Los productos orgánicos y la salud - ¿Son realmente más sanos?

No se puede negar que los productos orgánicos han tomado por asalto muchas comunidades de América del Norte. Con el aumento en su popularidad, se pueden encontrar opciones orgánicas en todo, desde verduras hasta artículos para hornear, en la mayoría de los principales supermercados de las ciudades. La etiqueta ecológica tiende a tener un precio más alto y, a menudo, los productos pueden tener una apariencia menos atractiva que sus equivalentes cultivados convencionalmente, lo que puede influir en las decisiones que toman los compradores. Aquellos que están dando el paso adicional para buscar e invertir en productos orgánicos lo hacen con la idea de que lo están haciendo para mantener una buena salud, pero ¿son los productos orgánicos realmente más sanos? En Canadá existe cierta confusión sobre lo que realmente significa orgánico y cuáles son sus beneficios para la salud, así que echemos un vistazo a lo que dicen los hechos.

Cuando busque alimentos orgánicos en un supermercado canadiense, puede estar seguro de que en realidad son orgánicos. Esto es gracias a varios rigurosos organismos certificadores que regulan los productos orgánicos en Canadá, los cuales obligan a que un producto cumpla con ciertos requisitos para obtener su aprobación y poder afirmar que es orgánico. Los productos se evalúan de acuerdo a diversos requisitos y durante su producción se deben mantener ciertos estándares para recibir la certificación. En resumen, los productos orgánicos se deben producir (1):

• Sin el uso de pesticidas sintéticos.
• Usando semillas que no hayan sido genéticamente modificadas.
• Manteniendo ciertos estándares de bienestar animal, sin la aplicación de hormonas o antibióticos.
• Debe contener al menos 95% de ingredientes orgánicos en los productos envasados.

El beneficio que a muchos compradores de productos orgánicos les parece más atractivo es lo que respecta al uso de pesticidas. Por supuesto, los pesticidas son utilizados rutinariamente para prevenir la invasión de insectos y hongos que pueden dañar los cultivos o la apariencia cosmética de los alimentos, pero muchos de nosotros nos comeríamos unas manzanas manchadas para ayudar a evitar los daños a las aves y las abejas. Un hecho que no se conoce comúnmente es que los agricultores orgánicos también tienen permitido usar ciertos pesticidas. Esta lista de pesticidas permitidos se compone de sustancias que se originan de manera natural a diferencia de los productos químicos sintéticos, y puede incluir ciertos extractos de hierbas o bacterias que ayudan a proteger los cultivos de potenciales amenazas. Si bien se puede suponer que esto sería mucho menos dañino para el medio ambiente en el que se cultivan los productos orgánicos, es importante considerar que lo "natural" puede no ser siempre la opción más segura. Esto se demostró en un estudio publicado en 2010, el cual encontró que estos pesticidas naturales pueden ser menos selectivos para el control de plagas en comparación con sus equivalentes sintéticos y tienen un impacto ambiental más amplio en otros insectos (2). Otra herramienta útil que muchos agricultores orgánicos utilizan en lugar de recurrir a cualquier pesticida es el uso de una variedad de técnicas para prevenir las plagas, incluida la práctica de mantener un suelo saludable, rotar el tipo de cultivos que crecen en su campo y proporcionar el adecuado medio ambiente para estimular los depredadores naturales de las plagas. Sin embargo, sigue siendo importante lavar y preparar productos orgánicos con las mismas precauciones que usamos con los productos convencionales debido al posible uso de pesticidas naturales. (3)

El uso continuado de cualquier tipo de pesticida allana el camino para el desarrollo de insectos y hongos resistentes, y muchos creen que la exposición crónica a los pesticidas convencionales que hay en nuestros alimentos puede afectar nuestra salud a largo plazo. Una herramienta útil para reducir la exposición a pesticidas es una guía elaborada por una organización sin fines de lucro llamada Environmental Working Group (Grupo de trabajo sobre el medioambiente). Cada año esta organización evalúa las frutas y verduras no orgánicas para identificar cuáles contienen la mayor cantidad de residuos de plaguicidas cuando llegan los supermercados, y crean una lista que llaman "Dirty Dozen" (la “docena sucia”). La selección de los productos orgánicos equivalentes de estos alimentos puede darle un mayor beneficio por su dinero y ayuda a reducir la exposición a pesticidas. Visite su sitio en www.ewg.org para obtener una copia de la lista de este año.

Otra razón por la que muchos compradores eligen lo orgánico es para evitar los alimentos genéticamente modificados. La modificación genética realmente ha cambiado la manera como se cultivan las plantas y se crían los animales y los estándares cosméticos que los productores pueden alcanzar. Los organismos genéticamente modificados (OGM) se producen alterando el ADN de un organismo de una manera que no podría ocurrir en la naturaleza, como insertar un gen de una especie en otra o insertar un gen sintético. Esta técnica se ha aplicado desde 1994 para plantar alimentos con el fin de aumentar el rendimiento de los cultivos, disminuir la posibilidad de enfermedades de las plantas y evitar que los cultivos sean dañados por los pesticidas que se les aplican. Algunos de los alimentos más comunes que se pueden encontrar en el supermercado y que han sido modificados genéticamente son el maíz, los productos de soya y el aceite de canola, lo que significa que se puede encontrar ingredientes genéticamente modificados en casi todos los productos envasados que no hayan sido certificados como orgánicos. Se investigan los OGM por seguridad utilizando un modelo de estudio animal de 90 días antes de que lleguen a las estanterías de nuestro supermercado, y muchos compradores tienen grandes inquietudes sobre su uso generalizado en los alimentos. Aunque la opinión general de los investigadores y de los organismos reguladores parece ser que los OGM son seguros debido a la falta de estudios científicamente rigurosos que demuestren lo contrario, algunos cuestionan si esta opinión puede ser tendenciosa (4). Sin embargo, estas preocupaciones no están fuertemente respaldadas por la investigación disponible sobre el impacto de los OGM en la salud. (5)

En cuanto a la posible influencia de la producción de alimentos no orgánicos en el medio ambiente, los OGM pueden comenzar a generar preocupación al cambiar el paisaje genético de nuestras plantas. Las plantas con genética artificial pueden cambiar los ambientes a través de la propagación natural de las semillas, lo que podría perjudicar la supervivencia de las plantas silvestres no modificadas a través de la competencia y el cruce de especies. Por este motivo, los cultivos orgánicos certificados deben sembrarse a cierta distancia de los cultivos convencionales, ya que estos campos deben estar libres de contaminación por OGM. El alcance de la modificación genética en nuestros cultivos parece casi irreversible en este momento, aunque el debate sobre la seguridad para el público continúa. Una solución interesante que actualmente solicitan los consumidores es el etiquetado de alimentos que contienen OGM. Esto permitiría a los consumidores tomar una decisión con suficiente información sobre el consumo de OGM, aunque la elección de productos alimenticios orgánicos también ayudar a evitar el consumo de los OGM. Esto significa que la compra de productos orgánicos también es una forma de ayudar a los agricultores que no utilizan modificaciones genéticas para mejorar sus cultivos.

Otra razón por la que algunos de nosotros elegimos lo orgánico es porque creemos que sabe mejor, o creemos que tiene más nutrientes. La investigación sobre el gusto generalmente muestra que, si a un sujeto se le dice que un alimento es orgánico, pensará que sabe mejor, mientras que los sujetos a menudo piensan que estos alimentos tienen el mismo sabor que sus equivalentes convencionales cuando no se les revela que son orgánicos (6). En cuanto al debate sobre si los productos orgánicos son más nutritivos, la respuesta aún no está clara. Algunos estudios sugieren que los alimentos orgánicos contienen mayores cantidades de vitamina C, hierro, magnesio y otros nutrientes, aunque la nutrición en cualquier alimento varía entre los diferentes años y los diferentes sitios de producción (7). Una revisión de estos estudios publicada en 2012 sugiere que, en general, las diferencias en los niveles de nutrientes entre los alimentos orgánicos y no orgánicos no son consistentes y no son clínicamente significativas (8). La variedad en las prácticas de cultivo y ambientes ciertamente plantea problemas cuando se comparan los niveles de nutrientes entre dos alimentos cultivados en diferentes áreas.

Ya se encuentran disponibles versiones orgánicas de la gran mayoría de los alimentos, incluidas las frutas y verduras, las carnes, los cereales y la mayoría de los productos envasados. Grandes secciones de los supermercados tradicionales están dedicadas a los productos orgánicos, y tiendas enfocadas en la salud que venden solo productos orgánicos están apareciendo en cada esquina. Los consumidores realmente tienen la opción de comprar todos sus productos orgánicos certificados si lo desean, lo que puede plantear un dilema a la hora de decidir qué es lo mejor para su salud. Si busca productos orgánicos, asegúrese de elegir un producto certificado buscando un símbolo orgánico reconocido en su área. No se confunda con el término "natural": este término no está regulado y, por lo tanto, cualquier producto puede usarlo sin mantener necesariamente ciertos estándares de producción. La opción nutricional más importante es una dieta rica en frutas, verduras y otros alimentos integrales que tiene múltiples beneficios para la salud a largo plazo, ya sean orgánicos o no.