La fertilidad masculina - Enfoques naturopáticos

Muchas veces, cuando escuchamos la palabra “infertilidad”, nuestra mente se dirige inmediatamente a una mujer que quiere tener un hijo. Con menos frecuencia, tal vez, uno piensa de inmediato en la posibilidad de que un problema reproductivo del hombre podría ser la razón por la cual una pareja tiene problemas para concebir. Sin embargo, la realidad es que los hombres enfrentan problemas de fertilidad al igual que las mujeres. En este artículo exploraremos la información basada en la evidencia que conecta las exposiciones ambientales y la nutrición/suplementación con la fertilidad masculina y la reproducción.

Al evaluar la capacidad reproductiva de un hombre, algunos de los factores principales que se analizan incluyen: la cantidad de espermatozoides que produce el hombre (también conocido como recuento de espermatozoides), cuán rápido se mueven los espermatozoides y cómo se forman los espermatozoides. Idealmente, para fertilizar un óvulo, los espermatozoides deben estar presentes en cantidades suficientemente altas, su capacidad cinética debe ser óptima, es decir, deben moverse lo suficientemente rápido (todos somos productos del esperma más rápido que llegó al óvulo primero y lo fertilizó para producir un feto), y deben tener la forma adecuada; sí, incluso su aspecto importa porque esto puede afectar su capacidad para moverse correctamente y su velocidad, e incluso su capacidad para fertilizar un óvulo. Si alguno de estos factores se ve comprometido, un hombre puede experimentar problemas para reproducirse. Entonces, la pregunta es, ¿por qué habría algún problema con alguno de estos factores en primer lugar? La evidencia sugiere que las exposiciones ambientales a las toxinas pueden jugar un papel. El problema con la exposición ambiental a las toxinas es que no siempre somos conscientes de cuándo estamos expuestos a ellas. Cuando somos conscientes de que están presentes, es posible que no sepamos cuánto nos estamos exponiendo realmente y, además, es probable que no sepamos cuáles son las consecuencias de dicha exposición. Se cree que el estrés oxidativo, la disminución de la capacidad antioxidante e incluso la función mitocondrial de los espermatozoides (las mitocondrias son la fuente de energía de la célula) son factores que están relacionados con la infertilidad masculina ⁽¹⁾. Además, se sabe que los espermatozoides son extremadamente vulnerables al estrés oxidativo ⁽²⁾. El estrés oxidativo en los testículos o en el líquido seminal puede deberse a infección, inflamación, tabaquismo, exposición ambiental a toxinas, drogas, etc. ⁽¹⁾ Algunas fuentes incluso arrojan luz sobre el uso de pesticidas, xenoestrógenos, uso de plásticos y ftalatos, y aditivos cosméticos, ya que se relacionan con el estrés oxidativo y la fertilidad ⁽³⁾. Se cree que estas sustancias en realidad aumentan el estrés oxidativo (3). ¿Por qué es importante esto? Esto es de gran importancia porque estos factores se han correlacionado con una reducción de la motilidad de los espermatozoides, una disminución en el recuento de espermatozoides e incluso una mayor patología espermática; incluso se estima que este problema de oxidación está presente en algunos grupos de hombres infértiles en niveles tan altos como 25-40% ⁽¹⁾. Eso es casi la mitad. Otras fuentes incluso informan que hasta el 80% de los casos de infertilidad son causados por el estrés oxidativo ⁽⁴⁾. Las toxinas ambientales pueden acechar en cualquier parte y el tabaquismo usualmente se percibe como un problema para la salud respiratoria y cardiovascular, pero ¿los hombres realmente están considerando su capacidad reproductiva y posibles problemas de fertilidad cuando se exponen a tales toxinas? La evidencia sugiere que deberían hacerlo.

El estrés oxidativo se manifiesta cuando lo que se conoce como especies reactivas de oxígeno (ROS, por sus siglas en inglés) sobrepasan el sistema de defensa antioxidante en las células ⁽²⁾. Incluso se ha informado que el estrés oxidativo en realidad tiene el potencial de afectar la espermatogénesis ⁽⁵⁾, que es la producción de nuevos espermatozoides. La buena noticia es que ciertos nutrientes pueden ayudar a defenderse contra los radicales y disminuir la sobrecarga del sistema. Se ha encontrado que la vitamina C, la vitamina E, el folato, el zinc, el selenio, la carnitina y los carotenoides actúan como captadores de ROS y pueden servir para proteger a los espermatozoides ⁽²⁾. Los investigadores concluyeron que los niveles séricos de selenio son significativamente diferentes entre los hombres infértiles y los fértiles ⁽⁶⁾. Esto puede sugerir una relación entre el estado nutricional y la capacidad fértil en los hombres. Los investigadores examinaron los efectos de la suplementación oral de L-carnitina fumarato, ubiquinol (comúnmente conocido como CoQ10), vitamina E y vitamina C en forma de un gel suave en los parámetros de esperma y mediciones de estrés oxidativo en el plasma sanguíneo y líquido seminal en un grupo de hombres infértiles. Lo que encontraron fue que la densidad espermática mejoró, es decir, más espermatozoides estuvieron presentes, en casi un 50% después de tres meses de suplementación y en aproximadamente un 80% después de seis meses de suplementación; además, cualquier patología espermática también se redujo en aproximadamente un 25% ⁽¹⁾.

El ubiquinol es un poderoso antioxidante y parece haber una fuerte correlación entre el recuento de espermatozoides, la motilidad de los espermatozoides y la concentración de ubiquinol en el líquido seminal; con investigadores que incluso afirman que hay una correlación DIRECTA entre la concentración de CoQ10 en el plasma seminal y la motilidad de los espermatozoides en particular ⁽¹⁾. Algunas fuentes incluso indican un hallazgo de un aumento significativo no solo en el plasma seminal sino también en las células espermáticas con la suplementación con CoQ10 ⁽⁷⁾. Otras fuentes también han informado que la suplementación de CoQ10 ha demostrado mejorar la motilidad de los espermatozoides ⁽²⁾. Esto es importante considerarlo porque el cuerpo produce endógenamente CoQ10, sin embargo, la evidencia sugiere que incluso la suplementación de la misma puede tener vínculos directos con las mejoras en la motilidad de los espermatozoides, que es un factor importante a considerar cuando se intenta concebir.

Otro suplemento oral que la evidencia sugiere que también tiene un impacto directo en el plasma seminal es la vitamina C. Los investigadores han descubierto que a medida que aumenta la ingesta de vitamina C, también lo hace su concentración en el plasma seminal, cosa que puede prevenir el daño del ADN ⁽⁴⁾. Esto es importante de considerar, ya que podemos tomar suplementos por vía oral, pero es extremadamente relevante que la suplementación oral en realidad sirva para crear un incremento de ese nutriente, específicamente en el plasma seminal.

La L-carnitina es otro nutriente a considerar en relación con los parámetros de esperma específicos, como la motilidad de los espermatozoides; se ha encontrado que existe una relación significativa entre estos dos factores, relación específica que se encuentra en los hombres infértiles ⁽⁴⁾. Los investigadores encontraron que una intervención de seis meses demostró que la L-carnitina aumentaba la motilidad de los espermatozoides e incluso la tasa de embarazo, con más de la mitad de los embarazos logrados después de la suplementación con una combinación de L-carnitina y L-acetil-carnitina ⁽⁴⁾. También se ha encontrado que la motilidad de los espermatozoides mejora con la administración de suplementos de CoQ10 ⁽⁴⁾.

Además, se ha descubierto que la CoQ10 mejora no solo la motilidad de los espermatozoides, sino también la morfología y la densidad de los espermatozoides ⁽⁴⁾. Sin embargo, algunas fuentes han demostrado que la suplementación de CoQ10 en hombres infértiles no aumenta las tasas de nacidos vivos o las tasas de embarazo ⁽⁴⁾, aunque las mejoras en los parámetros de esperma son de gran valor.

El zinc es un metal que es muy abundante en el cuerpo, aunque se sabe que la deficiencia de zinc está presente en aproximadamente un tercio de la población mundial ⁽⁴⁾. Esto es una gran preocupación cuando se considera la fertilidad masculina ya que se sabe que el zinc protege los espermatozoides contra las bacterias y previene el daño cromosómico/del ADN ⁽⁴⁾. Se ha demostrado que la disminución de los niveles de zinc se correlaciona con una capacidad reducida de fertilización del esperma ⁽⁴⁾. Se ha demostrado que la administración de suplementos de zinc mejora los parámetros espermáticos, incluida la motilidad de los espermatozoides y el recuento total de espermatozoides. ⁽⁴⁾

Como hemos señalado, es evidente que no son únicamente las exposiciones ambientales las que desempeñan un papel en la capacidad fértil de un hombre, sino también el estado nutricional. El “reloj biológico” de los hombres no parece correr exactamente del mismo modo que el de las mujeres. Por lo general, hay menos preocupación en los hombres con respecto a conservar sus capacidades reproductivas y, a diferencia de las mujeres, los hombres continuamente producen lo que necesitan para contribuir a la fertilización, los espermatozoides. Aunque puede que la edad no sea una preocupación tan grande para un hombre como lo suele ser para una mujer en lo que respecta a la reproducción, los factores ambientales y el estado nutricional deberían serlo, o al menos eso es lo que la investigación sugiere.