducción de estrés también son beneficiosas para la presión arterial y ayudan al cambio del cuerpo a un estado parasimpático: pruebe el yoga, la meditación o ejercicios de respiración profunda. Las técnicas de reducción de estrés deben ser utilizadas en conjunto con otras intervenciones para obtener los mejores resultados (ver la sección de tratamientos naturales para más detalles).[1]


Diagnóstico

La preeclampsia se diagnostica cuando se presentan un conjunto específico de síntomas en las últimas etapas del embarazo. Con el fin de hacer un diagnóstico preciso, los siguientes síntomas deben estar presentes: la hipertensión de nueva aparición (lecturas de presión arterial por encima de 140/90 mmHg); hinchazón/edema (retención de agua que por lo general se ve en o alrededor de la cara y en las extremidades); y proteína en la orina (niveles significativamente altos de proteínas: más de 3 g de proteína en 24 horas).[1]

La preeclampsia grave se puede diagnosticar si alguno de los siguientes síntomas están presentes: hipertensión (más de 160/110 mmHg); proteína en la orina (menos de 5 g en una recolección de orina de 24 horas); oliguria (exceso de orina superior a 400 ml en 24 h); trastornos cerebrales o visuales; dolor epigástrico (en el cuadrante superior derecho del abdomen); edema pulmonar (líquido en los pulmones); trombocitopenia (recuento bajo de plaquetas); disfunción hepática; o la restricción severa del crecimiento intrauterino.[5]

Los pacientes con eclampsia pueden presentar principalmente con convulsiones, estado mental alterado, visión borrosa, dolores de cabeza, daño hepático, descomposición de los glóbulos rojos y plaquetas bajas.[3]

Se requieren profesionales capacitados para ayudar a manejar la preeclampsia y eclampsia. A las mujeres con preeclampsia leve se les prescribe reposo en cama, y son monitoreadas cada par de días. Si la afección parece estar empeorando, se realiza una cesárea de emergencia. Actualmente, el parto de la placenta es la única cura para la enfermedad.[2]


Tratamientos Naturales Tratamientos Naturales

Ácido fólico, vitamina B6 y vitamina B12 – Los niveles de homocisteína puede ser mayor en las mujeres que tienen pre-eclampsia. Se sabe que la homocisteína causa inflamación en los vasos sanguíneos y se correlaciona con ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Se sabe que el ácido fólico (2 mg), y las vitaminas B6 (100 mg) y 12 (800 mcg) reducen los niveles de homocisteína en sangre.[3]

Vitamina C y vitamina E - La producción de radicales libres es alta en mujeres con pre-eclampsia. Las vitaminas C (1000 mg) y E (400 IU) son antioxidantes que pueden ayudar a compensar y disminuir la producción de radicales libres en el cuerpo. El ß caroteno, la beta-criptoxantina, luteína, y zeaxantina son antioxidantes adicionales que pueden ayudar a reducir el riesgo de preeclampsia.[9]

Aceite de pescado - La inflamación, la hipertensión, y una reducción en el flujo sanguíneo de la placenta son comunes en la preeclampsia. El aceite de pescado (3000 mg) tiene propiedades anti-inflamatorias y también es bueno para mejorar el flujo sanguíneo a la placenta y la hipertensión a través de sus propiedades vasodilatadoras.

Calcio y Magnesio - Un sistema nervioso simpático hiperactivo pueden ser un factor causal en esta condición. El calcio (1200 mg) y el magnesio (600 mg) activan el sistema nervioso parasimpático y también ayudan a reducir la presión arterial.

Selenio - El estrés oxidativo es un factor de predisposición común para varias patologías. El selenio (200 mcg) es conocido por ayudar a disminuir el estrés oxidativo y por lo tanto puede ayudar a controlar los síntomas.

Cromo y Ácido alfa lipoico - La resistencia a la insulina es un factor de riesgo de la preeclampsia. El cromo (400 mcg) y el ácido alfa lipoico (200 mg) son conocidos por ayudar a regular los niveles de azúcar en la sangre.

L-Arginina - La hipertensión puede causar problemas a largo plazo si no se trata rápidamente, especialmente a los vasos sanguíneos. La L-arginina (3,000 mg) puede ayudar a proteger el endotelio de los vasos sanguíneos y a disminuir la viscosidad de la sangre.[3]


Breve descripción de los productos farmacéuticos

La aspirina (en dosis bajas) es conocida por ser una medida preventiva eficaz para las mujeres con alto riesgo de desarrollar preeclampsia.[9]

El sulfato de magnesio es el anticonvulsivo de elección para el tratamiento de la eclampsia. Se ha demostrado que reduce el riesgo de convulsiones futuras y es más eficaz que otros agentes anticonvulsivos, tales como el diazepam y la fenitoína. Este tratamiento también es más seguro para el bebé, pero no está exento de riesgos.[7]

La metildopa es el fármaco de elección para la hipertensión leve a moderada, sin embargo, puede causar somnolencia. Opciones alternativas incluyen el Labetalol y los bloqueadores de canales de calcio. Evite el atenolol, los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina y los antagonistas de los receptores de angiotensina, ya que estos están contraindicados en el embarazo.[7]

Asegúrese de consultar con un médico antes de tomar cualquier medicamento.


Conclusión Conclusión

La preeclampsia es una enfermedad que tiene consecuencias potencialmente mortales si no se tratan inmediatamente. Si usted es una mujer embarazada y está experimentando síntomas de la preeclampsia, es importante buscar atención médica. Aunque la causa sigue siendo desconocida, se están haciendo avances en la investigación y existen varias teorías para la causa de esta condición. Se piensa que la disfunción de las células endoteliales y la inflamación son responsables de la manifestación de los síntomas. Modificaciones en la dieta y el estilo de vida realizadas antes y después de la concepción puede reducir la probabilidad de desarrollar preeclampsia y eclampsia. Existen varias terapias naturales que pueden ayudar a controlar los síntomas, aunque actualmente no hay cura para la enfermedad, además del parto de la placenta. Productos farmacéuticos pueden ser recetados por un médico para el tratamiento de los síntomas. Recuerde consultar con un profesional de la salud antes de tomar cualquier suplemento o medicamento.