Un enfoque holístico de la prevención y el tratamiento de las enfermedades crónicas suele incluir la terapia con ejercicios como modalidad esencial. Con pocas excepciones, el ejercicio se considera generalmente una actividad saludable, y es lógico incorporarlo a cualquier programa de salud. Sin embargo, decirle que haga ejercicio no siempre inspira a una persona. Una manera de ayudar a motivar es entender los beneficios directos del ejercicio en tu condición de salud. A través de un proveedor de atención de salud holística licenciado, como un médico naturopático, puedes someterte a dos evaluaciones que son herramientas fáciles y eficaces para la adaptación al ejercicio: fuerza y aptitud cardiorrespiratoria (CRF, por sus siglas en inglés). El propósito de este artículo es ilustrar el valor de la evaluación de CRF como una herramienta motivacional para una modalidad de tratamiento simple pero eficaz: ¡la terapia de ejercicio! Además, aquí aprenderás que la CRF y sus medidas objetivas, como el VO2 máx, no son solo una evaluación para los atletas. Debido a que la ciencia de la CRF está recién empezando, esta no es una evaluación que se ofrece comúnmente en los consultorios de salud, por lo que es importante encontrar un proveedor de confianza que sea experto y ofrezca esta evaluación como parte de un programa de atención integral.

¿Qué es la CRF?

La CRF se define como la capacidad de los sistemas circulatorio y respiratorio para suministrar oxígeno a los tejidos durante la actividad física sostenida. Se mide como VO2 máx. o absorción máxima de oxígeno durante el ejercicio intenso¹. La CRF ha sido un foco de estudios académicos y clínicos durante décadas en los campos de la cardiología, la pulmonología, la neurología, el envejecimiento, la salud metabólica, la oncología y el rendimiento atlético. Debido al alto valor clínico de la evidencia obtenida durante este período que asocia la CRF con la reducción de mortalidad, la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) tomó la decisión, en 2016, de publicar una declaración científica posicionando la CRF como un “signo vital”. La intención de la AHA era animar a los médicos a hacer de la CRF una parte común de las consultas clínicas.²

La decisión de la AHA de hacer esta recomendación se basó en una serie de resultados clave de ensayos controlados aleatorizados (ECA), estudios de cohortes, estudios de casos y controles y datos epidemiológicos.³ La baja CRF se asocia con un mayor riesgo de mortalidad por todas las causas y predice la mortalidad en la misma medida que factores de riesgo muy bien conocidos como el tabaquismo, la hipertensión, el colesterol alto y la diabetes mellitus tipo 2.⁴ Esto incluye una mayor incidencia y mortalidad por enfermedades cardiovasculares, cáncer y enfermedad de Alzheimer, los tres mayores perjuicios para la longevidad humana.⁵,⁶,⁷

La CRF y la terapia de ejercicio

Se ha demostrado que el mejoramiento de la CRF a través de la terapia de ejercicio aumenta la supervivencia después de eventos cardiovasculares, reduce el riesgo de desarrollo y recurrencia de cáncer, reduce el riesgo quirúrgico y favorece el período de recuperación postquirúrgica, y retrasa además la aparición de la demencia.⁸ El uso de ejercicios aeróbicos para entrenar la CRF conduce a una menor adiposidad visceral, una mejor sensibilidad a la insulina y menores niveles de inflamación; permite la obtención de perfiles lipídicos y lipoprotéicos más favorables; y disminuye la presión arterial.⁹  Fisiológicamente beneficia a los sistemas metabólico, endocrinológico, y cardiopulmonar.

¿En qué consiste la evaluación?

Para medir la CRF, los profesionales de la salud licenciados utilizan una prueba de ejercicio cardiopulmonar (CPX, por sus siglas en inglés), que proporciona un valor maravilloso para la prevención de enfermedades, ya que ofrece una mirada objetiva del estado del corazón, pulmón y las mitocondrias. La prueba se puede realizar utilizando una bicicleta estacionaria o una cinta de correr y requiere un dispositivo de análisis metabólico de grado clínico para capturar los datos respiración por respiración. La prueba comienza con un calentamiento de tres minutos y pasa a una prueba de estilo rampa personalizada que aumenta en dificultad cada minuto hasta que el paciente llega al agotamiento. A lo largo de la prueba, las mediciones del uso de VO2  y la espiración del VCO2 se realizan en conjunto con la frecuencia cardíaca. Un enfriamiento de dos minutos concluye la prueba, plazo en el que la frecuencia cardíaca y respiratoria regresan a la línea base. El tiempo total de prueba, incluyendo el período de instrucciones, comprobación de parámetros y pruebas, es de aproximadamente 45 minutos.

La CPX proporciona una evaluación basal de la función cardiorrespiratoria para la implementación de un plan integral de salud cardíaca. Tener algunas mediciones objetivas de la salud pulmonar y cardíaca ayuda a mejorar el cumplimiento y la motivación para la terapia de ejercicio. Por lo general, se recomienda hacer un seguimiento del progreso y las evaluaciones de VO2 máx. cada 12 semanas.

A lo largo de la evaluación de CPX, los valores medidos incluyen volumen respiratorio, frecuencia respiratoria, ventilación por minuto, pulso VO2, frecuencia respiratoria VO2, calorías totales quemadas por minuto, calorías de carbohidratos y calorías de grasa. Los marcadores clave obtenidos para su uso en la prescripción del ejercicio incluyen eficiencia metabólica, eficiencia para quemar grasa, umbral anaeróbico y umbral ventilatorio. Estos resultados ayudan a definir un programa de ejercicio individual basado en evidencia que puede incluir entrenamiento de resistencia, entrenamiento de intervalos de alta intensidad (HIIT / Tabata) y entrenamiento continuo de intensidad media.

Un efecto metabólico completo

Algunos términos a considerar:

• La eficiencia metabólica se refiere a la quema calórica durante el movimiento y nos indica cuán bien se queman las calorías durante el ejercicio. El valor indica el metabolismo activo, la aptitud general y la eficiencia del ejercicio.
• La eficiencia para quemar grasa refleja la quema de grasa por las mitocondrias durante el ejercicio, un valor clave para la pérdida de peso.
• El umbral anaeróbico es la frecuencia cardíaca y la intensidad a la que el cuerpo pasa al metabolismo anaeróbico como una gran parte de la generación de energía del cuerpo.
• El umbral ventilatorio es la intensidad del ejercicio a la que la actividad física comienza a ser considerada un entrenamiento.

Conclusión

La aptitud cardiorrespiratoria (CRF) es un valioso predictor de bienestar general, para la prevención de enfermedades, para evitar el empeoramiento de una condición crónica, y para mejorar la salud y la esperanza de vida. Se puede evaluar mediante una prueba de ejercicio cardiopulmonar (CPX) como parte de un cuidado integral como la naturopatía.

La actual epidemia de obesidad, la dependencia de los tratamientos farmacéuticos para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, las costosas cirugías y el aumento de la diabetes tipo 2 incentiva el uso de una herramienta barata y simple como enfoque holístico para el bienestar metabólico y la prevención de enfermedades cardiovasculares. Las prescripciones de ejercicio aeróbico se deben detallar, monitorear adecuadamente y evaluar de manera justa. La prueba de aptitud cardiorrespiratoria (CRF) nos permite hacer precisamente eso. ¿El efecto secundario? ¡Estarás de mejor humor, tendrás más energía y dormirás mejor!