Pasar al contenido principal

Esclerosis Lateral Amiotrófica

NPC COLLABORATOR
ND

6 November 2014
Español

 

La esclerosis lateral amiotrófica (ELA), también conocida como la enfermedad de Lou Gehrig, es un trastorno neuromuscular caracterizado por la degeneración progresiva de las células nerviosas lo cual conlleva a debilidad muscular, parálisis y disfunciones físicas severas. Aproximadamente entre 2500-3000 Canadienses padecen actualmente de esta enfermedad fatal. El ELA es un tipo de enfermedad de la neurona motora que causa dificultad para hablar, tragar, respirar y caminar. La causa del ELA es desconocida en la mayoría de los casos y usualmente afecta a las personas mayores de 60 años, sin embargo, en un 5 a 10% de los casos afecta a personas mayores de 50 años si heredan directamente la enfermedad. Algunos de los signos y síntomas más tempranos incluyen debilidad en las piernas, los pies, los tobillos y las manos, calambres y temblores, dificultad para hablar y para mantener una buena postura, para caminar y tragar. La enfermedad usualmente comienza en las manos, pies, brazos y/o piernas y posteriormente se irradia a otras partes del cuerpo. Los músculos del cuerpo se van debilitando progresivamente, sin embargo, el control vesical y de los esfínteres, así como la función sexual y los sentidos usualmente no se ven afectados.

A pesar de que el origen del ELA es desconocido, algunas de las posibles causas incluyen una mutación genética, desequilibrio químico y una respuesta inmune anormal. Las mutaciones genéticas pueden conllevar al ELA hereditario. Además, la mayoría de las personas con ELA tienen altos niveles de un mensajero químico llamado glutamato, el cual puede ser toxico para algunas células nerviosas conllevando a la muerte celular. Además, el ELA puede ser el resultado de que el sistema inmune de una persona comience a atacar sus propias células. Existen múltiples factores de riesgo capaces de incrementar la probabilidad de que una persona desarrolle el ELA. Estos incluyen la herencia, dónde niños de padres con ELA familiar pueden tener hasta un 50% de probabilidad de desarrollar la enfermedad, tener entre 40 y 60 años de edad, ser hombre (menor a 65 años), fumar, y la exposición al plomo en el área de trabajo.

En un plazo de dos a cinco años posterior al diagnóstico, el 80% de las personas con ELA muere, y solo el 10% sobrevive más de diez años. Actualmente no existen tratamientos o una cura efectiva para el ELA, y las personas con esta enfermedad terminan muriendo, usualmente debido a fallas respiratorias. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, se espera que los trastornos neurodegenerativos sobrepasen al cáncer como la segunda causa de muerte en Canadá para el 2040. Este artículo evaluará los tratamientos convencionales para los síntomas del ELA, discutirá acerca del apoyo emocional y mental, y evaluará las opciones naturistas.

Tratamiento Convencional Tratamiento Convencional

Las enfermedades neurodegenerativas, como el ELA, están caracterizadas por la pérdida progresiva e irreversible de las neuronas. Los tratamientos están disponibles para ayudar a controlar los síntomas de la enfermedad con la finalidad de mejorar la calidad de vida. El grupo de fármacos más importante utilizados en el ELA incluyen el Riluzol, Baclofeno, la Tizanidina y las Benzodiacepinas. El mecanismo de acción del Riluzol es escasamente conocido, pero se piensa que actúa sobre los nervios, previniendo el daño debido a la hiperexcitación causado por el glutamato a través de la reducción de las cantidades del mismo presentes en el cerebro. La excitación prolongada es toxica para las células nerviosas. El glutamato es un neurotransmisor que viaja de una neurona a otra con la finalidad de inducir la activación de la neurona receptora. Sin embargo, luego de que este mensaje es recibido, el glutamato es rápidamente disipado con la finalidad de prevenir la hiperexcitación nerviosa. Ciertos estudios han demostrado que el Riluzol tiene modestos efectos sobre la supervivencia de los pacientes con ELA, extendiendo el estimado de vida por aproximadamente 60 días. La dosis recomendada es de 50mg cada 12 horas, tomándolo no acompañado por las comidas. El riluzol generalmente es bien tolerado pero pueden aparecer algunos síntomas tales como nauseas, diarrea y/o lesión hepática. Por tanto, se requieren de exámenes sanguíneos regulares para monitorear la función hepática.

La terapia sintomática puede ser implementada para ayudar a aliviar el displacer causado por la espasticidad muscular asociada con el ELA. El baclofeno, un agonista GABAB, puede ser utilizado para aliviar la rigidez muscular en las extremidades y la garganta. Las dosis iniciales están entre 5-10mg pero pueden ser aumentadas hasta 200mg diarios. La tizamidina es un agonista adrenérgico de receptores α2 ampliamente usado en el tratamiento de la espasticidad muscular en la esclerosis múltiple, posterior a un infarto cerebral o en el ELA. Las dosis iniciales son bajas, entre 2-4 mg antes de acostarse y son gradualmente aumentadas debido a los posibles efectos secundarios. Las reacciones adversas tales como somnolencia, debilidad y mareo pueden limitar la cantidad de fármaco administrada a una persona. Las benzodiacepinas pueden ser administradas como antiespasmódicos efectivos, pero se corre el riesgo de dar paso a un efecto secundario mortal como lo es la depresión respiratoria en pacientes con ELA avanzado. Además, su doctor puede darle otros medicamentos para tratar otros síntomas asociados con ELA, como la fatiga, la constipación, el exceso de salivación o flema, el dolor, la depresión y/o el insomnio. Los tratamientos varían bastante dependiendo de la persona, por tanto es necesario que consulte con su doctor para determinar cuál es el tratamiento más apropiado para usted.

Apoyo Mental y Emocional Apoyo Mental y Emocional

La degeneración neurológica del ELA tiene un gran impacto en el estado mental y emocional del individuo. Esta condición causa que la persona pierda el control muscular sin sufrir un deterioro intelectual. Solo escuchar que ha sido diagnosticado con ELA puede ser devastador para la persona así como para sus familiares. La vivencia de poderosas emociones tales como la negación, la frustración, la ira, la soledad, la tristeza, el miedo y la pérdida son signos normales y naturales de aflicción. Este proceso de duelo nos otorga lecciones de vida y habilidades que nos ayudaran a hacerle frente. Toda esa lucha mental y emocional algunas veces es más difícil que la enfermedad en sí. A pesar de estas sensaciones negativas, las personas que sufren con el ELA, pero que cuentan con el apoyo de sus familiares y amigos aun encuentran un significado en la vida que los ha ayudado a fortalecer sus ganas de vivir. Muchas veces, en la vida se presentarán dificultades que pueden afectar negativamente nuestras emociones, pero al mismo tiempo permitirán que las personas que están sufriendo reevalúen sus vidas. Estas experiencias pueden concientizar a las personas, lo cual es necesario para reconocer y aprender a creer en nuestras percepciones internas. Los familiares de una persona que sufre con ELA también experimentaran la aflicción.Por tanto, es importante reconocer que ellos también necesitan tiempo para hacer frente a la pérdida. Amigos, miembros de grupos de apoyo, o incluso naturistas o consejeros profesionales que ofrezcan de su apoyo y entendimiento, pueden ser invaluables.

Los médicos naturistas pueden proveer de sesiones de asesoramiento en conjunto con otras tipos de terapias que ofrezcan apoyo no solo a los pacientes, sino también a sus familiares. La medicina naturista utiliza un enfoque holístico y en consecuencia, incorpora aspectos físicos, mentales, emocionales y espirituales. Los tratamientos están enfocados en controlar los síntomas y mejorar la progresión de la enfermedad. Los naturistas también guían e impulsan a sus pacientes a mantener una calidad de vida apropiada. Las referencias a consejeros profesionales serán realizadas cuando sean necesarias. Buscar ayuda de los demás y no tener miedo a expresarse es un signo de fortaleza, no una debilidad. El miedo a la muerte, la incapacidad o pérdida del control de su propio cuerpo es muy común entre las personas que padecen de ELA. El miedo puede ser una barrera que nos impida ver las cosas positivas y, por tanto, nos impida experimentar el amor. Las personas que fueron capaces de encontrar un sentido a sus vidas y la fuerza para continuar viviendo son aquellos que probablemente conquistaron sus miedos.

Opciones Naturistas Opciones Naturistas

Aunque no se conoce una cura para el ELA, múltiples tratamientos naturistas han sido usados para ayudar a disminuir los síntomas y la tasa de deterioro. Sin embargo, se han realizado pocos estudios para evaluar la eficacia de los tratamientos naturistas. Por tanto, es importante consultar a su médico naturista antes de iniciar alguno de estos tratamientos. Su médico naturista también será capaz de brindarle asesoramiento nutricional así como consejos sobre su estilo de vida y apoyo a medida que progresa la enfermedad. Un par de estudios han demostrado una relación entre el ELA y la exposición a factores ambientales (tales como los metales pesados). Basado en estas relaciones, puede que la desintoxicación tenga algún beneficio. Varios suplementos nutricionales también han demostrado aportar algún beneficio. Por ejemplo, un estudio demostró que el uso regular de vitamina E estaba asociado a la disminución de la progresión así como a una disminución del riesgo de muerte debido al ELA. Pequeños estudios también han demostrado que el uso combinado de vitamina E, enzimas pancreáticas, así como una dieta rica en proteínas, baja en grasas y carbohidratos, eran capaces de disminuir la pérdida de masa muscular y la fuerza. Dado que el ELA también ha sido asociado al estrés oxidativo (daño celular), puede que beneficie el uso de terapias con poderosos anti oxidantes tales como la vitamina C e inyecciones de glutatión, para ayudar a disminuir la progresión del ELA.

Es importante ser vigilado por su médico naturista en pro de conseguir un estado nutricional apropiado y también tener un plan para impedir la deshidratación y la malnutrición; especialmente porque puede que se le dificulte tragar a medida que progresa la enfermedad. La nutrición apropiada también puede prevenir o retrasar la instauración del ELA. Los alimentos específicos que son ricos en antioxidantes (luteínas y betacarotenos) incluyen: hojas verdes de berza, la col rizada, las coles de bruselas, calabacín, yemas de huevo, las batatas, las espinacas, el melón y las verduras de hojas oscuras. Estudios más recientes también propusieron a la espirulina, un superalimento, como otro antioxidante potencial así como una fuente de alimento neuroprotector. Por último, su médico naturista tendrá recomendaciones sobre cambios en su estilo de vida que lo ayudaran a impedir y reducir la progresión del ELA así como a minimizar el dolor. El ejercicio, en particular, es una terapia importante para todos los pacientes, pero debe ser adaptada según las necesidades de cada paciente. Las guías de ejercicio actuales, en general, recomiendan estiramientos para preservar e incrementar la flexibilidad (al contrario de ejercitar hasta el punto de fatigarse) así como ejercicios para el rango de movimiento para las articulaciones mayores. Con suerte, la combinación de todos estos tratamientos sintomáticos, en conjunto con el soporte emocional y mental, puede conllevar a una calidad de vida mejorada.