¿Por qué nos da cáncer? Una revisión de las causas

La incidencia de cáncer nunca ha sido más alta. Estamos viendo un aumento constante en los casos cada año. Se estima que en 2016 tuvimos 1.6 millones de nuevos casos con los cánceres de mama, pulmón, próstata y colon encabezando la lista ⁽¹⁾. ¿Por qué están aumentando las tasas de cáncer? Un carcinógeno es una sustancia capaz de causar cáncer en los tejidos vivos. Es difícil conceptualizar las numerosas y variadas formas de carcinógenos a las que estamos expuestos diariamente. Los carcinógenos se encuentran en los alimentos, el medio ambiente, los productos domésticos y del cuerpo, los lugares de trabajo y los medicamentos. ¿Cuáles son estos carcinógenos y cómo podemos reducir nuestra exposición?

Los pesticidas se han utilizado durante siglos como parte de la agricultura. Fue el aumento en el uso de los pesticidas sintéticos que comenzó a producir efectos tóxicos directos e indirectos. Efectos indirectos debido a la bioconcentración, la acumulación de moléculas en el tejido graso y la biomagnificación, que es el aumento en la concentración de una sustancia a medida que sube en la cadena alimentaria.

Se sabe desde hace décadas que los pesticidas y los herbicidas causan cáncer. Algunos ejemplos de plaguicidas carcinógenos conocidos son:

1. Plaguicidas organoclorados: DDT, DDE, clordano, heptacloro, dieldrín, metoxano
2. Plaguicidas organofosforados: diazinón, clorpirifos
3. Herbicidas de triazina: atrazina, simazina, cianazina
4. Herbicidas clorofenoxi: 2,4-D, 2,4,5-T, agente naranja

Los pesticidas y herbicidas se usan en cultivos, prados, jardines y campos de golf ⁽²⁾. Se pueden encontrar en los alimentos, el aire, el hogar y el agua potable ⁽³⁾. El uso de glifosato, el ingrediente activo en Roundup, un herbicida producido por Monsanto, se ha multiplicado por 100, desde que se vendió por primera vez en el mercado en la década de 1970 ⁽⁴⁾. El glifosato es uno de los herbicidas más comúnmente utilizados en el mundo. Se rocía en cultivos de maíz, soja y trigo. Se encontró que el 90% de los cultivos de soja tienen residuos de glifosato. Como un potente disruptor endocrino, incluso a dosis menores a las utilizadas en la agricultura, se ha demostrado que el glifosato causa cáncer ⁽⁵⁾. Su carcinogenicidad está relacionada con sus efectos estrogénicos; su capacidad de unirse a los receptores de estrógeno y estimular el crecimiento del cáncer.

Los parabenos se utilizan en cosméticos y productos para el cuerpo para aumentar la vida útil y la estabilidad matando patógenos como bacterias y hongos. Son conservantes. También se han encontrado en la totalidad de muestras de tejido del cáncer de mama ⁽⁶⁾. Aunque normalmente se excretan en la orina después de la absorción, hay una pequeña cantidad (el 1%) que permanece en el cuerpo y actúa como un estrógeno débil. Los parabenos actúan sobre las células del cáncer de mama humano y hacen que crezcan ⁽⁷⁾.

Las nitrosaminas se usan en productos cárnicos procesados como conservantes en forma de nitratos y nitritos. También se generan a través de la combustión incompleta de carnes durante la cocción. Algunos de los productos que contienen más nitrosamina son: los perros calientes, el tocino y los fiambres. Las nitrosaminas se han usado durante décadas para preservar el color rojo de la carne. Los estudios ahora han confirmado su capacidad para causar cáncer. También se ha demostrado que la carne roja causa cáncer, en particular, los cánceres colorrectales y estomacales ^{(8) (9) (10)}.

Los carcinógenos de origen aéreo más comunes en la actualidad son los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP). Los HAP ingresan al cuerpo a través de los alimentos contaminados, el agua potable, el humo de cigarrillos, los escapes de vehículos y el aire contaminado de entornos ocupacionales ⁽¹¹⁾. Los HAP dañan el ADN, lo que conduce al desarrollo del cáncer ⁽¹²⁾. La mayor parte de nuestro consumo ambiental de HAP ocurre a través de la contaminación de los alimentos durante las técnicas de procesamiento de alimentos (ahumar, cocinar, asar al carbón, asar a la parrilla) y métodos usados para el análisis y en alimentos no procesados a través del suelo y debido a la bioacumulación encontrada en fuentes animales de comida. Los pescados y mariscos contienen HAP debido a la contaminación de las aguas costeras.

Entonces, ¿por qué nos da cáncer? Porque comemos, usamos y absorbemos carcinógenos. Evitar nuestra exposición a los carcinógenos conocidos puede reducir en gran medida nuestro riesgo de desarrollar cáncer. Existen seis cambios en el estilo de vida que podemos implementar para disminuir en gran medida nuestra exposición a los carcinógenos conocidos:

1. Come alimentos orgánicos
   

   Los mercados locales de agricultores en tu comunidad garantizan que tu comida esté libre de plaguicidas/herbicidas y hayan sido cultivadas con conciencia. En todas las ciudades grandes y pequeñas de Norteamérica puedes encontrar supermercados de alimentos orgánicos. La comida cultivada conscientemente es más costosa que la producida a través de la agroindustria solo cuando el costo para el medio ambiente y el sistema médico no se toma en consideración. La enfermedad no solo es financieramente costosa sino también emocionalmente agotadora. Comer bien es la mejor prevención de enfermedades a largo plazo.

2. Usa solo productos naturales en tu piel y hogar
   

   Hay muchos productos de limpieza naturales efectivos. Los aceites esenciales son antimicrobianos y se pueden usar en limpiadores naturales como desinfectantes. El detergente para ropa puede ser una fuente de carcinógenos y debe cambiarse por una alternativa natural. Evitar los suavizantes de telas y toallitas suavizantes en la secadora es una forma fácil de reducir la carga de toxinas. Los productos corporales naturales son esenciales. Asegúrate de que tus cremas, maquillaje, limpiadores y pasta de dientes no contengan toxinas. Evitar productos con alquilfenoles, parabenos, ftalatos, triclosán, polietilenglicoles (PE-G), aluminio y lauril sulfato de sodio (SLS) reducirá tu exposición a los carcinógenos. El maquillaje a base de minerales se encuentra ahora en todos lados, así como los desodorantes, las pastas dentales, las cremas y los productos de afeitado naturales y libres de toxinas ^{(13) (14)}.

3. Haz el esfuerzo de pasar tiempo en la naturaleza
   

   El aire limpio y el ejercicio son importantes para reducir el riesgo de cáncer y el cáncer en sí mismo. ^{(14) (15)}. Tomarse el tiempo cada semana para salir de la ciudad te ayudará a reducir tu exposición a la contaminación ambiental. El ejercicio aumenta la cantidad de células aniquilantes naturales, lo que ayuda a protegernos del cáncer y otras enfermedades ⁽¹⁶⁾.
   

4. Agrega alimentos anti-cancerígenos a tu dieta
   

   La brassica: esta es una familia de alimentos que se sabe que apoyan la desintoxicación del hígado: brócoli, hojas de mostaza, col rizada, coles de Bruselas y repollo.

   La cúrcuma: cruda o seca tiene propiedades antiinflamatorias y anticancerígenas. Se puede consumir en curry o en forma de “Golden Milk” [leche dorada]. La cúrcuma se puede agregar a muchos platos para mejorar su sabor y prevenir el cáncer, reducir la inflamación y el dolor. Haz clic AQUÍ para obtener una receta de “Golden Milk” [leche dorada].

   El té verde: contiene un poderoso compuesto para combatir el cáncer llamado galato de epigalocatequina o EGCG. Es un antioxidante poderoso que también actúa para proteger el sistema cardiovascular.

   Los hongos: específicamente el reishi, el mitake, el shitake y la cola de pavo (Trametes versicolor), contienen betaglucanos que estimulan nuestro sistema inmune para reconocer y eliminar el cáncer y prevenir su propagación.

   El astragalus membranaceus: es una raíz que se vende principalmente seca. Tiene capacidades antitumorales relacionadas con su capacidad para restaurar la función de las células T, la cual se reprime en pacientes con cáncer. ^{(17,18,19, 20)}

5. Reduce la ingesta de carne
   

   Se demostró que el riesgo de cáncer de colon tiene una reducción del 30-40% con una mayor ingesta de vegetales. Un patrón dietético alto en carne y grasa tiene un riesgo dos veces mayor de cáncer de ovario ⁽²¹⁾. Las carnes contribuyen al riesgo de cáncer a través de la provisión de grasa, y también como un vehículo de productos cancerígenos en la cocina: aminas heterocíclicas y compuestos nitrosos. Recientemente se ha demostrado que las carnes ahumadas son carcinogénicas debido a la combustión incompleta de la carne de los asados o al ahumado ya que son altamente mutagénicos.

   Los peces son una buena fuente de ácidos grasos omega 3, que poseen propiedades anticancerígenas. Se ha demostrado que una dieta pescetariana (principalmente verduras y pescado) tiene un menor riesgo de cáncer de ovario debido la relación inversa que hay entre la ingesta de ácidos grasos omega 3 de los peces y el desarrollo de cáncer de ovario (22).

6. Evita la interacción excesiva con compuestos similares a los estrógenos
   

   Hay muchas sustancias naturales y artificiales que imitan la actividad de los estrógenos en el cuerpo, como el herbicida Roundup del que hablamos anteriormente. Con respecto a los estrógenos a base de plantas, este efecto es débil y en realidad puede prevenir el cáncer. Pero cuando hablamos de las fuentes artificiales de estrógenos exógenos, así como de dosis excesivas de una fuente natural, el resultado es perjudicial. La soja contiene compuestos llamados isoflavonas que son débilmente estrogénicos. El Bisfenol-A (BPA) se encuentra en plásticos blandos y se sabe que es estrogénico. Eliminar el BPA de tu vida en la forma de botellas plásticas de agua y ciertos productos enlatados, así como limitar tu consumo de soja orgánica y productos de soya puede disminuir tu exposición a sustancias estrogénicas.

Una dieta de verduras y pescado orgánico combinada con un estilo de vida natural puede ser la clave para reducir la incidencia de cáncer en todo el mundo. Michael Pollan lo dijo mejor en su libro The Omnivore's Dilemma [El dilema del omnívoro]: “Come comida, no demasiada, principalmente plantas”. A eso yo le agregaría, asegúrate de que la mayoría de esos vegetales sean crudos, y combínalos a diario con superalimentos anticancerígenos, una dieta orgánica y un estilo de vida natural y libre de toxinas.

Para obtener una lista completa de los carcinógenos, puede visitar el Programa Nacional de Toxicología en el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU. Publican una lista actualizada de sustancias carcinogénicas conocidas ⁽²³⁾.