El trastorno límite de la personalidad - Cómo aprender a calmarse antes de la tormenta

Contexto

La estabilidad en un mundo inestable es la forma en que describimos el comportamiento humano “normal”. Poder mantenerse firme, afianzado y equilibrado en medio de circunstancias no ideales es lo que a menudo se espera, o incluso se exige, en las agitadas sociedades modernas. Si bien muchas personas pueden adaptarse a las fluctuaciones de la vida, ¿qué pasa con las personas que, por cualquier razón genética, trauma temprano, desequilibrios biológicos, falta de vínculos afectivos seguros, etapas del desarrollo perdidas, etc., no pueden responder de esta manera? ¿Qué pasa con aquellos que tienen dificultades para mantener las relaciones personales, carecen de seguridad en sí mismos, que responden a situaciones estresantes de forma impulsiva y, a menudo destructiva? Estas personas sufren de lo que se conoce como un “trastorno límite de la personalidad” (TLP).

El TLP se describe como un patrón de inestabilidad en múltiples facetas de la vida. Las personas con este trastorno a menudo tienen problemas de control emocional y dificultad para tolerar la angustia. Se involucran en actividades de autolesión, impulsividad e intentos de suicidio. Por lo general, se sienten vacíos por dentro, tienen cambios de humor y pueden experimentar disociaciones o paranoia. El abandono, ya sea real o percibido, es un gran desencadenante para alguien con TLP. Pueden reaccionar con ira y tienen dificultades para tolerar estas experiencias. Esta puede ser una razón por la cual tienen conductas de autolesión; ellas brindan alivio temporal a las emociones negativas fuertes. También les garantiza que tendrán la compañía de otros ya sea en forma de médicos clínicos, familiares o amigos. Si bien estar solo puede ser intolerable para alguien con TLP, las relaciones que mantienen suelen ser inestables y caóticas. A menudo tienden a idealizar demasiado a una persona o a desvalorizarla. Su relación con ellos mismos no es mejor. Sufren problemas de identidad y pueden hacer cambios repentinos y dramáticos en sus vidas.^[1]

Si bien no hay respuestas claras sobre por qué las personas desarrollan este trastorno, existen algunas teorías:

• Biológica: el TLP es cinco veces más común entre familiares de primer grado.[2]
• Psicológica: un ambiente familiar hostil y los eventos traumáticos tempranos son más comunes en el TLP.[2]
• Del desarrollo: Marsha Linehan, una psicóloga y creadora de la terapia conductual dialéctica (que se concibió originalmente para tratar el TLP), propuso la teoría de que estas personas tienen un descontrol en su respuesta emocional. Debido a este descontrol, son más sensibles emocionalmente, incapaces de controlar las emociones y tienen un retorno más lento a las emociones iniciales.^[3] Se dice que esto se debe a una falta de aceptación en torno a la expresión emocional durante la niñez, lo que les hace incapaces de resolver los problemas cuando se trata de la experiencia emocional.
• Perspectiva naturopática: es probable que sea todo lo anterior. Las predisposiciones constitucionales y genéticas, junto con las experiencias traumáticas complicadas, sin un marco constructivo para el aprendizaje de la liberación emocional ciertamente suena como una receta perfecta para los síntomas que las personalidades límite son propensas a experimentar. La pregunta no es: “¿Por qué son así?”, sino más bien: “¿Por qué no lo serían?”. Este es un punto focal de la terapia conductual dialéctica (DBT, por sus siglas en inglés) que se utiliza para el TLP.^[4]

La terapia conductual dialéctica se basa en los conceptos centrales de la autoaceptación y la voluntad de cambiar de forma simultánea.^[4] Aborda las dificultades de la experiencia de las personalidades límite de una manera escalonada. También afirma las acciones y comportamientos que estos pacientes pueden llevar a cabo, al valorar sus problemas particulares únicos y su pasado posiblemente plagado de traumas. Al aceptar y comprender sus patrones actuales de afrontamiento y comportamiento, abre espacio para el crecimiento sin culpa o vergüenza por las decisiones que han tomado. “Estoy haciendo lo mejor que puedo en el momento presente, y continuaré trabajando para mejorar” es una práctica muy importante promovida por el terapeuta de la DBT.^[4] Las herramientas ayudan a crear la atención plena que se utiliza para evitar la tormenta de emociones por completo. ¡Estos son conceptos importantes de los que la mayoría de nosotros podríamos beneficiarnos!

Otros enfoques convencionales para el paciente con TLP incluyen cosas como los antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), las benzodiazepinas sedantes y la hospitalización cuando los pacientes están en riesgo agudo.

Debido a los fundamentos biológicos de este trastorno y la imposibilidad de separar la mente y el cuerpo, tiene sentido tratar todo el cuerpo, además del uso de la DBT. Dado que los medicamentos psiquiátricos tienen sus limitaciones, los tratamientos y enfoques naturales y holísticos pueden ser de gran utilidad para el trastorno límite de la personalidad.

Para la mayoría de los trastornos psiquiátricos, el estrés es un gran detonante que hace que estas enfermedades aparezcan.

La medicina naturopática tiene herramientas valiosas para el manejo del estrés:

Nutrición: mantener el azúcar en la sangre equilibrado y consumir grasas buenas y proteínas saludables adecuadas es fundamental para la energía y el control emocional.

Adaptógenos: hierbas como la Rhodiola, la Withania y la Escutelaria podrían ser útiles para alguien con personalidad límite. Además de la regulación general del cortisol y la respuesta al estrés, pueden proporcionar un apoyo adicional dependiendo de la hierba de tu elección. La Rhodiola, por ejemplo, además de su papel en mejorar la resiliencia y reducir el cortisol y la actividad del eje HHA (respuesta al estrés), también parece modular los neurotransmisores, mejorar la neurotransmisión e inhibir la degradación de los neurotransmisores (de forma similar a un antidepresivo).^[5] Esto la convierte en una hierba útil para la depresión, la ansiedad y la fatiga física y mental.

Estilo de vida: un estilo de vida que reduzca el estrés, con el sueño adecuado, ambientes sociales positivos, tiempo al aire libre, ejercicio y actividades reparadoras como el cuidado personal o el yoga son todas buenas bases fundamentales para aliviar el descontrol emocional.

Vitaminas y minerales:

La vitamina C parece mejorar la respuesta psicológica al estrés agudo.

El magnesio tiende a agotarse durante los periodos de estrés emocional, y es útil para calmar el sistema nervioso y aliviar la tensión muscular.

La vitamina B5 es necesaria para una respuesta de estrés saludable, y también puede agotarse durante el estrés agudo o prolongado

Además del enfoque del manejo del estrés, la medicina naturopática puede ofrecer otros tratamientos.

Se ha demostrado específicamente que los ácidos grasos omega-3 mejoran el funcionamiento y reducen la impulsividad. También pueden ayudar con la depresión y la ansiedad, que las personas con TLP son propensas a experimentar.[6]

El Yi Gan San/Liver Soothing Bupleurum Formula [Fórmula relajante del hígado con Bupleurum] es una combinación herbal de la medicina tradicional china (MTC). Tiene un historial de uso para la agresión, el mal temperamento y la inquietud en los niños. Algunos ensayos clínicos también han demostrado efectividad para el trastorno límite de la personalidad. Esta fórmula sería más adecuada para las personas que presentan desequilibrios hepáticos desde una perspectiva de la MTC.^[7]

Homeopatía: varios remedios podrían ser útiles para el TLP. Cuanto más cerca estén los síntomas de la descripción de los remedios, más eficaces serán.

El Aurum es adecuado cuando el paciente con TLP experimenta depresión y decepciones severas. Estas decepciones a menudo se deben a un fracaso percibido o metas insatisfechas en su carrera, o por fracasos en el amor o duelo. A menudo pierden su voluntad de vivir y contemplan el suicidio.

Manzanilla: estos pacientes tienen gran irritabilidad, enojo y hostilidad. Son propensos a los arrebatos repentinos de ira, lo que hace que sus relaciones sean difíciles. Se dice que tienen “mentes caprichosas”. Cambian de opinión inesperadamente; piden algo y lo arrojan cuando lo reciben. También son demasiado sensibles al dolor.

Azafrán [Crocus sativus]: un importante remedio para los cambios de humor. Estas personas pueden alternar entre extrema felicidad, afectividad, baile y risa en un extremo, y gran irritabilidad, violencia y tristeza en el otro extremo.

Ignatia: si bien la Ignatia es un remedio muy conocido para el duelo, es útil para los cambios de humor en el TLP. Las personas que necesitan Ignatia son muy sensibles y propensas a las decepciones, sin embargo, no pueden expresar sus emociones. Como resultado, pueden volverse groseros, ponerse a la defensiva, tener relaciones tempestuosas y alternar entre estados de ánimo con risas que se convierten en lágrimas. Este remedio puede ayudar a que el dolor y la tristeza se “liberen”.

Lilium tigrinum: hacer que los que te rodean sientan que necesitan caminar en puntillas es el punto clave de las personas que necesitan Lilium tigrinum. Esto se debe a que estas personas son especialmente propensas a la ira histérica, a la gran sensibilidad (se ofenden por casi cualquier cosa) y se dice que son los más irritables de todos los remedios. Se sienten apurados, deprimidos y dispersos. Esto podría alternar con la amabilidad e incluso la hipersexualidad.

Aunque la salud mental puede ser desafiante y compleja, hay un mundo de opciones y vías para los que sufren. Para aquellos con trastorno límite de la personalidad, es importante poder explorar sus emociones, comportamientos y acciones de una manera compasiva, curiosa y libre de juicios. Relacionar los hechos, conocer los factores desencadenantes y explorar las características únicas de sus experiencias no solo les ayudará a seleccionar las terapias adecuadas, sino que les proporcionará una comprensión más profunda de sí mismos. Les permitirá tener tolerancia y resistencia emocional. Después de todo:

“La vida no se trata de esperar a que pase la tormenta, si no de aprender a bailar bajo la lluvia”.