Acné vulgar - Estrategias naturopáticas fundamentales

El acné vulgar es el problema dermatológico más común por el que se suele acudir al médico. Es una afección que puede causar mucha angustia y causar baja autoestima en muchos afectados. Los problemas de salud mental en pacientes con acné son mayores que en pacientes con otras afecciones médicas de carácter crónico (1). A menudo los pacientes buscan tratamientos farmacéuticos como la píldora anticonceptiva oral, la espironolactona o el Accutane con el fin de encontrar algún remedio para su piel, algo que puede venir acompañado de un agotamiento de nutrientes, y de varios riesgos y efectos secundarios. La medicina naturopática tiene como objetivo tratar las causas del acné y ofrece tratamientos seguros y eficaces para conseguir la resolución a largo plazo de esta afección de la piel.

En 2012 se publicó un estudio importante que indicaba que había dos poblaciones diferentes que no sufrían de acné: una que tenía una dieta paleolítica con una carga glucémica baja y otra con una dieta sin productos lácteos. Se identificó un mecanismo celular que reveló que los productos lácteos y los alimentos con un alto índice glucémico aumentaban los niveles de IGF-1 e insulina, que a su vez activaban una enzima llamada mTOR (2). La enzima mTOR regula una amplia variedad de funciones celulares y se ha demostrado que la desregulación de esta enzima resulta en inflamación y promueve específicamente el acné. Un estudio reciente de Monfrecola et al. (2016) descubrió que la expresión de mTOR aumenta en la piel de pacientes con acné (3). Así, una dieta deficiente en lácteos y alimentos de alto índice glucémico es una estrategia dietética eficaz para reducir el acné, lo que se consigue mediante la reducción de la expresión de la enzima mTOR.

Berberis vulgaris es una hierba muy conocida por su actividad antimicrobiana, antiinflamatoria y sensibilizante a la insulina. En un estudio de 2012, se administró 600mg de berberina durante 4 semanas a adolescentes que sufrían acné vulgar de moderado a grave. Después de este período de tratamiento, la cantidad total de lesiones y la gravedad del acné disminuyeron en un 45%, a diferencia de lo que ocurrió con aquellos que estaban tomando placebo (4).

Se ha demostrado que la berberina es una terapia antimicrobiana eficaz para el sobrecrecimiento bacteriano intestinal (SBID o SIBO; por sus siglas en inglés), una afección que afecta a un 64% de los pacientes con Síndrome del Intestino Irritable (SII) (6). El SII es una afección caracterizada por un aumento de la permeabilidad intestinal y varios estudios han demostrado una mayor permeabilidad intestinal en pacientes con acné vulgar, por lo que es necesario tratar el SII y hacer pruebas para detectar otro tipo de enfermedades como SIBO si se presentan síntomas gastrointestinales.

Un estudio informó que el 54% de los pacientes con acné de su estudio informaron de alteraciones en su microflora intestinal. Otro estudio demostró que el consumo de una bebida fermentada con lactobacillus mejoró el resultado clínico del acné en un período de 12 semanas. También se ha demostrado que los probióticos regulan la liberación de citoquinas inflamatorias en la piel y que, por lo tanto, son adecuados para el tratamiento del acné (1).

La vitamina A es una vitamina esencial para conseguir una diferenciación normal y un mantenimiento adecuado de los tejidos epiteliales de la piel y las membranas mucosas. Se ha comprobado que la vitamina A en forma de retinol es una terapia eficaz para el acné vulgar (7). Un mecanismo del retinol es la regulación de la respuesta del IL-17 inducida por el propionibacterium acnes, una bacteria que juega un papel significativo en la patogénesis del acné (8). La hipervitaminosis ocurre con la ingesta de más de 18.000-60.000 UI de vitamina A al día en el caso de niños y con la ingesta de 50.000-1.00.000 UI en el caso de los adultos. Como la vitamina A es una vitamina liposoluble, se deben comprobar las enzimas del hígado antes de empezar el tratamiento y 3 meses después del tratamiento. La vitamina A está contraindicada durante el embarazo porque los retinoles atraviesan libremente la placenta causando graves malformaciones fetales de carácter mortal, incluyendo deformidades craneofaciales, anomalías óseas y cardiovasculares y disfunciones endocrinas (7). El embarazo debe ser descartado antes de comenzar una terapia con vitamina A.

Un estudio realizado en 2014 por Ozuguz et al. evaluó los niveles séricos de las vitaminas E y el zinc en función de la gravedad del acné vulgar (9). Encontraron una correlación negativa entre la severidad del acné y los niveles de vitamina E y zinc, por lo que recomendaron el uso de estos nutrientes importantes para la prevención y el tratamiento del acné. Un estudio de Breno et al. (2001) concluyó que tuvo lugar una reducción de un 49,8% en el número total de espinillas cuando los pacientes con acné tomaron 30 mg de gluconato de zinc durante 3 meses (10).

Los ácidos grasos Omega 3 son conocidos por su acción antiinflamatoria y se han estudiado por su efecto antiinflamatorio en la epidermis. Yoon et al (2014) evaluó la eficacia clínica de los ácidos grasos Omega 3 y GLA para el tratamiento de acné suave a moderado en el primer estudio controlado aleatorio doble ciego que evaluaba el efecto de estos ácidos en el acné. En su estudio, después de una suplementación con ácido graso Omega 3 y GLA, las lesiones inflamatorias y no inflamatorias del acné disminuyeron significativamente. La evaluación personal del paciente mejoró y las manchas de las lesiones del acné disminuyeron en intensidad. Así, los ácidos grasos Omega 3 y el GLA son terapias efectivas y complementarias para el tratamiento del acné vulgar (11).

Las terapias para el acné tratan diferentes etapas en la patogénesis del acné, desde una disminución de la inflamación hasta una reducción en la proliferación del P. acnes. Otro objetivo habitual en la patogénesis del acné es el tratamiento del desequilibrio hormonal y, habitualmente, la lucha contra el hiperandrogenismo. Ensayos clínicos han demostrado que los anticonceptivos orales pueden ser útiles a la hora de reducir el acné disminuyendo los niveles de testosterona libre al aumentar la hormona sexual globulina vinculante (SHBG; por sus siglas en inglés). Otro antiandrógeno oral que se suele prescribir habitualmente es la espironolactona, un inhibidor 5 alfa reductasa que se ha comprobado que es efectivo en la lucha contra el acné (12). Los inhibidores derivados botánicamente de la 5 alfa reductasa parecen ser eficaces para el tratamiento del acné, pero en este momento se necesitan más estudios para poder afirmarlo.

La recomendación de productos de limpieza tópicos eficaces, y la utilización de suplementos y estrategias dietéticas específicas forman parte de un plan holístico completo para el tratamiento del acné vulgar. Un limpiador eficaz eliminará el sebo excesivo y reducirá la inflamación en la piel. El ácido glicólico, un ácido alfahidroxi que se produce de manera natural, reduce la aparición de erupciones inflamatorias en la piel. En un estudio de Abels et al. (2014), la aplicación de un producto limpiador con ácido glicólico mejoró el acné suave de manera significativa después de aplicarlo de manera regular dos veces al día durante 6 semanas como monoterapia (13).

Según se pone de manifiesto en el estudio del que se habla en este artículo hay diferentes alternativas de tratamiento para el acné vulgar. Una estrategia naturopática que ha demostrado tener éxito en el tratamiento del acné vulgar consiste en tratar las causas del acné (por ejemplo, la inflamación, el sobrecrecimiento de P.acnes, el hiperandrogenismo) usando una estrategia holística múltiple que incluya programas dietéticos y el empleo de suplementos y productos de uso tópico.