Trastorno depresivo persistente - El equivalente emocional de observar cómo se seca la pintura
por Jewel Alfoure, ND
Introducción
La tristeza, la desesperanza y la pérdida de interés en actividades que te agradaban previamente son el sello distintivo de un trastorno anímico bien conocido y grave, que comúnmente llamamos depresión. El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM, por sus siglas en inglés) define el trastorno en función de las emociones específicas que uno debe sentir durante un tiempo determinado. El ánimo depresivo, la disminución del placer y los sentimientos de inutilidad son algunas de las emociones que se deben sentir durante al menos dos semanas continuas para que alguien sea diagnosticado con depresión, afección clínicamente conocida como trastorno depresivo mayor (MDD, por sus siglas en inglés).[1] Gracias a los esfuerzos de los programas de prevención del suicidio, el público generalmente conoce la depresión de una forma u otra. Una forma de depresión oculta y menos tratada es el trastorno depresivo persistente (PDD, por sus siglas en inglés). Los criterios para ser diagnosticado con PDD incluyen síntomas más leves que los del MDD con una persistencia de al menos dos años. Debido a que es menos grave que el MDD, el PDD generalmente se pasa por alto o se minimiza.[2]
PDD versus MDD
De alguna manera, el PDD puede ser tan grave como el MDD y puede afectar significativamente la calidad de vida de la persona que lo sufre. A diferencia de lo que ocurre con el MDD, quienes padecen PDD no saben ni recuerdan cómo se sentían cuando no estaban deprimidos. Siguen viviendo durante meses, o incluso años, sin experimentar la emoción y la alegría que pueden sentir aquellos con un estado de ánimo normal.[3] Lamentablemente, las personas con PDD rara vez buscan tratamiento, ya que sus síntomas generalmente no son debilitantes. Aunque afecta su vida cotidiana, el PDD se presenta más como una forma de actitud sombría constante. Aún más preocupante es que, en los niños, el PDD se manifiesta en forma de irritabilidad, frustración e incapacidad para cumplir las obligaciones sociales. En general, la condición es lo suficientemente leve como para que el afectado cumpla sus obligaciones en la vida cotidiana.[4][5] Sin embargo, los afectados lo hacen sin poder sentir alegría, emoción y esperanza como lo hace una persona que no tiene esta condición.
La travesía con el PDD suele ser muy larga, ya que se necesitan dos años de depresión constante de bajo grado para que la persona cumpla con los criterios de diagnóstico del PDD. Durante este período, los síntomas deben ser persistentes y no desaparecer por más de dos meses a la vez. Problemas de sueño, cambios en el apetito y una sensación general de frustración son algunos de los síntomas menos obvios relacionados con el PDD. El PDD puede afectar a personas de cualquier edad y puede coexistir con el MDD, una condición clasificada por algunos profesionales como depresión doble.[6][7]
Opciones de tratamiento convencional
El PDD no es tan grave o potencialmente mortal como el MDD. Sin embargo, es un trastorno grave del estado de ánimo que afecta poco a poco la calidad de vida. Se puede justificar el tratamiento con medicamentos para mejorar el estado de ánimo, pero no en todos los casos. Teniendo en cuenta que los medicamentos para mejorar el estado de ánimo pueden tener efectos secundarios graves y que algunos de los mejores potenciadores del estado de ánimo pueden ser naturales, es posible que valga la pena intentar aplicar un enfoque natural.
Entre los medicamentos más comunes utilizados para el tratamiento del PDD se encuentran los antidepresivos tricíclicos e inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina.[8] Uno de los mejores tratamientos convencionales para el PDD es la terapia cognitivo-conductual (TCC). La TCC es un método en el que los patrones de pensamiento se examinan de cerca con un profesional capacitado. Los patrones positivos de la persona afectada mejoran, mientras esta investiga, cuestiona y finalmente reemplaza sus patrones negativos por otros más positivos. La evidencia muestra que la TCC puede mejorar el tratamiento e incluso curar el PDD y el MDD. [9][10]
Enfoque basado en la evidencia para la recuperación gradual
En promedio, las personas afectadas por la depresión tardan unos 10 años en buscar tratamiento. Eso significa que, en promedio, el individuo afectado vive una octava parte de su vida con una baja calidad de vida. El primer paso hacia la recuperación es cuestionar el estado de ánimo actual que uno tiene. Es importante entender que es muy probable que el camino hacia la recuperación sea gradual y lento, ya que el PDD es un trastorno crónico.[11][12]
Atención plena
La atención plena es una práctica que puede variar enormemente según el terapeuta practicante. Muchos usan el término para referirse a la práctica de la meditación durante un tiempo determinado diariamente. La investigación muestra que la atención plena y la meditación pueden impactar positivamente muchos aspectos físicos y emocionales del bienestar. La evidencia muestra que la atención plena puede incluso aumentar la inmunidad general y mejorar la salud.[13] Debido al hecho de que la atención plena es una práctica que requiere entrenamiento y paciencia, lo mejor es comenzar a practicarla lentamente.[14]
El primer paso para poder utilizar la atención plena es practicar la atención. Continuar con la rutina diaria normal intentando estar presente a medida que se desarrollan los eventos puede mejorar nuestra comprensión de nosotros mismos y nuestras necesidades. Intenta despejar tu mente y siempre estar en la situación actual. Toma notas mentales o incluso físicas de tus actividades diarias. Observa tus emociones y tus reacciones diarias al estrés y a las exigencias de la vida. Una persona normal debe experimentar diferentes emociones a lo largo del día. Toma nota de los factores mentales que te distraen, como las ansiedades que ocupan tu mente durante la situación actual o incluso las emociones positivas que te mantienen a la expectativa. Lo ideal es que incluso un día estresante tenga al menos un aspecto alegre.[15]
En el caso de que sientas que tus emociones son planas o que no responden a los cambios en tu situación actual, piensa en la última vez que sentiste la verdadera felicidad. Examina tus relaciones personales y tu relación contigo mismo con el mismo tipo de atención plena. Aísla la voz en tu cabeza e intenta encontrar consistencias en los patrones de cómo te ves internamente. Es muy importante seguir explorando tu vida diaria sin juzgar ni esforzarte por cambiarla. Recuerda que solo estás recopilando datos para presentar conscientemente tu situación, en el caso de que necesites ayuda de un profesional de la salud.[16]
Balance
Mientras examinas tu estado de ánimo, examina tu vida en general. Comienza con la forma en que divides tu tiempo. Anota las actividades que normalmente realizas en el día durante una semana y califica cuánta alegría te aporta cada una. Observa también cómo se desarrolla tu día. ¿Tu sueño está equilibrado? ¿Te cuesta levantarte de la cama? ¿Te cuesta dormir?[17] Observa tu dieta: ¿Pasas tiempo haciendo tu comida? ¿Comes en exceso o muy poco? ¿Siempre has tenido ese problema?[18] ¿La mayor parte de tus actividades son muy serias? ¿Intentas vivir sin hacer nada adicional? ¿Evitas las actividades sociales?[19] ¿Estás espiritualmente satisfecho? ¿Tienes una práctica espiritual? ¿Tu día incluye alguna actividad física? Finalmente, ¿te cuesta hacer todas tus tareas en tu día?[20] Estas preguntas son importantes antes de buscar ayuda médica, ya que pueden ayudar a cualquier profesional a descartar las causas físicas de la depresión. También pueden ayudar a construir una guía para que los médicos puedan comenzar a crear un ambiente saludable para mejorar el estado de ánimo. Por ejemplo, el desequilibrio en el ciclo normal de sueño-vigilia, la falta de alimentación con componentes básicos saludables y la falta de actividad física pueden afectar negativamente el estado de ánimo. La evidencia muestra que abordar estos aspectos puede mejorar fácilmente el estado de ánimo e incluso puede resolver el problema subyacente.[21][22][23]
Preguntas importantes que hacer: cómo presentar los hallazgos a un profesional de la salud
Al recopilar información sobre tu situación, debes saber que tu relación con cualquier proveedor de atención médica te permite hacer preguntas y presentar ideas. Es permitido, y de hecho se recomienda enfáticamente, que hables sobre cómo te sientes. Presenta la imagen que ves con el mayor detalle posible y permite que tu proveedor de atención médica te brinde ideas. Si el médico no te entiende con facilidad, es recomendable que busques una segunda opinión.
Presentar tus hallazgos
Presenta tus hallazgos a un profesional de la salud y fija como primer objetivo restablecer el equilibrio. La meta es cambiar suavemente la calidad de vida para tener suficiente espacio para restablecer un buen estado de ánimo. Concéntrate en lo básico, incluida la alimentación, el sueño y la actividad física. Sigue los consejos de tu profesional de la salud sobre qué tipo de alimentación, sueño y patrones de actividad física se adaptan mejor a tu tipo de cuerpo y vida. Lo ideal es crear un equilibrio físico y buscar otras posibles causas de depresión que incluyen, entre otras, problemas de tiroides, desequilibrio hormonal, salud del corazón y problemas metabólicos.[24]
Balancear la vida
Después de lograr un estado general de equilibrio, es importante explorar la salud emocional con un profesional bien capacitado. Es difícil explorar esta área por ti mismo, ya que uno de los problemas más importantes en el estado de ánimo proviene de la percepción. Considera comenzar sesiones de TCC con un profesional capacitado, ya que la evidencia muestra que la TCC sigue siendo el tratamiento de referencia para tratar la depresión.[25]
Buscar una mejora natural
A medida que realizas cambios duraderos en tu estilo de vida, puedes optar por usar algunos potenciadores que pueden ayudarte a equilibrar tu vida dependiendo de las dificultades que tengas. Tu médico naturopático puede brindarte un apoyo suave que potencie tu recuperación.
Estrés: la evidencia muestra que la capacidad de adaptarse al estrés afecta en gran medida el estado de ánimo. Reaccionar al estrés con resentimiento y ansiedad está altamente relacionado con la depresión. Algunos adaptógenos altamente efectivos incluyen:
Panax ginseng: mejora la capacidad física para lidiar con el estrés;[26]
Rhodiola rosea: mejora la capacidad mental para lidiar con el estrés;[27] y
Eleutherococcus senticosus: mejora la capacidad inmune del cuerpo para actuar bajo estrés.[28]
Es importante tener en cuenta que algunos adaptógenos pueden aumentar la presión arterial y deben tomarse bajo la estrecha supervisión de un proveedor de atención médica.
Sueño: una de las mejores formas de lidiar con el estrés es normalizar el ritmo circadiano, que es el ciclo de sueño-vigilia. El sueño reparador se puede mantener con suplementos que incluyen:
Melatonina: una hormona natural segura y no adictiva que apoya el sueño saludable;[29]
Scutellaria lateriflora: un suplemento herbal que mejora la relajación y puede ayudar a quedarse dormido;[30] y
Valeriana officinalis: un suplemento herbal que ayuda a quedarse dormido y mejora la calidad del sueño.[31]:228
Equilibrio del estado de ánimo: una de las mejores formas de subir el estado de ánimo es proporcionar al cuerpo los componentes básicos saludables necesarios para la síntesis de los neurotransmisores. Los neurotransmisores son las moléculas de señalización que nos hacen sentir alegría y satisfacción. Dirigen la mayoría de nuestras funciones básicas y nos recompensan para continuar con las actividades diarias.
S‑adenosilmetonina: la evidencia muestra que el componente básico de la S-adenosilmetonina es tan eficaz como los antidepresivos tricíclicos para mejorar el estado de ánimo;[32]
La niacina pertenece a la familia de las vitaminas B, también es un componente básico de los neurotransmisores y hay evidencia de que mejora el estado de ánimo. También regula la función mental, incluso en algunos trastornos mentales graves.[33]
Hypericum perforatum: una hierba que mejora el estado de ánimo y está respaldada por evidencia que demuestra una efectividad comparable a los inhibidores de la recaptación selectiva de serotonina convencionales, con menos efectos secundarios. Se cree que actúa como un potenciador de neurotransmisores y un multiplicador de receptores.[34]
Ten en cuenta que los medicamentos estándar y los suplementos naturales pueden interactuar con los suplementos naturales mencionados anteriormente. Es importante buscar la ayuda de un proveedor de atención médica antes de tomar suplementos. No te desanimes. El tratamiento de un trastorno del estado de ánimo crónico como el PDD requiere tiempo y esfuerzo, pero lograr una vida feliz siempre vale la pena.
[1] Haro, J.M., et al. “Patient-reported depression severity and cognitive symptoms as determinants of functioning in patients with major depressive disorder: a secondary analysis of the 2‑year prospective PERFORM study.” Neuropsychiatric Disease and Treatment, Vol. 15 (2019): 2313–2323.
[2] Kriston, L., et al. “Efficacy and acceptability of acute treatments for persistent depressive disorder: a network meta-analysis.” Depression and Anxiety, Vol. 31, No. 8 (2014): 621–630.
[3] Uher, R., et al. “Major depressive disorder in DSM‑5: implications for clinical practice and research of changes from DSM‑IV.” Depression and Anxiety, Vol. 31, No. 6 (2013): 459–471.
[4] Kriston et al., op. cit.
[5] Uher et al., op. cit.
[6] Uher et al., op. cit.
[7] Barkow, K., et al. “Risk factors for depression at 12‑month follow‑up in adult primary health care patients with major depression: an international prospective study.” Journal of Affective disorders, Vol. 76, No. 1–3 (2003): 157–169.
[8] Gilchrist, G., and J. Gunn. “Observational studies of depression in primary care: what do we know?” BMC Family Practice, Vol. 8 (2007): 28.
[9] Leichsenring, F., and C. Steinert. “Is Cognitive Behavioral Therapy the Gold Standard for Psychotherapy?: The Need for Plurality in Treatment and Research.” JAMA, Vol. 318, No. 14 (2017): 1323–1324
[10] Cuijpers, P., et al. “Interpersonal Psychotherapy for Mental Health Problems: A Comprehensive Meta-Analysis.” The American Journal of Psychiatry, Vol. 173, No. 7 (2016): 680–687.
[11] Kriston, et al., op. cit.
[12] Uher, et al., op. cit.
[13] Hawley, L.L., et al. “Mindfulness Practice, Rumination and Clinical Outcome in Mindfulness-Based Treatment.” Cognitive Therapy and Research, Vol. 38, No. 1 (2014): 1–9.
[14] Davidson, R.J., et al. “Alterations in brain and immune function produced by mindfulness meditation.” Psychosomatic Medicine, Vol. 65, No. 4 (2003): 564–570.
[15] Anālayo, B. “Early Buddhist Mindfulness and Memory, the Body, and Pain.” Mindfulness, Vol. 7, No. 6 (2016): 1271–1280.
[16] Kriston, et al., op. cit.
[17] Troxel, W.M., et al. “Insomnia and objectively measured sleep disturbances predict treatment outcome in depressed patients treated with psychotherapy or psychotherapy-pharmacotherapy combinations.” The Journal of Clinical Psychiatry, Vol. 73, No. 4 (2012): 478–485.
[18] Felton, J., et al. “The relation of weight change to depressive symptoms in adolescence.” Development and Psychopathology, Vol. 22, No. (2010): 205–216.
[19] Uher, et al., op. cit.
[20] Uher, et al., op. cit.
[21] Troxel, et al., op. cit.
[22] Felton, et al., op. cit.
[23] Boschloo, L., et al. “The impact of lifestyle factors on the 2‑year course of depressive and/or anxiety disorders.” Journal of Affective Disorders, Vol. 159 (2014): 73–79.
[24] Boschloo, et al., op. cit.
[25] Leichsenring and Steinert, op. cit.
[26] Panossian, A. “Understanding adaptogenic activity: specificity of the pharmacological action of adaptogens and other phytochemicals.” Annals of the New York Academy of Sciences, Vol. 1401, No. 1 (2017): 49–64.
[27] Chen, S.P., et al. “Complementary usage of Rhodiola crenulata (L.) in chronic obstructive pulmonary disease patients: the effects on cytokines and T cells.” Phytotherapy Research, Vol. 29, No. 4 (2015): 518–525.
[28] Kropotov, A., O. Kolodnyak, and V. Koldaev. “Effects of Siberian ginseng extract and ipriflavone on the development of glucocorticoid-induced osteoporosis.” Bulletin of Experimental Biology and Medicine, Vol. 133, No. 3 (2002): 252–254.
[29] Cardinali, D.P., et al. “Melatonin and its analogs in insomnia and depression.” Journal of Pineal Research, Vol. 52, No. 4 (2012): 365–373.
[30] Xu, Z., et al. “Anxiolytic-Like Effect of baicalin and its additivity with other anxiolytics.” Planta Medica, Vol. 72, No. 2 (2006): 187–189.
[31] Rafinesque, C.S. Medical Flora: or, Manual of Medical Botany of the United States of North America. Philadelphia: Atkinson and Alexander, 1830.
[32] Muskin, P.R., P.L. Gerbarg, and R.P. Brown. “Along roads less traveled: Complementary, alternative, and integrative treatments.” The Psychiatric Clinics of North America, Vol. 36, No. 1 (2013): xiii–xv.
[33] Oxenkrug, G.F. “Tryptophan kynurenine metabolism as a common mediator of genetic and environmental impacts in major depressive disorder: the serotonin hypothesis revisited 40 years later.” The Israel Journal of Psychiatry and Related Sciences, Vol. 47, No. 1 (2010): 56–63.
[34] Hypericum Depression Trial Study Group. “Effect of Hypericum perforatum (St. John’s wort) in major depressive disorder: A randomized controlled trial.” JAMA, Vol. 287, No. 14 (2002): 1807–1814.