Pasar al contenido principal

Compasión para el compasivo - Combatir la fatiga por compasión con autocompasión en los proveedores de la atención sanitaria

Louise Wilson
BSc, ND

31 August 2016
Español

Combatir la fatiga por compasión con autocompasión en los proveedores de la atención sanitaria

by Louise Wilson, B.Sc, ND

dr.louisewilsonnd@gmail.com


Compassion for the Compassionate






La importancia de la compasión en el cuidado de la salud

La palabra “compasión” se deriva de las palabras latinas "pati" y "cum", que juntas significan "sufrir con" (16, 27). Aunque es un sinónimo de simpatía, empatía y preocupación, la compasión va más allá e implica no solo un sentimiento que tenemos hacia otra persona que se encuentra en un estado de dolor, angustia o desgracia, sino que también incluye un deseo adicional de actuar para aliviar esa angustia. Cuando hablamos del cuidado de la salud y la compasión se podría decir que son palabras diferentes que describen el mismo acto y para aquellos que trabajan en el sector de la atención médica la importancia del tratamiento compasivo no es ninguna sorpresa. El acto de cuidar a un necesitado requiere compasión y se dice que aquellos que trabajan en el campo de la atención sanitaria y que utilizan y expresan esta acción importante son los más eficaces en su trabajo (27). El tratamiento compasivo es un punto de referencia para la atención médica de calidad y se refleja en los derechos de los pacientes y las guías de buenas prácticas, y por una buena razón, ya que el tratamiento compasivo mejora la salud de los que lo reciben (8, 26, 27). Diversos estudios han demostrado que el cuidado basado en la compasión y centrado en el paciente en las visitas de atención primaria está asociado con una mejor recuperación de las molestias y la preocupación, y fomenta una mejor salud emocional (26). Pregunte a cualquier paciente o miembro de su familia y se dará cuenta de que identifican el cuidado compasivo centrado en la persona, receptivo y comunicativo como un indicativo de una atención médica de calidad que ayuda a fortalecer y confortar al paciente necesitado (26, 18).


Source Los profesionales médicos y la fatiga por compasión

La importancia de la compasión en la asistencia sanitaria es, sin ninguna duda, imprescindible para la salud de quienes necesitan sus servicios, pero ¿qué hay de los que proporcionan este cuidado? Para todos aquellos que trabajan en clínicas, hospitales, centros de salud mental, servicios de emergencia, trabajo social y otros sectores del cuidado de la salud, incluyendo la medicina naturista, la necesidad de proporcionar un cuidado compasivo de manera regular puede resultar a veces debilitante. La rutina, un aumento de la exposición a eventos traumáticos, una atención médica basada en objetivos e incluso la exposición a lo mundano pueden disminuir la expresión de compasión disminuyendo la efectividad de esta importante herramienta para el cuidado de la salud (26).

La fatiga por compasión (FC) se refiere a un síndrome que aparece en individuos que tratan con eventos traumáticos o sensibles, por ejemplo en las personas que trabajan en el cuidado de la salud, y que puede influir negativamente en la salud física y mental, la seguridad y el bienestar del profesional, y en la salud y el bienestar de sus familias y de la gente por la que se preocupan (9, 25). Está considerado un riesgo ocupacional y los que trabajan en la atención sanitaria tienen un mayor riesgo de desarrollar FC, por lo que se ha sugerido que cuanto más empático es un proveedor de atención médica, más probabilidades tendrá de padecer FC (9, 25, 28). Varios estudios han demostrado que la prevalencia de la FC puede ser de hasta un 40% entre los que trabajan en ciertos campos médicos (31) y conclusiones similares se han encontrado también entre otros profesionales dedicados a ayudar a otras personas, como por ejemplo, en trabajadores de protección infantil, agentes del orden público y consejeros. (1, 6, 14). Los que trabajan como psiquiatras y asistentes sociales han demostrado tener los niveles más altos de FC y, además, se han detectado aumentos significativos en este parámetro por cada año adicional que han trabajado en estos campos (28).

Los síntomas asociados con la FC son muchos y normalmente incluyen pensamientos intrusivos, problemas de sueño, agotamiento, ira e irritabilidad, comportamientos negativos como el abuso de alcohol y drogas, una disminución de la capacidad de sentir simpatía y empatía, un sentimiento disminuido de disfrute o satisfacción con el trabajo y un mayor absentismo laboral (9, 25). Sin embargo, quizás lo que más preocupa es el efecto que tiene la FC en los resultados médicos de aquellos que están bajo el cuidado de personas con FC, ya que este síndrome se asocia con una atención médica menos eficiente (27). Estudios de investigación han demostrado que la FC y el estrés pueden perjudicar la capacidad del profesional para tomar decisiones y cuidar a los pacientes, y reducir la atención y la concentración (9, 15, 27). El agotamiento, un componente de la FC, también se ha asociado con una disminución de la satisfacción del paciente, una atención subóptima del paciente y un aumento de los tiempos de recuperación (24, 27, 30). Por lo tanto, la lucha contra la naturaleza omnipresente de la FC es de suma importancia no solo para el médico en cuestión, sino también para los pacientes a su cuidado.


Source Autocompasión como tratamiento para la compasión por fatiga

Abordar la FC en el profesional del cuidado de la salud es esencial y aunque existen diferentes métodos para combatir este síndrome —incluyendo iniciativas de trabajo, estrategias de identificación, formación y educación, apoyo social y autoconciencia— un tratamiento que está ganando más y más reconocimiento cada vez consiste en que cada uno tome su propia medicina (29). La autocompasión (AC) que se describe gracias a tres atributos principales —la bondad, un sentido de humanidad y la consciencia— es una mentalidad eficaz que puede evitar que el profesional de la salud sufra este síndrome. La Dra. Kristen Neff, que se encuentra a la vanguardia de la investigación sobre la influencia de la AC describe este tratamiento interno de uno mismo de esta manera: "no es muy diferente de tener compasión por los demás e implica ser cálido y comprensivo hacia nosotros mismos cuando sufrimos, fallamos o nos sentimos inadecuados en lugar de ignorar nuestro dolor o castigarnos con la autocrítica. Las personas con autocompasión reconocen que ser imperfecto, fracasar y experimentar dificultades en la vida es inevitable, por lo que cuando se enfrentan con experiencias dolorosas tienden a ser amables consigo mismos en lugar de enfadarse cuando la vida no alcanza los ideales establecidos " (23).

Si echamos un vistazo a los estudios sobre los efectos protectores de la AC nos damos cuenta de la influencia tan importante que tiene este comportamiento. Un estudio que analizaba la influencia de la AC entrevistó a estudiantes para comadronas sobre su calidad de vida profesional, autocompasión, bienestar mental y compasión por los demás y concluyó que las estudiantes que se caracterizaban por un autojuicio más negativo eran menos compasivas hacia sí mismas y hacia los demás, y no solo habían sufrido una reducción en sus niveles de bienestar sino que experimentaban agotamiento y FC (3). Por el contrario, las estudiantes que indicaban altas medidas de autocompasión y bienestar sufrían menos FC y agotamiento (3). Esta investigación demuestra que tener compasión y amabilidad por uno mismo puede proteger contra la FC.

Según Neff, lo que explica que la AC puede proteger contra la FC se debe a que la AC favorece la resistencia contra la depresión y la ansiedad, además de aumentar la satisfacción con la vida, el optimismo, la conexión social y la felicidad, algo de lo que a ninguno nos importaría tener más en nuestra vidas (20). De igual forma, esta resistencia permite moderar las reacciones de los trabajadores sanitarios cuando se enfrentan a acontecimientos negativos (20). La investigación realizada por Tate et al (2007) concluyó que los individuos que mostraban niveles más altos de autocompasión tenían reacciones menos extremas, menos emociones negativas y pensamientos más tolerantes, así como una mayor tendencia a poner sus problemas en perspectiva y reconocer su propia responsabilidad (13). Además, las personas que se compadecen a sí mismas tienen menos probabilidades de rumiar o suprimir pensamientos y emociones negativas (21). Aparte de eso, la autocompasión también está directamente relacionada con fuerzas psicológicas como la felicidad, el optimismo, la sabiduría, la iniciativa personal y la inteligencia emocional (2, 11, 12). En otras palabras, la autocompasión es el andamio sobre el cual se puede apoyar el profesional de la salud para prepararse mejor a la hora de desarrollar su profesión en este campo tan exigente.

Yendo más allá de la simple amabilidad para con uno mismo y entrando en aplicaciones más prácticas de la AC, la investigación sugiere que las intervenciones de atención plena, y en particular aquellas con un componente añadido de bondad amorosa, tienen el potencial de aumentar la AC entre los profesionales de la salud (27). Neff y sus colegas, basándose en su investigación, han desarrollado un programa eficaz para enseñar AC, que se conoce con el nombre de Mindful Self-Compassion, que se centra en una serie de meditaciones (bondad amorosa, respiración cariñosa) y prácticas informales para su uso en la vida cotidiana (por ejemplo, una caricia calmante y relajante, la escritura de una carta autocompasiva) (2). Se cree que si se pone la atención en el desarrollo de la autocompasión para los trabajadores de la salud utilizando estas intervenciones se podría reducir el estrés y aumentar la eficacia de la atención clínica (27).


Conclusión Source

La compasión es necesaria en la asistencia sanitaria. Aquellos que reciben atención que se entrega con humanidad y empatía mejoran su salud y manifiestan una mayor satisfacción con su cuidado, un estándar que obviamente cualquier equipo de salud espera lograr. Sin embargo, a veces es más fácil decirlo que hacerlo, ya que los que están en primera línea de la atención sanitaria corren el riesgo de desarrollar FC debido a la naturaleza exigente y sensible de sus funciones. Si bien se trata de una cuestión multifactorial, los estudios realizados han demostrado que el desarrollo de AC puede ser vital tanto en la prevención de la FC como en la promoción de la atención compasiva, y que "satisfacer las propias necesidades de alivio, comprensión empática y apoyo es un prerequisito importante para continuar ejerciendo de figura de apego para otras personas necesitadas "(10). Ya sea tratando a otros proveedores de la atención sanitaria o reconociendo el desarrollo de la FC en uno mismo, tanto la AC como otras mediaciones conscientes cuyo objetivo es crear compasión para uno mismo, son excelentes recomendaciones para que el proveedor médico consiga que los afectados puedan afrontar mejor el papel integral que tienen en las vidas de otros.

“En medicina se nos enseña a ser valientes y fuertes, pero también debe haber un momento y un lugar para la expresión emocional, y tal vez incluso para llorar." Los médicos, enfermeras y otros miembros de los equipos de salud deben ser fuentes constantes de apoyo para el paciente. Al final del día, el médico, la enfermera, el trabajador social o el empleado deben ser capaces de procesar todo lo que han visto y experimentado. Necesitamos apoyar a las personas que trabajan con los más enfermos de los enfermos y ese apoyo quizá necesite empezar por uno mismo” (7).