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Síndrome de fatiga crónica - Planteamientos naturopáticos

Español

Planteamientos naturopáticos

by: Heidi Fritz, MA, ND

Bolton Naturopathic Clinic
64 King St W, Bolton, Ontario L7E 1C7

www.boltonnaturopathic.ca
info@boltonnaturopathicclinic.ca



Chronic Fatigue Syndrome - Naturopathic Perspectives Introducción

El síndrome de fatiga crónica (SFC) es una enfermedad crónica que puede ser difícil de diagnosticar y tratar. Es una afección en la que la fatiga extrema no puede ser explicada por ninguna enfermedad médica. Puede empeorar con la actividad mental o física, pero normalmente no mejora con el descanso (1). Otros síntomas asociados incluyen pérdida de memoria o concentración, dolores musculares inexplicables, dolores de cabeza, sueño deficiente y agotamiento general extremo. El SFC es una de las muchas enfermedades que no son adecuadamente gestionadas por el sistema de atención médica convencional (al menos desde el punto de vista de un paciente estándar). Los médicos naturopáticos tratan frecuentemente a pacientes que no están satisfechos con la atención médica recibida, por lo que es habitual que los pacientes con SFC acudan a ellos. Afortunadamente, la medicina naturopática puede ofrecer numerosas opciones de tratamiento natural que pueden ayudar con los síntomas del SFC. En este artículo, primero hablaremos de los antecedentes de esta enfermedad y después hablaremos de los posibles tratamientos.

Las causas del SFC se desconocen. Hay muchas teorías en cuanto a los factores que contribuyen a la aparición del SFC, aunque muchos creen que se trata de una combinación de varias causas. Algunas posibles causas son las siguientes (aunque no se han probado ni se han demostrado de manera consistente):

  1. Infecciones, especialmente las infecciones de tipo vírico. Parece que algunas personas desarrollan el SFC poco después de haber sufrido una infección vírica e incluso a veces años después de haber tenido un virus como el virus de Epstein-Barr.
  2. Deficiencias del sistema inmunológico. Puede haber una asociación entre las afecciones del sistema inmune y el SFC.
  3. Problemas hormonales. A veces las pruebas de laboratorio revelan que algunas hormonas se encuentran fuera del rango normal. Entre estas se incluyen las hormonas tiroideas, las hormonas sexuales o las hormonas del estrés. Es difícil decir si estos problemas hormonales son necesariamente una de las causas, porque a veces esta enfermedad por sí misma puede provocar este tipo de problemas,
  4. Deficiencias nutricionales. A veces, la falta de macronutrientes, vitaminas o minerales se asocia con algunos casos del SFC.

Los síntomas del SFC deben durar 6 meses o más para poder establecer un diagnóstico. Parece haber una baja prevalencia entre la población general (<0,1%) (2). Sin embargo, es posible que algunos casos de SFC sean mal diagnosticados o que pase bastante tiempo antes de que se haga un diagnóstico adecuado. Por lo general, estos pacientes sienten que el sistema médico no se está preocupando por ellos, por lo que es esencial que se les escuche y se les apoye de manera constante.


Tratamientos convencionales

Aunque no hay cura o medicamentos específicos que se utilicen de manera exclusiva con el SFC, sí hay varias opciones de tratamiento convencional. La primera opción que vamos a tratar aquí y que es, sin duda, uno de los tratamientos más valorados es la terapia cognitivo-conductual (TCC). De hecho, algunos estudios han demostrado que, en comparación con otras terapias psicológicas como la relajación, el asesoramiento o el apoyo educativo, la TCC es más beneficiosa, por lo que los pacientes con SFC experimentan menos síntomas de fatiga después del tratamiento (3). Sin embargo, cabe señalar que no todos los estudios muestran los mismos resultados y, además, que la base de pruebas es limitada y contiene algunas inconsistencias. Sin embargo y a pesar de todo lo anterior, los riesgos de la TCC son mínimos y es una terapia que merece la pena probar.

La TCC es una forma práctica de psicoterapia que ayuda a personas con enfermedades de salud para que desarrollen habilidades y estrategias con el fin de mantenerse en un estado saludable. Ayuda a que las personas se den cuenta de cómo analizan las situaciones y problemas y a que sean conscientes de cómo perciben esos problemas. Es una terapia estructurada que por lo general consiste en un número específico de sesiones y, además, es una terapia extremadamente orientada a unos objetivos concretos. Uno de los grandes inconvenientes señalados por muchos es que no se ocupa de los síntomas subyacentes, y que solo actúa para cambiar la perspectiva y las actitudes sobre esos síntomas. Sin embargo, a pesar de eso, parece que los pacientes con SFC experimentan una clara mejora en sus síntomas.

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Otra forma de terapia utilizada en la medicina convencional es la terapia con ejercicios. En lugar de considerarse como una monoterapia, la terapia con ejercicios suele ser parte de un tratamiento más amplio. Esta terapia con ejercicios se utiliza comúnmente en pacientes con enfermedades crónicas de salud mental (como la depresión o la esquizofrenia), y ha tenido efectos muy positivos sobre el estado de ánimo y el bienestar. Puede ayudar a aliviar los síntomas de fatiga en las personas con SFC, pero tenga cuidado con ella porque también podría causar un empeoramiento de los síntomas o un agotamiento mayor. Es recomendable que se utilice la terapia con ejercicios a modo de prueba y solo a un ritmo que resulte cómodo al paciente. A menudo, las personas con SFC se fuerzan a realizar más de lo que su cuerpo permite y, a consecuencia de ello, se generan más problemas. Por lo general, la terapia con ejercicios es un complemento útil cuando se supervisa de manera adecuada.


Opciones de tratamiento natural Source

Con el SFC, suele ser necesario probar varias opciones de tratamiento con suplementos. No todos los suplementos funcionan igual para todo tipo de gente. Por lo general, un buen protocolo de tratamiento se centrará en minimizar la inflamación y los procesos inflamatorios, por lo que una dieta de eliminación o una prueba de alergia alimentaria IgG seguida por la eliminación de alimentos altamente reactivos puede ser beneficiosa para muchos pacientes.

Los alimentos que normalmente hay que eliminar o reducir son la carne roja y los alimentos procesados, ya que ambos suelen contener ingredientes proinflamatorios. Por el contrario, los alimentos que normalmente hay que introducir en la dieta son los pescados, ya que contienen ácidos grasos esenciales y realizan funciones antiinflamatorias en el cuerpo.

En cuanto a los suplementos, uno que se suele considerar es la coenzima Q-10 (CoQ-10). Esta CoQ-10 ayuda a proporcionar energía a las células favoreciendo la función mitocondrial. De igual forma, el ácido málico o el malato de magnesio se utilizan para promover la producción de energía y se ha demostrado que mejoran los síntomas de la fatiga y reducen el tiempo de recuperación. De hecho, se ha demostrado que algunos pacientes con SFC tienen niveles muy bajos de ácido málico.

Otro suplemento importante a considerar son las vitaminas del complejo B. Entre las vitaminas del complejo B destaca la vitamina B12, que es una vitamina muy importante para la función cerebral. Además, muchas de las vitaminas B son esenciales para la función muscular y para la producción de energía.

Por último, la L-carnitina es un suplemento que se utiliza para apoyar la función muscular y, al igual que ocurre con la CoQ-10, también ayuda con la producción de energía en las mitocondrias.

Además de la dieta y los suplementos, otras terapias naturales han demostrado ser bastante prometedoras. Por ejemplo, un tratamiento de acupuntura puede ser muy útil para muchos pacientes con SFC. Este tipo de terapia puede ayudar con algunos síntomas físicos del SFC como las molestias musculares, pero también puede ayudar con el estrés que normalmente se observa en estos pacientes. Además, puede ayudar a sentar la base para una relación terapéutica de confianza. Por otra parte, la hidroterapia es otra terapia natural de la que este tipo de pacientes parece beneficiarse. En concreto, parece que se experimenta una mejoría con los tratamientos de hidroterapia constitucional en los que el paciente ha de permanecer acostado y envuelto en una manta mientras se le aplica agua fría y caliente de manera alterna.


Conclusión

El SFC es una enfermedad con la que resulta muy difícil vivir, ya que dependiendo de su gravedad puede causar enormes perjuicios a la calidad de vida de una persona. Puede ser difícil de diagnosticar y se puede tardar mucho en diagnosticarla. Estos problemas se agravan por el hecho de que el sistema de atención médica convencional no tiene una cura o una forma fiable de ayudar a los pacientes afectados por esta enfermedad.

Muchos pacientes dicen que están insatisfechos con la atención médica que reciben. Sienten que nadie les escucha y que los tratamientos estándar solo se ocupan de tratar sus molestias en lugar de tratar el problema subyacente. Sin embargo, la TCC y la terapia con ejercicios son dos enfoques convencionales que sí han mostrado beneficios. A pesar de que no tratan los síntomas subyacentes, hay estudios en los que los pacientes informan de una mejoría en sus síntomas después de haber sido tratados con este tipo de tratamientos.

Los doctores naturopáticos son capaces de ofrecer una serie de terapias naturales alternativas a los pacientes con SFC. Las dietas que favorecen condiciones antinflamatorias y reducen los estados proinflamatorios son realmente útiles. Los suplementos que promueven o apoyan la producción de energía también son comúnmente utilizados e incluyen CoQ-10, malato de magnesio y L-carnitina. Además, las vitaminas B también son útiles porque mejoran una amplia variedad de funciones. Por ejemplo, la vitamina B12 es muy buena para la salud cognitiva.

Habitualmente los doctores naturopáticos también ofrecen terapias como la acupuntura y la hidroterapia. Ambas son terapias de cuerpo entero que pueden usarse solas o en combinación con otros tratamientos, y los pacientes dicen que se sienten escuchados y apoyados cuando se utilizan estos tratamientos. En resumen, independientemente de qué plan de tratamiento se seleccione, es imprescindible que los pacientes con SFC se cuiden bien y que sus objetivos se prioricen de manera adecuada.