Pasar al contenido principal

Un parto seguro y sano - Por qué toda mujer merece tener una doula

Español

Por qué toda mujer merece tener una doula
by Dr. Antoinette Falco, ND, Doula,
and Dr. Elizabeth Cherevaty ND, RAc, Doula

Two Rivers Health Integrative Fertility & Family Care
18 Wilson St.,
Guelph ON N1H 4G5


Safe and Healthy Childbirth - Why Every Woman Deserves a Doula

El parto es uno de los procesos más transformadores que una mujer puede experimentar. Si bien la intensidad del parto es una constante a través de todas las épocas, las expectativas y el entorno han evolucionado. Hoy, en la cultura occidental, el primer encuentro de una mujer con un parto suele ser el de su propio primer bebé. En contraste, a lo largo de la historia, era común que las mujeres adquirieran experiencia con el nacimiento al asistir a los partos de sus familiares o vecinas, antes del nacimiento de sus propios hijos.

En este artículo, exploramos lo que significa para las mujeres contar con el apoyo continuo de una profesional no médica, como una doula o acompañante profesional de parto, además del equipo de apoyo médico con el que cuentan en el momento del nacimiento.


Las Doulas: atienden a las madres desde el nacimiento de la historia Safe and Healthy Childbirth - Why Every Woman Deserves a Doula

Tradicionalmente y en diversas culturas, la atención de apoyo de una o más mujeres (a menudo profesionales no médicos) durante el trabajo de parto era una práctica común.[1] El apoyo continuo durante el parto, generalmente por parte de una mujer fuera del círculo social habitual de la madre que da a luz, sigue siendo la norma hoy en muchas culturas tradicionales, y a menudo este soporte se extiende a varios días o semanas después del parto.

Hoy, una doula es una acompañante que está capacitada para brindar apoyo físico, emocional e informativo a una madre que da a luz y a su pareja antes, durante y después del parto. Las doulas brindan apoyo en el hospital, en los centros de parto y en los partos en el hogar, y a menudo tienen certificados y seguros que reflejan su capacitación. En la mayoría de las jurisdicciones, las doulas no son una profesión sanitaria regulada, aunque los profesionales de la salud con licencia, como los masajistas y los médicos naturópatas, se están convirtiendo cada vez más en duolas para ampliar la atención que pueden ofrecer a sus pacientes en un momento verdaderamente significativo de sus vidas. En nuestra propia experiencia práctica, el personal médico y de enfermería del hospital acepta cada vez más la presencia de las doulas en el trabajo de parto, el nacimiento y el posparto.


Los sitios de nacimiento como espacios seguros

Algunas mujeres informan que tuvieron experiencias satisfactorias con el parto. Otras experimentan estrés y dolor considerables, y pueden optar por una cesárea debido al miedo, la ansiedad, el agotamiento o como una forma de evitar sentir dolor. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que no más del 15% de los partos se hagan por cesárea, mientras que las tasas de partos quirúrgicos superan el 30-40% en muchos países occidentales. Si no es médicamente necesario, las cesáreas son más riesgosas y costosas que los partos vaginales.

Debido a la naturaleza emocional y físicamente intensa del parto y el dolor asociado con el proceso, es muy común que las mujeres sientan incomodidad, ansiedad o miedo durante el trabajo de parto. Investigaciones recientes muestran que tener un apoyo continuo durante el parto sirve para reducir el miedo y la ansiedad, promover el parto vaginal seguro y reducir el riesgo de parto quirúrgico (parto por cesárea).


Las doulas y los compañeros de parto

La investigación demuestra el valor del apoyo continuo durante el parto. La OMS recomienda que dentro del círculo de apoyo de parto de las mujeres embarazadas se encuentre alguien en quien confíen y con quien se sientan seguras, ya que este nivel de soporte es un factor importante para que las mujeres se sientan satisfechas con su experiencia de dar a luz. Si bien la mayoría de las investigaciones publicadas se centran en el apoyo de parto de una persona entrenada que está presente incondicionalmente durante el trabajo de parto y el nacimiento y que puede atender las necesidades de la madre que está dando a luz, un estudio reciente también analizó la capacitación para el apoyo al parto de los esposos. Se descubrió que este entrenamiento de compañero de parto para los esposos es un beneficio significativo para reducir la ansiedad de la madre durante el parto.[2]

El mayor temor que tiene una mujer embarazada con respecto al parto es el dolor que lo acompaña y si podrá sobrellevarlo, con o sin anestesia epidural. Curiosamente, se ha observado que las probabilidades de tener una epidural se reducen en un 22%, y la duración del trabajo de parto se acorta, con la presencia de un compañero de parto.[3] Esto sugiere que es el apoyo físico y emocional continuo, el entrenamiento a través de rutinas rítmicas y ejercicios de respiración en cada contracción, lo que pueden reducir las respuestas de dolor del cuerpo. Una doula ofrece una variedad de estrategias y técnicas para el control del dolor durante el trabajo de parto, que pueden incluir respiración concentrada, estimulación para distraerla del dolor, masaje de contrapresión o compresión de la cadera, acupresión o visualizaciones guiadas. Estas estrategias se eligen de forma individual y se pueden alternar entre contracción y contracción, según lo que sea más conveniente para la madre que está dando a luz. Las mujeres embarazadas también pueden beneficiarse emocionalmente cuando estas rutinas y estrategias se inician y practican durante el embarazo. Las doulas individuales y las clases prenatales holísticas ofrecen este tipo de entrenamiento para mujeres embarazadas y sus parejas.


Todo comienza con un nacimiento sano Safe and Healthy Childbirth - Why Every Woman Deserves a Doula

Un parto sano, libre de traumas y con mínimas intervenciones no médicas indicadas no solo tendrá un efecto positivo en la madre que da a luz, sino también en su bebé. Un estudio que observó 300 mujeres acompañadas por doulas y 300 mujeres que no tuvieron el soporte de las doulas, concluyó que las madres apoyadas por las doulas tenían partos más cortos, tasas más rápidas de dilatación cervical y puntuaciones más altas en el test APGAR, que es la evaluación cuantitativa de un recién nacido minutos después de haber nacido.[4] Al agrupar los resultados de varios estudios publicados, una revisión sistemática concluyó que las madres asistidas por doulas tenían cuatro veces menos probabilidades de tener un bebé de bajo peso al nacer, dos veces menos probabilidades de experimentar una complicación de parto para la madre o el bebé, y eran significativamente más propensas a iniciar la lactancia. También se mencionó que una correlación entre la comunicación continua y el estímulo de una doula a lo largo del embarazo de una mujer puede aumentar la seguridad y autoeficacia de la madre biológica, lo que puede ejercer una influencia positiva en los resultados del embarazo.[5]


La conexión mente-cuerpo

La conexión mente-cuerpo tiene un papel poderoso en la percepción de una mujer de cómo se desarrollará su parto. Las mujeres embarazadas a menudo se ven inundadas con historias negativas de partos traumáticos de amigas o incluso desconocidas, a pesar de no apreciar o solicitar esta información, y esto puede dejar una huella duradera en sus percepciones y expectativas sobre el parto. Por ejemplo, muchas mujeres le temen al desgarro perineal. Aunque puede producirse un desgarro leve (de primer o segundo grado), se considera preferible a la episiotomía, ya que el desgarro natural se cura más rápido y de forma más completa en comparación con la incisión. Hay una gran anticipación con respecto al dolor posparto de largo plazo asociado con posibles desgarros de tercer o cuarto grado. Existen vínculos que conectan la presencia de una doula con una reducción tanto en la gravedad del desgarro perineal como en el dolor posterior al parto.[6] Quizás sea tener alguna sensación de control de lo que viene durante el parto activo, el apoyo de una profesional de parto capacitada que ayude a la madre a pujar efectivamente durante las contracciones, el soporte de una respiración más controlada y restauradora, y una atmosfera más tranquila para la experiencia del parto, lo que ayuda a crear un poderoso efecto positivo en las consecuencias físicas que una mujer puede experimentar después del parto.


Safe and Healthy Childbirth - Why Every Woman Deserves a Doula La atención después del parto

La presencia de una doula puede ser transformadora para la salud de la madre y el bebé después del parto. Se ha demostrado que el cuidado de la doula aumenta las tasas de lactancia materna y contribuye a la salud general de la madre después del nacimiento de su bebé. Un estudio encontró que una mayor proporción de madres que contaron con el apoyo de una doula estaban amamantando e informaron que tenían una mayor autoestima, menos síntomas de depresión, así como una mayor consideración por sus bebés y su capacidad para cuidarlos a las seis semanas después del parto en comparación con el grupo control de mujeres que no contaron con el apoyo de una doula.[7]


Prevenir el estrés relacionado con el parto

Todos los proveedores de servicios de salud estarían de acuerdo en que el resultado más importante de un nacimiento son una madre y un bebé felices y saludables. Las madres que experimentan traumas relacionados con el nacimiento (físicos o emocionales) pueden tener un mayor riesgo de depresión posparto y pueden tener problemas de ansiedad, dificultades para relacionarse con el bebé o sufrir otros síntomas de estrés postraumático que pueden durar un período de tiempo considerable después del nacimiento. Los síntomas de estrés postraumático también pueden desencadenarse durante los embarazos y partos posteriores y afectarlas negativamente.

Los bebés nacidos por cesárea tienen un mayor riesgo de desarrollar alergias, asma y eczema en la infancia debido a que no se les inoculó con flora vaginal (bacterias buenas) en el momento del nacimiento, lo que influye en el desarrollo de su microbioma durante la infancia y la niñez. Un estudio que analizó 2500 bebés y datos recopilados de enfermedades atópicas diagnosticadas por médicos encontró una correlación entre el parto por cesárea como un factor de riesgo adicional para las sibilancias y las sensibilidades alérgicas a los alimentos hasta los dos años de edad, cuando las cesáreas se realizaron por razones no indicadas por el médico.[8] Un estudio más reciente encontró que las mujeres que habían planeado partos por cesárea en comparación con los partos vaginales se asociaron con un mayor riesgo de asma en los niños, que requirieron ingreso al hospital.[9]

Un parto por cesárea se considera una cirugía abdominal mayor, y para las madres el tiempo de recuperación puede variar de seis semanas a tres meses después del parto. Después de una cesárea, existe un mayor riesgo de desarrollar infecciones, experimentar dolor crónico o dificultades para amamantar. Las mujeres que tienen una cesárea pueden tener más dificultades para iniciar la lactancia, a independientemente de que hubiesen tenido un fuerte deseo de hacerlo desde principios del embarazo.

Como te puedes imaginar, hay muchas historias de partos en las que las mujeres son despojadas de su poder, control personal y privacidad en uno de los momentos más vulnerables, aunque más fuertes, de sus vidas. Algunas veces, las intervenciones que incluyen partos por cesárea son absolutamente necesarias. En otros casos, tras las intervenciones siguen intervenciones en cascada que pueden prevenirse si las mujeres pueden sentirse apoyadas en la preparación de sus partos, el control del dolor y en la comprensión de sus opciones con anticipación. Tener una doula en un parto puede ayudar a las mujeres a sentirse más cómodas, defendidas, apoyadas y menos temerosas. Las doulas puede ayudar a una mujer a comprender y estudiar cualquier intervención que se le proponga durante el trabajo de parto y el nacimiento, para que se respeten los deseos de la madre y ella pueda dar su consentimiento con la información apropiada a cualquier tratamiento o intervención.

No podría estar más claramente descrito en la literatura que la presencia de una persona que apoya el parto, como una doula o el esposo entrenado de la madre biológica, es beneficiosa para numerosos resultados del parto, incluyendo la promoción del parto vaginal seguro y el bienestar de la madre y el bebé. Un parto con doula hace que la madre biológica aumente su sensación de control personal y se sienta más cómoda, lo que ayuda a la fisiología natural y normal del parto.