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El eccema en adultos - Enfoques naturopáticos

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Picazón, sequedad, enrojecimiento y agrietamiento en la piel: signos incómodos de un brote de eccema que pueden ser leves o afectar de forma importante la calidad de vida. Las cremas de corticosteroides pueden ser muy útiles para atacar los síntomas y la inflamación asociados con el eccema, pero aquí encontrarás algunas sugerencias para llegar a la raíz del problema y prevenir futuros brotes.

¿Qué es el eccema?

El eccema, también llamado dermatitis atópica, es una enfermedad inflamatoria crónica común que impacta la barrera cutánea y que afecta alrededor del 2-3% de los adultos [1,4]. Las presentaciones del eccema pueden ser diferentes dependiendo de la persona, aunque la piel enrojecida, seca y con picazón se observa comúnmente en las superficies de flexión (por ejemplo, el pliegue del codo) y la cabeza y el cuello (incluso alrededor de los ojos). A menudo, vemos que el eccema se relaciona con el asma, las alergias y el estreñimiento. El eccema y sus condiciones relacionadas pueden considerarse como una señal de lo que está sucediendo dentro del cuerpo (por ejemplo, deficiencias nutricionales, sensibilidades a los alimentos o desequilibrios de las bacterias intestinales).

Tres factores juegan un papel en la presentación del eccema:

  1. Una barrera cutánea disfuncional
  2. Una respuesta inflamatoria a varios alérgenos
  3. Disminución de la actividad antimicrobiana de la piel o deterioro del funcionamiento del sistema inmune

Estos interactúan entre sí en un escenario del tipo de la gallina y el huevo. La genética también está muy involucrada en las presentaciones del eccema [1].

 

Eczema

 

Factores ambientales suelen ser la fuente de alérgenos o irritantes que hacen que el eccema se agrave. Esto podría incluir varios productos para el cuidado del cuerpo (por ejemplo, jabones, detergentes), ropa ajustada, ropa con telas irritantes (por ejemplo, lana), exposición al humo, contaminación, cambios de temperatura y ciertos alimentos. Las alergias o sensibilidades alimentarias comunes relacionadas con el eccema incluyen el gluten, los lácteos, la soja, los huevos, el pescado, los mariscos y los cacahuetes [2]. Es interesante observar que el eccema es más prevalente en los países industrializados, lo que podría sugerir que la higiene excesiva es un factor que contribuye a una barrera cutánea disfuncional y una respuesta inmunitaria elevada [3].

Tratamientos naturopáticos generales:

Modificaciones del estilo de vida:

Una forma de mejorar la función de barrera cutánea es promover una hidratación adecuada mediante baños tibios, el uso de un jabón suave (por ejemplo, Dove, Aveeno) y la aplicación de humectantes inmediatamente después del baño cuando la piel aún está húmeda. Los productos para el cuidado de la piel cuyo etiquetado indique un pH de 4.5-5 son los mejores porque están más cerca del pH ácido de la piel. Mejorar la función de la barrera es importante porque esto disminuirá la necesidad de rascarse, un impulso que contribuye al daño de la barrera cutánea, provocando un trastorno mayor.

            La ropa holgada también puede ser más cómoda durante un brote. Es menos molesto usar algodón, seda u otras fibras naturales, evitando la lana ya que puede empeorar la picazón.

            El manejo del estrés es un componente clave para prevenir la recurrencia del eccema. Los períodos de estrés y ansiedad pueden afectar la respuesta inmune del cuerpo y aumentar las proteínas inflamatorias [4]. El estrés psicológico también afecta directamente a la vía de “picazón” crónica del cerebro, lo que hace que se sensibilice [4]. La terapia cuerpo-mente, como la biorretroalimentación y la atención plena, puede ayudar a aumentar la capacidad de recuperación ante situaciones o períodos estresantes [2]. La biorretroalimentación es un tipo de terapia en la que se conectan sensores al cuerpo para realizar un seguimiento de varios mecanismos involuntarios del cuerpo, como la frecuencia cardíaca o la tensión muscular. A través de esto, uno puede aprender técnicas para controlar estas funciones corporales. El control del estrés es diferente para todos, por lo que es importante encontrar lo que funcione para ti, ya sea escribir un diario, hacer ejercicio, hablar con un ser querido, abrazarse o relajarse con un buen libro.

Modificaciones en la dieta:

            En términos de la nutrición, siempre es importante incorporar grasas saludables a la dieta como nueces, aguacates, semillas de lino molidas y pescado con alto contenido de omega-3. El término SMASH en inglés se refiere a estos tipos de pescados ricos en omega-3: salmón, caballa, anchoas, sardinas y arenque. Consumir grasas saludables es importante porque combaten la inflamación en el cuerpo. La suplementación con aceites de pescado también puede ser beneficiosa si no puedes incorporarlos en una cantidad suficientemente alta solo en tu dieta. Para los adultos, es beneficioso tomar entre 2-4 g de EPA y DHA combinados [2]. Otro tipo de omega que se ha

 

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En general, durante los brotes de eccema es mejor seguir una dieta de tipo antiinflamatorio que evite los carbohidratos simples (por ejemplo, pan blanco y pasta), lácteos, verduras solanáceas (por ejemplo, tomates, pimientos), carne roja o procesada, azúcares procesados ​​y frituras. Sin embargo, para determinar si existen sensibilidades alimentarias subyacentes que contribuyen a la recurrencia del eccema, lo ideal es someterse a una dieta de eliminación. Cada médico hace esto de manera ligeramente diferente en términos de cuánto tiempo deben eliminarse los alimentos y cómo y cuándo deben reintroducirse estos alimentos. La dieta de eliminación implica eliminar por completo los productos con gluten, lácteos, ciertas frutas y verduras, carnes rojas y procesadas, todos los azúcares y edulcorantes, alcohol y cafeína. Mientras tanto, a menudo se aplican protocolos de sanación intestinal porque (dato curioso), ¡gran parte del sistema inmune se encuentra en el intestino!

Otros suplementos:

            Uno de los “protocolos de sanación intestinal” que mencionamos anteriormente puede incluir la suplementación con un probiótico. Los probióticos son bacterias vivas que son similares o iguales a las bacterias que normalmente viven dentro del cuerpo. En estudios de madres embarazadas que recibieron un suplemento de Lactobacillus rhamnosus, sus bebés tuvieron menos probabilidades de desarrollar eccema a lo largo de su vida [2]. En general, los estudios han demostrado que la especie Lactobacillus es más beneficiosa en aquellos con eccema que la Bifidobacterium por sí sola [4,5,7]. Los prebióticos son fuentes de fibra no digerible que actúan como alimento para los probióticos, similar a los fertilizantes para las plantas. Los prebióticos, que se encuentran en grandes cantidades en alimentos como las verduras de hoja verde, el ajo y las cebollas, también se han mostrado prometedores para el tratamiento del eccema tanto en niños como en adultos [5].

            La vitamina D3 es algo que todos en Canadá deberíamos tomar durante los meses de invierno, debido a la poca exposición al sol. Se ha demostrado que es beneficiosa en personas con eccema e incluso en aquellas con eccema que tienen frecuentes infecciones bacterianas de la piel [6,7]. Una dosis de mantenimiento general de vitamina D3 es de 1000 UI por día, pero los análisis de sangre de 25-hidroxi vitamina D pueden ser el mejor método para determinar si se necesita una dosis mayor. 

 

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Además, los productos botánicos (tanto tópicos como internos) tienen beneficios para tratar y prevenir la recurrencia del eccema. Tu médico naturopático y médico botánico puede determinar qué combinación de hierbas es mejor para tomar internamente; podría ser una combinación de hierbas que apoyen la desintoxicación del hígado, modulen el sistema inmune y la respuesta al estrés. Por vía tópica, las cremas con ácido glicirretínico, que es un derivado de la raíz de regaliz, han mostrado una reducción de los síntomas del eccema cuando se aplican dos o tres veces al día [2]. Otras hierbas curativas incluyen la caléndula, la consuelda, la pamplina y la manzanilla. 

***Es importante tener en cuenta que estas son sugerencias generales que pueden no satisfacer tus necesidades específicas. Consulta con tu médico si deseas comenzar con la suplementación para que puedan encontrar una dosis segura y efectiva para ti.

¿Qué dice la Medicina Tradicional China (MTC)?

La medicina tradicional china trata el eccema como un patrón de deficiencia (similar a la forma en que lo vemos con los principios occidentales). En la medicina china, el órgano relacionado con la función de la piel es el pulmón, que controla la apertura y el cierre de los poros. El pulmón también regula la función de nuestro sistema inmune, por lo que está implicado en las alergias. El órgano conectado del pulmón es el intestino grueso, que está relacionado debido a que el estreñimiento es común en las personas con eccema.

Los patrones comunes de la MTC asociados con el eccema incluyen deficiencia de qi pulmonar, incapacidad de los pulmones para regular los poros, incapacidad de los pulmones para nutrir el qi wei (qi defensivo / sistema inmune) o sequedad del intestino grueso. Tu médico naturopático o profesional de la medicina tradicional china podrá diagnosticar cuál de estos factores puede ser relevante y tratarlo con acupuntura, hierbas o cambios en la dieta.

Referencias:

  1. N.A. 2019. Clinical overview: eczema and atopic dermatitis. Elseiver Point of Care. Retrieved from Clinical Key.
  2. Rakel, D. 2018. Atopic dermatitis. Integrative Medicine, 4th ed. Elsevier Inc. Philadelphia, PA.
  3. Ellis, S.R., Nguyen, M., Vaughn, A.R., Notay, M., Burney, W., Sandhu, S., & Sivamani R. 2019. The skin and gut microbiome and its role in common dermatologic conditions. Microorganisms, 7(11):550.
  4. Suarez, A., Feramisco, J. Koo, J. & Steinhoff, M. 2012. Psychoneuroimmunology of psychological stress and atopic dermatitis: pathophysiologic and therapeutic updates. Acta Dermato Venereologica, 92(1):7-16.
  5. Rusu, E., Enache G., Cursaru R. et al. 2019. Prebiotics and probiotics in atopic dermatitis. Experimental and Therapeutic Medicine, 18(2): 926-931.
  6. Schlichte, M., Vandersall, A., & Katta, R. 2016. Diet and eczema: a review of dietary supplements for the treatment of atopic dermatitis. Dermatology Practical and Conceptual, 6(3): 23-29.
  7. Goddard, A. & Lio P. 2015. Alternative, complimentary, and forgotten remedies for atopic dermatitis. Evidence-based complementary and alternative medicine, 2015: 676897.
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