El té verde - Sus beneficios para la salud

El té verde es una bebida elaborada a partir de la planta Camelia sinensis, un arbusto originario del sur de China que se ha utilizado a lo largo de la historia por los muchos beneficios que se le atribuyen ⁽¹⁾. Es de gran importancia cultural en Asia, donde se le conoce como la bebida nacional de China. Tanto India como China han incorporado el té verde en sus prácticas de medicina complementaria para apoyar la digestión, la salud cardiovascular y mental, entre otras ⁽¹⁾. Tan solo en la última década, se han realizado numerosos estudios que avalan las diversas aplicaciones del té verde en la mejora de la salud. Estos estudios también han dado paso a una nueva apreciación del té verde en Occidente.

La producción de té verde difiere del té negro en que hay poca o ninguna oxidación e inactivación de polifenoles como catequinas, proantocianidinas y galato de epigalocatequina (EGCG). Por lo tanto, estos polifenoles están presentes en grandes cantidades en el té verde, siendo la concentración más alta la del galato de epigalocatequina (EGCG) ⁽²⁾. El ECGC es un poderoso antioxidante, una sustancia que combate los radicales libres dañinos en el cuerpo. Este compuesto ha sido investigado y utilizado para una variedad de enfermedades, desde el tratamiento y la prevención de diferentes tipos de cáncer, gástrico, colorrectal, de mama, pulmón, próstata, hígado, leucemia y pérdida de peso hasta el aumento del estado de alerta mental y la resistencia atlética ^{(3, 4)}. Tópicamente, ha mostrado resultados prometedores en el tratamiento del acné y el cáncer de cuello uterino, así como en la progresión del envejecimiento de la piel ⁽⁴⁾.

Como terapia botánica, el té verde se puede consumir como una bebida caliente varias veces al día o como un suplemento estandarizado de polifenoles. Una taza de té verde, además de polifenoles, también contiene alcaloides como la cafeína, aunque no en cantidades tan grandes como el café ⁽²⁾. Aunque es segura cuando se consume regularmente, la presencia de cafeína en el té verde puede crear efectos secundarios si se consume en exceso ⁽²⁾. Es interesante observar que los chinos originalmente consumieron té verde como un polvo (matcha) y con el tiempo, hicieron la transición al remojo de las hojas sueltas. Su evolución de uso en los últimos tiempos ha sido paralela a algunos hallazgos científicos interesantes. Este artículo discutirá las aplicaciones terapéuticas del té verde en la pérdida de peso y como un tratamiento complementario para el cáncer.

Pérdida de peso

El té verde es, sin duda, uno de los tés más consumidos en Norteamérica hasta la fecha. A pesar de ser una alternativa popular al café, esta bebida con cafeína es muy conocida por sus fuertes propiedades antioxidantes y, más recientemente, por su capacidad para ayudar a reducir el peso. ¿Es posible que exista en el mercado una píldora mágica natural para bajar de peso? Más importante aún, ¿funciona?

Como se mencionó, el té verde contiene un potente componente activo conocido como EGCG, epigalocatequina-3-galato, una de las muchas catequinas que se encuentran en las hojas de té verde. Se dice que el EGCG es el principal ingrediente activo que permite la pérdida de peso y la investigación sugiere que es efectivo en ciertas poblaciones. En 2015, un ensayo clínico aleatorio doble ciego controlado con placebo de 115 mujeres con obesidad central, que tomaron 857 mg de EGCG durante 12 semanas, obtuvo como resultado una pérdida de peso significativa, una disminución del IMC y una reducción en la circunferencia de cintura en las pacientes ⁽⁵⁾. El análisis de sangre también mostró una disminución en el colesterol total y en las LDL (lipoproteínas de baja densidad). No hubo efectos secundarios o eventos adversos.

Los resultados positivos del estudio pueden deberse al efecto del EGCG sobre la reducción de los niveles de la hormona grelina en el cuerpo ⁽⁵⁾. La grelina se conoce como la "hormona del hambre", ya que es responsable de regular el gasto de energía y, lo que es más importante, el apetito y el hambre. También se encontró que el EGCG aumenta los niveles de adiponectina; La adiponectina está involucrada en la regulación de la glucosa y la descomposición de los ácidos grasos (grasas) en el cuerpo. Los participantes en el grupo placebo del estudio no tuvieron estos resultados.

Un ensayo clínico aleatorizado doble ciego temprano controlado con placebo en 2014 con 83 mujeres obesas premenopáusicas examinó el papel del EGCG en el cambio de la composición corporal y el metabolismo ⁽⁶⁾. Este grupo tomó 300 mg de EGCG durante 12 semanas y los resultados del estudio demostraron que el EGCG no produjo ningún cambio en la composición de la grasa corporal ni en el gasto de energía, ni tuvo efecto en la pérdida general de peso ⁽⁶⁾.

Aunque muchos desearían que existiera una píldora mágica para perder peso, libre de efectos secundarios, con la limitada investigación disponible y las variaciones en los resultados de la investigación, no se puede afirmar de manera concluyente que el EGCG sea la píldora mágica para perder peso. Sin embargo, con la dosis correcta, en la población adecuada, el EGCG puede ser un compuesto prometedor. Mientras se realizan más investigaciones, consumir una dieta llena de frutas y verduras, mantener un régimen de ejercicio constante y una taza ocasional de té verde puede ser un gran comienzo para mantener una mente y un cuerpo saludables.

Oncología

Se ha informado que el té verde protege contra varios tipos de cáncer, incluyendo el osteosarcoma, leucemia, piel, mama, próstata, esófago, estómago, colon, páncreas, pulmón, cuello uterino y cáncer de vejiga ⁽⁷⁾. El té verde está compuesto de catequinas, que son compuestos polifenólicos derivados de flavonoides que inhiben el crecimiento del cáncer ⁽⁸⁾. Algunas de las principales catequinas que se encuentran en el té verde incluyen la epicatequina (EC), la epigalocatequina (EGC), la epicatequina galato (ECG) y la epigalocatequina-3-galato (EGCG) ⁽⁷⁾.

Se afirma que el té verde tiene propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y anticancerígenas debido a su contenido de polifenol ⁽⁸⁾. Algunos de los mecanismos antioxidantes y anticancerígenos del té verde incluyen la eliminación de radicales libres, la estimulación de los sistemas de desintoxicación de fase I y II, la inhibición de los promotores tumorales y la prevención de mutagenicidad y genotoxicidad ⁽⁷⁾. Además, estudios in vivo han encontrado que los polifenoles del té verde previenen la carcinogénesis inducida por la radiación UV al disminuir el estrés oxidativo, reducir la oxidación de las proteínas, prevenir la supresión del sistema inmune y estimular las enzimas de reparación del ADN ⁽⁹⁾.

Se ha informado que el consumo de té verde disminuye las metástasis y la recurrencia del cáncer de mama en estadio I y II, probablemente al evitar la unión del estrógeno a sus receptores ⁽⁷⁾. Otro estudio encontró que el consumo de té verde redujo el riesgo de metástasis de cáncer de mama a los ganglios linfáticos y proporcionó una reducción general de la incidencia de cáncer de mama en aquellos que bebían 10 tazas o más por día ⁽¹⁰⁾. También se ha encontrado que el consumo de té verde disminuye el riesgo de desarrollar cáncer de esófago en mujeres, con una reducción del 50% en las participantes que bebían más té en comparación con los otros grupos, mientras que otro estudio informó que el consumo de té verde redujo el riesgo de desarrollar cáncer de esófago en un 60% ⁽¹⁰⁾. Además, los fumadores que consumían té verde tenían menor riesgo de desarrollar células malignas en los pulmones y mutaciones en los linfocitos; sin embargo, también se descubrió que su consumo reduce el riesgo de cáncer de pulmón en los no fumadores ⁽¹⁰⁾.

Se ha informado que el EGCG, uno de los polifenoles encontrados en el té verde, protege contra el desarrollo de tumores cancerosos. Es un potente antioxidante y se ha demostrado que ralentiza el desarrollo tumoral al inhibir los factores que promueven el crecimiento de las células cancerosas (7). Se ha sugerido que el EGCG detiene el crecimiento de las células cancerosas al tiempo que deja intactas las células sanas (7). Además, los estudios también han encontrado que inhibe la liberación del factor de necrosis tumoral alfa y suprime el crecimiento del tumor y la progresión de las células premalignas e iniciadas ⁽¹⁰⁾.

Investigadores han descubierto que el EGCG inhibe el crecimiento de las células cancerosas por la muerte celular apoptótica en el cáncer de próstata. También se informó que el EGCG reduce la proliferación de células de cáncer de mama humano in vitro y disminuye la gravedad del diagnóstico inicial y la probabilidad de recurrencia ⁽¹⁰⁾. Además, se estableció que el EGCG inhibe el crecimiento de células de cáncer cervical a través de la muerte celular programada y el arresto del ciclo celular ⁽¹⁰⁾.

La dosis terapéutica recomendada de consumo de té verde es de 4 a 10 tazas por día, lo que equivaldría a 500 mg de polifenoles de té verde tres o cuatro veces al día, y su alto perfil de seguridad hace que sea seguro consumirlo regularmente. Las investigaciones han concluido que el té verde tiene potentes propiedades antioxidantes y anticancerígenas y puede ser eficaz para prevenir el desarrollo de diferentes tipos de cáncer ⁽¹⁰⁾. Sin embargo, siempre sugerimos consultar con tu médico naturópata antes de hacer cualquier modificación con respecto a tu salud, ya que cada individuo es único. Para algunos, un extracto en forma de suplemento puede ser la mejor opción, mientras que para otros el consumo de un par de tazas de té verde por día sería más apropiado.