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Las infecciones del tracto urinario - Tratamientos naturales

Español

Tratamientos naturales
by Tiffany Eberhard, ND

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Toronto, ON, M4V 2R9

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Urinary Tract Infections - Natural Approaches



Las infecciones del tracto urinario inferior (denominadas IU en este artículo) generan millones de visitas al médico por año, siendo el tracto urinario el segundo sitio más común de infección (1). El término infección del tracto urinario se refiere a la presencia de una cierta cantidad de bacterias en la orina, generalmente más de 100 000 / ml. Las IU pueden ocurrir tanto en hombres como en mujeres, sin embargo, son aproximadamente cincuenta veces más comunes en las mujeres que en los hombres. Esto probablemente se deba al hecho de que las mujeres tienen uretras más cortas, lo que permite que las bacterias asciendan con mayor facilidad hacia la vejiga (2). Las infecciones del tracto urinario afectan a una de cada cinco mujeres en algún momento de su vida; aproximadamente el 20% de estas mujeres tienen recurrencias o infecciones crónicas. Cuantas más infecciones haya tenido, mayor será la incidencia de recurrencia. Las IU suelen presentarse con los siguientes síntomas: dolor o sensación de ardor al orinar, ganas frecuentes de orinar, presión o dolor por encima del hueso púbico, incluso cuando no orinan, fatiga y dificultad para orinar. La piuria, es decir, la presencia de glóbulos blancos en la orina, hace que la orina se vea turbia o lechosa y la hematuria, sangre en la orina, puede hacer que la orina se torne rosada o rojiza. Las IU pueden ser asintomáticas, especialmente en niños y ancianos. Los niños a menudo no presentan los síntomas anteriores, pero los siguientes síntomas menos específicos pueden sugerir una infección urinaria: irritabilidad, incontinencia, diarrea, falta de apetito y fiebre. Si se presenta fiebre, dolor de costado, náuseas y vómitos, la infección puede haber llegado a los riñones y causar pileonefritis aguda, que es una afección grave y requiere atención médica (1).

Entre los factores de riesgo se encuentran ser mujer, la actividad sexual, el método de control de la natalidad, la menopausia, la diabetes, el uso de catéter y la obstrucción del tracto urinario, por cálculos, tumores o la próstata agrandada. El tracto urinario normalmente es un ambiente estéril, sin embargo, las bacterias pueden migrar a la uretra desde el recto o la vagina. La mayoría de las infecciones se deben a bacterias, y el agente más común es la E. coli, que representa la causa del 80% de las infecciones urinarias. Otras bacterias incluyen: Klebsiella pneumonia, Proteus mirabilis, Enterobacter aerogenes, Staphylococcus saprophyticus, Enterococci y Staphylococcus aureus. Las bacterias E. coli y Proteus pueden adherirse a las células epiteliales del tracto urinario. La uretra femenina es propensa a la infección bacteriana debido a su proximidad al ano y la vagina. La capacidad de colonización de las bacterias patógenas está asociada con la alteración de la flora vaginal y colónica, que puede deberse a otras infecciones genitales o al uso de antibióticos y espermicidas. La pérdida de lactobacilos, una flora no patógena de la vagina y la uretra, tiene como resultado una colonización más fácil por parte de la E. coli. La orina normalmente previene la infección a través de sus mecanismos antibacterianos y de enjuague (1).

El diagnóstico de una infección del tracto urinario inferior se hace tras analizar una muestra de orina para buscar glóbulos rojos, glóbulos blancos y bacterias. En ocasiones, se realiza un cultivo de orina para determinar qué bacteria está causando la infección, de modo que se pueda utilizar el antibiótico más efectivo. Se pueden realizar estudios de imagenología, como una ecografía o una tomografía computarizada, si se sospecha que hay una anomalía en el tracto urinario. En caso de las IU recurrentes, se puede realizar una cistoscopia para visualizar el interior de la uretra y la vejiga (3).

Hay varias maneras de reducir el riesgo de desarrollar una infección del tracto urinario. Es importante beber muchos líquidos, especialmente agua, para asegurarse de vaciar la vejiga con regularidad con el fin de eliminar las bacterias y evitar su adherencia. Limpiarse de adelante hacia atrás después de orinar y después de defecar ayuda a evitar que las bacterias migren desde el ano a la vagina y la uretra. Vaciar la vejiga poco después del coito puede ayudar a reducir las IU, especialmente en mujeres que notan que las desarrollan después de la actividad sexual. Los productos de higiene íntima femenina pueden irritar las áreas genital y uretral y deben evitarse. El uso de ropa interior de algodón también puede reducir las posibilidades de infecciones urinarias ya que permiten una mayor transpiración (3).

Vaccinium macrocarpon (Cranberry) Tratamientos convencionales

Dado que la mayoría de las infecciones urinarias son de origen bacteriano, frecuentemente se tratan con antibióticos durante un episodio agudo. No es raro usar un antibiótico para la profilaxis a largo plazo en individuos que experimentan infecciones recurrentes. Los antibióticos tratan y previenen de manera eficaz las infecciones urinarias recurrentes, sin embargo, el uso frecuente de antibióticos produce una alteración de la flora vaginal e intestinal, así como resistencia a los antibióticos. Por lo tanto, es preferible usar los métodos alternativos de prevención y tratamiento para las IU simples (1). Los antibióticos más comunes utilizados para tratar las infecciones urinarias simples incluyen: la trimetoprima-sulfametoxazol, la amoxicilina, la nitrofurantoína, la ampicilina, la ciprofloxacina y la levofloxacina. Los síntomas generalmente desaparecen a los pocos días de tratamiento. En las personas que experimentan infecciones urinarias frecuentes, se pueden utilizar ciclos más prolongados de antibióticos o antibióticos profilácticos (es decir, después de la actividad sexual) (3).

Tratamientos naturopáticos
Vaccinium macrocarpon (Cranberry) Vaccinium macrocarpon (Arándano)

El arándano es un agente antiadherente que es efectivo en forma de jugo puro, cóctel azucarado y extractos en cápsulas y en tabletas. Un estudio demostró una disminución del 20% y del 18% en el uso de antibióticos cuando un grupo consumió jugo y tabletas de arándano, respectivamente, en comparación con el grupo que recibió un placebo. Un estudio realizado en mujeres de edad avanzada mostró que las mujeres que consumieron 300 ml de cóctel de arándano tenían significativamente menos bacteriuria con piuria en comparación con el grupo que recibió un placebo, después de seis meses (1,4). Un metaanálisis de los ensayos sobre el arándano concluyó que el arándano rojo reduce significativamente la incidencia de las IU en un período de 12 meses en mujeres con infecciones urinarias recurrentes (1,5). La evidencia actual sugiere que el jugo de arándano es efectivo en la prevención de las IU en mujeres con IU recurrente y en los ancianos, pero no en niños o adultos con función vesical anormal que requieren cateterismo (1,2). El jugo de arándano inhibe la adherencia del 75% de 77 cepas de E. coli in vitro. En un entorno clínico, 15 de 22 sujetos a los que se les dieron 15 onzas de jugo de arándano mostraron una actividad antiadherente significativa en la orina, de una a tres horas después de haber bebido el jugo. Se descubrió que el jugo de arándano es seguro y efectivo para la prevención de las IU durante el embarazo, lo cual es importante porque las IU son comunes durante la gestación y pueden progresar más fácilmente a la pielonefritis aguda (1).

El arándano rojo puede interactuar con la warfarina debido a su potencial para aumentar el tiempo de protombina (es decir, un mayor riesgo de sangrado) (6). Esta interacción, sin embargo, se limita a informes anecdóticos. Los ensayos clínicos han encontrado que el consumo moderado de jugo de arándano no afecta la anticoagulación con warfarina. El consumo diario de más de 600 ml de jugo de arándano podría alterar el efecto de la warfarina, pero esta cantidad es muy superior a la cantidad que se recomienda (es decir, 250-300 ml / día) en el tratamiento y la prevención de las infecciones urinarias (7). Por lo tanto, debido a datos contradictorios, se debe vigilar estrechamente a los pacientes cuando inicien un tratamiento con jugo de arándano mientras estén tomando warfarina (1).


Berberine Berberina

La berberina es un alcaloide vegetal que se encuentra en diversas plantas, incluyendo Hydrastic canadensis (sello de oro) y Berberis vulgaris (agracejo). Los extractos y decocciones de la berberina han demostrado tener una actividad antimicrobiana considerable contra diversos organismos, incluidas las bacterias. La berberina inhibe el crecimiento de varias bacterias, incluidas las E. coli en sus tipos sensibles y resistentes (1). Entre las bacterias que la berbeina inhibe se encuentran: S. aureus, P. aeruginosa, E. coli y B. subtilis (1,8). Se cree que la actividad anti-infecciosa de la berberina se debe, al menos en parte, a su capacidad para evitar la adhesión a las células uroepiteliales. La berberina puede afectar indirectamente la aparición de IU debido a que la E. coli a menudo migra desde el tracto gastrointestinal y, por lo tanto, el tratamiento de la E. coli asociada al tracto gastrointestinal puede afectar la aparición de las IU. El uso de la berberina para tratar con éxito la disbiosis intestinal puede ayudar a prevenir las infecciones urinarias. Se debe evitar el uso de la berberina durante el embarazo debido a la posibilidad de que cause contracciones uterinas y abortos espontáneos (1).


La vitamina C y la D-manosa

La vitamina C previene las infecciones urinarias y puede tratar eficazmente las infecciones urinarias debido a su capacidad de aumentar la producción de óxido nítrico en la orina acidificada, lo que en última instancia disminuye el crecimiento de la E. coli (9). Un estudio encontró que la incidencia de IU fue significativamente menor en el grupo que recibió vitamina C en comparación con el placebo (1).

La D-manosa es un azúcar simple que impide la adherencia de ciertas bacterias, como la E. coli (1). Se ha demostrado que no altera la flora gastrointestinal y se considera segura en niños y mujeres embarazadas (9).


Probióticos

Se ha estudiado la eficacia de varios probióticos en la prevención de las infecciones urinarias recurrentes. La mejora de la flora intestinal o vaginal puede afectar el tracto urinario debido a la migración de la E. coli desde estas áreas al tracto urinario (1). Los lactobacilos son las bacterias que se encuentran en mayor número en la vagina y tienen propiedades antimicrobianas que ayudan a controlar la otra flora urogenital (10). Los lactobacilos producen ácido láctico y peróxido de hidrógeno, sustancias que matan las bacterias, y también producen biosurfactantes que inhiben la adhesión de bacterias patógenas. Por lo tanto, los lactobacilos vaginales protegen el tracto urogenital femenino de la colonización de patógenos y pueden ayudar a prevenir las IU (11). Se ha demostrado que los supositorios vaginales con L. crispatus reducen significativamente la aparición de las IU (11). Se ha demostrado que el uso semanal de supositorios probióticos reduce la incidencia de las IU después de 12 meses de uso (1).


Crema de estriol

Las infecciones urinarias recurrentes son un problema común en las mujeres postmenopáusicas debido a la disminución de los estrógenos y su papel en el mantenimiento de la salud de la mucosa y la flora vaginal. Las mujeres que recibieron estriol por vía intravaginal tuvieron significativamente menos incidencias de IU en comparación con las que recibieron un placebo. Los lactobacilos estuvieron ausentes en todas las culturas vaginales antes del tratamiento y reaparecieron después de un mes en 22 de 36 mujeres tratadas con estriol, pero en ninguna de las 24 mujeres tratadas con placebo. La tasa de colonización vaginal con Enterobacteriaceae disminuyó del 67% al 31% en las mujeres tratadas con estriol y se mantuvo sin cambios en las que recibieron el placebo. El uso de estriol tópico puede ser más seguro que los estrógenos orales porque no produce los efectos sistémicos asociados con los estrógenos orales (12).


Conclusión

Como se describe en este artículo, existen diversas terapias naturales que se pueden usar en la prevención y el tratamiento de las IU. Debido al riesgo cada vez mayor de resistencia a los antibióticos y los efectos secundarios asociados con el uso de los mismos, se deben considerar tratamientos alternativos para las infecciones simples del tracto urinario inferior. El arándano ha demostrado ser eficaz en la prevención de las infecciones urinarias en mujeres con IU recurrente y en los ancianos debido a su actividad antiadherente. La D-manosa y la vitamina C disminuyen la incidencia de las infecciones urinarias evitando la adherencia y aumentando la producción de óxido nítrico, respectivamente. La utilización de agentes antimicrobianos, como la berberina, puede ayudar a tratar y prevenir las infecciones urinarias. Tener una flora intestinal y vaginal saludable es crucial en la prevención de las infecciones urinarias y se puede lograr usando agentes antimicrobianos, como la berberina y los probióticos. El uso del estriol tópico se asocia con una disminución en la tasa de colonización vaginal con Enterobacteriaceae y un aumento en la tasa de colonización vaginal con lactobacilos, lo que disminuye la incidencia de las IU en las mujeres postmenopáusicas (13).