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Artritris reumatoide - Métodos naturopáticos

NPC COLLABORATOR
ND

31 March 2016
Español

 

La Artritis Reumatoide (AR) es una enfermedad crónica que causa dolor y rigidez en múltiples articulaciones, usualmente en las manos y los pies. Afecta el revestimiento de las articulaciones lo que, dependiendo de la gravedad de la condición, causa dolor, hinchazón y deformidad (1). La AR también puede producir síntomas como fiebre, pérdida de la capacidad de movimiento o de funcionamiento, enrojecimiento, y a veces también pueden aparecer nódulos. La AR es una enfermedad autoinmune, lo que significa que el sistema inmune del cuerpo está atacando tejidos sanos. Con el tiempo, se pueden dañar las articulaciones, los cartílagos, los huesos y los ligamentos. Sin embargo, el grado de severidad de los síntomas no se correlaciona necesariamente con el nivel de daño ocasionado. Las personas que sufren AR pueden tener brotes y remisiones, con largos periodos de tiempo con muchos síntomas o con muy pocos síntomas.

Rheumatoid Arthritis - Naturopathic ApproachesNo se conoce la causa específica de la AR (2). Se ha sospechado de varios organismos infecciosos como posibles causas, incluidas bacterias y virus. Es posible que, para algunas personas con AR, la correlación con la exposición a ciertas infecciones sea fuerte, pero no siempre es así. La AR también tiene un componente genético y se han identificado ciertos genes que pueden aumentar el riesgo de sufrir AR. Cuando se produce inflamación en la AR, las células inmunes llamadas linfocitos se activan y ciertos químicos están presentes. Entre ellos están unos mensajeros llamados citoquinas, interleucinas y factor de necrosis tumoral. A menudo se evalúan y se miden estos mensajeros para ver si ciertos tratamientos pueden ayudar a disminuir sus niveles (y por lo tanto, en teoría, disminuir la actividad de la enfermedad).

La AR se considera una condición que puede afectar todo el cuerpo. Aunque son las articulaciones las que se ven mayormente afectadas, varias áreas del cuerpo también pueden sufrir daños. Las personas con AR pueden desarrollar vasculitis en la piel, lo que significa que los vasos se inflaman y, en algunos individuos, la piel puede volverse púrpura. Los pulmones pueden verse afectados por fibrosis o cicatrices y esto también ocurre como consecuencia de algunos tratamientos de la AR. El sistema cardiovascular tiende a tener un mayor riesgo de arteriosclerosis o calcificación de los vasos y aumenta el riesgo de ataque cardíaco y apoplejía (3). Otras áreas del cuerpo también están en riesgo, incluidos los ojos, el hígado, los riñones y el sistema nervioso. La razón por la cual muchas áreas están en riesgo es porque el proceso autoinmune ocurre en todo el cuerpo, no solo en las articulaciones. Este artículo examinará los enfoques diagnósticos y terapéuticos más comunes para la AR.

Getting Diagnosed Cómo obtener un diagnóstico

Dada la amplia gama de síntomas que pueden presentarse, obtener un diagnóstico a veces puede ser complicado. No hay una prueba específica que te pueda indicar inequívocamente que tienes AR. Los síntomas varían en cada individuo y pueden parecerse a los de otras enfermedades. El primer paso para obtener un diagnóstico de AR es obtener un historial médico completo. Una pieza clave de información aquí es cómo los síntomas han cambiado con el tiempo, ya que esto puede ayudar a descartar condiciones similares. La descripción más común incluye dolor, rigidez y problemas con la función de las articulaciones.

El siguiente paso siempre es un examen físico integral. En este caso, debes asegurarte de que tu médico verifique tu rango de movimiento, que es la distancia que puedes mover tus articulaciones. El médico debería verificar dónde duele y cuánto te duele. Debe verificar todas las áreas donde existe el riesgo de daño por AR. Esto significa que tu médico podría evaluar tus pulmones, abdomen y ojos.

Hay una serie de pruebas de laboratorio que pueden ser particularmente útiles para obtener o confirmar un diagnóstico de AR (4). Hay una prueba de laboratorio llamada Factor Reumatoide (FR). El FR es un anticuerpo que se encuentra en la sangre de muchas personas que tienen AR. Sin embargo, no todas lo tendrán. Y a la inversa, muchas personas que lo tienen nunca desarrollarán la AR. Esto significa que la prueba del factor reumatoide no es lo único que debe medirse ni puedes basarte exclusivamente en ella para el diagnóstico, pero ayuda a obtener información adicional. El FR también puede ser útil para identificar la severidad de la AR: cuanto más altos sean los niveles de FR, por lo general, mayor será la gravedad de la AR. Otra prueba de laboratorio común se llama anticuerpos anti-CCP. De manera similar, estos anticuerpos se encuentran en la mayoría de las personas con AR y es posible que aparezcan incluso antes de que se desarrolle la AR. Finalmente, hay varias pruebas de laboratorio adicionales que se pueden utilizar. Algunas miden la inflamación y otras analizan los recuentos sanguíneos. A veces se utiliza la imagenología para identificar daños en las articulaciones. La conclusión es que, para obtener un diagnóstico preciso, se debe analizar en conjunto toda la información, incluidos el historial médico, los hallazgos del examen físico y los resultados del laboratorio.

Conventional Treatments Tratamientos convencionales

Tratar la causa raíz implicaría proporcionar un tratamiento que ayude a disminuir la actividad del sistema inmune, ya que el problema subyacente es realmente la autoinmunidad. Hay una serie de medicamentos que lo hacen con éxito. Algunos de ellos reducen la inflamación y el daño estructural de las articulaciones al interrumpir los pasos involucrados en el desarrollo del proceso inflamatorio. Otros bloquean algunos de los mensajeros químicos que mencionamos anteriormente, como el factor de necrosis tumoral, las citoquinas o las interleucinas (2). Cada uno de estos medicamentos es un poco diferente y no todos funcionan con la misma eficacia en todas las personas con AR. En realidad, se puede utilizar un método de ensayo y error hasta encontrar el mejor medicamento o la combinación de medicamentos más eficaz.

Los medicamentos que apuntan al sistema inmune son solo una opción. A menudo, se usan medicamentos para aliviar el dolor. No tratan la causa, pero como no hay cura para la AR, asegurarse de que los síntomas sean tolerables es un objetivo importante. Estos medicamentos incluyen cosas como el Tylenol o los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINES). El problema que se presenta es que todos los fármacos pueden tener efectos secundarios. Dependiendo de la persona, los efectos secundarios pueden ser severos. Los medicamentos para la AR pueden causar problemas estomacales, problemas cardiovasculares y con el hígado y los riñones. Aquí es donde quizás los métodos naturopáticos y de cambios en el estilo de vida pueden ser de mayor beneficio. Los discutiremos en la siguiente sección.

Otros tratamientos convencionales para tratar la AR incluyen la cirugía de reemplazo de articulaciones y medidas específicas de estilo de vida. La cirugía de reemplazo de articulaciones puede ser necesaria si los medicamentos no son efectivos o si la cirugía ofrece muchos beneficios en comparación con los riesgos. A menudo las que se reemplazan son las articulaciones más grandes, como las rodillas. Algunos de los hábitos de estilo de vida que se pueden incorporar incluyen el descanso y el estiramiento, el cuidado de las articulaciones y la modificación de la dieta. El ejercicio es uno de los hábitos de estilo de vida más importantes porque fortalece los músculos y mejora la flexibilidad (4). Se recomienda tanto el ejercicio aeróbico como el entrenamiento de resistencia. El ejercicio es una estrategia de prevención fantástica, por lo que debe recomendarse lo antes posible. Se debe tener en cuenta las limitaciones físicas y el manejo del dolor y debe ser tolerable. La modificación de la dieta debe incorporar la eliminación de cualquier alimento inflamatorio, incluidos los alimentos desencadenantes o alimentos a los que una persona es sensible. El consumo regular de alimentos antiinflamatorios como el pescado, que contienen ácidos grasos omega-3, puede ser una buena idea.

Naturopathic Approaches Métodos naturopáticos

Se pueden incorporar los métodos naturopáticos para tratar la AR en cualquier etapa de la enfermedad. Si se aplican en las fases muy tempranas, los enfoques naturopáticos por sí solos pueden revertir la progresión de los síntomas y eliminar el dolor. La magnitud del éxito depende del punto de partida, los síntomas individuales del paciente y el número de cambios que está dispuestos a hacer. Se deberían incorporar y reforzar los cambios de estilo de vida mencionados anteriormente. Si estás interesado en usar suplementos nutricionales, el aceite de pescado es un excelente antiinflamatorio y puede reducir el dolor y la rigidez de las articulaciones (5). Para abordar la causa raíz, se deben considerar los suplementos que ayudan a modular el sistema inmune. Entre ellos están la vitamina D y los probióticos. Los probióticos son bacterias saludables; los productos químicos que ellas metabolizan y excretan ayudan a regular la actividad del sistema inmune. Cada suplemento probiótico es diferente y cada cepa es diferente. Muchos productos disponibles en la actualidad utilizan preparaciones de cepas múltiples, lo que significa que incluyen varios cultivos bacterianos diferentes en la misma cápsula. La dosis del probiótico puede hacer una gran diferencia. Esto lo puede determinar mejor tu médico naturista una vez que tenga toda la información que necesita sobre tu caso. Los probióticos deben mantenerse en la nevera y se deben tomar con alimentos para optimizar sus efectos.

Los suplementos a base de hierbas pueden ser extremadamente beneficiosos. Los médicos naturópatas utilizan varias hierbas altamente antiinflamatorias e inmunomoduladoras. Entre ellas encontramos la curcumina, el boswellia y el salix. A menudo, las hierbas se combinan con algunas de las comidas para facilitar el cumplimiento del tratamiento. Las hierbas también se pueden tomar por sí solas en forma de tinturas o tabletas.

La acupuntura es otra gran opción de tratamiento para la AR. Se puede realizar desde la perspectiva de la medicina tradicional china o desde una perspectiva occidental. Ambas son valiosas y pueden tener efectos clínicos positivos considerables. Lo ideal es un método de tratamiento integral que permita la colaboración y brinde opciones al paciente. Por esta razón, te sugerimos utilizar todos los profesionales médicos que tengas a tu disposición para que puedas obtener un diagnóstico claro y múltiples opciones de tratamiento diferentes. Como siempre, consulta con tu médico naturista para obtener más información.