El síndrome de las piernas inquietas - Métodos de tratamiento

El síndrome de las piernas inquietas (SPI) es una condición médica que afecta la parte del sistema nervioso que causa un impulso de mover las piernas. Por lo general, interfiere con el sueño, por lo que también se puede considerar un trastorno del sueño ⁽¹⁾. El SPI puede ser bastante preocupante según la intensidad de los síntomas. Los síntomas incluyen picazón, ardor, dolor y deseo de mover las piernas (sin razón aparente). El SPI afecta hasta al 10% de la población y todos los géneros, pero es más común en mujeres y también en niños.

A menudo se desconoce qué causa SPI en ciertas personas. Puede haber un vínculo genético ya que muchas personas con SPI tienen un familiar que también lo tiene. Otros factores que pueden contribuir incluyen ciertas afecciones médicas como la deficiencia de hierro, la insuficiencia renal o la diabetes y la neuropatía periférica ⁽¹⁾. A veces, tratar las enfermedades subyacentes puede aliviar el SPI. Algunos medicamentos también aumentan el riesgo de sufrir SPI. Entre ellos se encuentran los antieméticos, los antipsicóticos, los antidepresivos y los antihistamínicos. La interrupción de estos medicamentos (aunque obviamente no se recomienda hacerlo sin supervisión médica), también puede ofrecer algún grado de alivio de los síntomas. Algunas mujeres experimentan SPI durante el embarazo, especialmente en el último trimestre. Las razones de esto no están del todo claras, pero hasta el 26% de las mujeres lo experimentan en el último trimestre del embarazo. Puede estar relacionado con las fluctuaciones hormonales, las deficiencias minerales o un desequilibrio de dopamina. En este grupo particular los síntomas desaparecen poco después de que nace el bebé. Finalmente, los factores del estilo de vida como la falta de sueño y el consumo de alcohol o tabaco pueden empeorar los síntomas ⁽²⁾.

El diagnóstico del SPI no se realiza con ninguna prueba de laboratorio en particular, pero se pueden usar exámenes médicos para descartar otras enfermedades. Los cuatro criterios básicos para diagnosticar el trastorno son ⁽³⁾:

• Síntomas que son peores por la noche y ausentes por la mañana
• Una fuerte necesidad de mover las extremidades afectadas
• Síntomas sensoriales activados por el descanso, la relajación o el sueño
• Síntomas sensoriales que se alivian con el movimiento

Los médicos generalmente se enfocan en los síntomas individuales, así como en los factores activadores y de alivio. Es probable que se indique un examen neurológico para descartar otras posibles condiciones. También se pueden usar pruebas de laboratorio. La posible detección de cosas como la deficiencia de hierro puede ser útil, pero no sirve por sí sola para el diagnóstico. En algunos casos, especialmente si es lo suficientemente grave, se puede recomendar un estudio del sueño. Esto puede detectar un problema subyacente, como la apnea del sueño, cosa puede cambiar la forma en que se aborda el tratamiento del trastorno. El diagnóstico en niños puede ser difícil dependiendo de cómo describen sus síntomas. Este artículo evaluará los tratamientos para el SPI con un enfoque en las terapias naturales.

The first attempts at treatment should focus on potential underlying causes or aggravating factors. We mentioned that sleep deprivation, tobacco, and alcohol can all worsen RLS. So in that regard, smoking cessation (or tobacco cessation, especially near bedtime) may be helpful. Even if this means management of the condition will require a long-term approach, if a causative agent is removed, this could be the most important piece of the puzzle. Alcohol should be reduced or eliminated, at least for a trial period to see if its removal provides any improvements to the symptoms.

Los programas de ejercicio pueden ser útiles ⁽¹⁾. Esto asegura que los músculos se utilicen con regularidad y que el aumento de la circulación subsecuente ayude a eliminar los desechos y a reponer los nutrientes. Los masajes de piernas (especialmente cerca de la hora de acostarse) pueden ser útiles para algunas personas. La aplicación de una compresa caliente o de hielo sobre las piernas, o alguna forma de hidroterapia, también puede ser beneficiosa. Alternar frío y calor promueve la circulación. Se pueden recomendar las duchas de contraste durante un periodo de prueba (esto significa terminar tus duchas con agua fría; no es agradable, pero puede ser efectivo para mejorar la circulación y la salud en general).

Tener patrones regulares de sueño es una recomendación importante en casi todos los casos. Los buenos hábitos de sueño pueden ayudar porque a través de ellos tu cuerpo sabe lo que debe esperar. Nuestros cuerpos son muy buenos para acostumbrarse a las cosas que hacemos regularmente. Acostarse a la misma hora todos los días y despertarse todos los días a la misma hora (aunque sea difícil al principio) puede ser beneficioso para la salud a largo plazo. También se pueden incorporar otros cambios en el estilo de vida que mejoren la calidad del sueño. Esto incluye asegurarse de que la habitación utilizada para dormir sea tranquila y oscura, y que la cama sea cómoda y relajante.

Hay algunos medicamentos que pueden ser útiles para manejar el SPI. Ningún medicamento individual funciona por igual para todas las personas ⁽³⁾. Los medicamentos que se toman con regularidad también pueden perder su efecto con el tiempo, por lo que a veces se deben rotar o cambiar a intervalos regulares. Los medicamentos que se usan son los que comúnmente se recetan para tratar la enfermedad de Parkinson. Estos se llaman medicamentos dopaminérgicos ya que aumentan el neurotransmisor dopamina. Por lo general, son bien tolerados, pero a veces pueden causar efectos secundarios gastrointestinales o mareos. Pueden requerir dosis más altas a lo largo del tiempo si de usan de forma prolongada. Por lo general, cuanto mayor sea la dosis, mayor será el riesgo de experimentar los efectos secundarios.

Las benzodiazepinas son relajantes musculares y también se pueden usar para tratar la ansiedad. También son una opción viable para tratar el SPI ⁽³⁾. Sin embargo, a menudo pueden causar somnolencia, por lo que es mejor tomarlas por la noche. También se puede considerar el uso de medicamentos anticonvulsivos, y estos pueden ayudar especialmente con las sensaciones (picazón, ardor y hormigueos).

Se deben considerar primero los suplementos que corrigen las deficiencias. Por eso, si se detecta una deficiencia de hierro, es probable que una buena opción sea un suplemento de hierro ⁽⁴⁾. Los suplementos de hierro típicos recetados por médicos alópatas tienen dosis muy altas (300 mg). El hierro se absorbe muy poco y administrar una dosis tan alta comúnmente causa o empeora el estreñimiento. Los médicos naturópatas generalmente usan suplementos que tienen una dosis total mucho más baja (30 mg aproximadamente), pero sin efectos secundarios. Y generalmente estos suplementos de hierro a dosis bajas se pueden tomar en dosis divididas, por lo que el resultado final general en términos de cantidad de hierro absorbido es el mismo.

Otras posibles deficiencias incluyen el folato o la vitamina B12. Se puede hacer una prueba de laboratorio para detectar una deficiencia y se corrige muy fácilmente. La vitamina B12 se puede proporcionar a través de una tableta sublingual o administrada por inyección intramuscular si se desean resultados rápidos.

Una de las deficiencias más comunes encontradas en el SPI es la de magnesio ⁽⁵⁾. El magnesio viene en una gran variedad de formas, pero estas formas están relacionadas solo con su capacidad de ser absorbido. A veces se usan diferentes formas para distintos propósitos, pero cualquiera de ellas es probablemente aceptable. Una de las formas que mejor se absorbe es el citrato de magnesio por lo que, si tienes acceso a esta forma, es posible que valga la pena usarla. El magnesio se puede tomar solo o en combinación con calcio a modo de prueba para ver si se observan mejorías. El otro elemento a considerar con el magnesio es que aunque no tengas deficiencia de este mineral una cantidad alta puede tener aún un beneficio terapéutico. Esta sería una situación en la que un suplemento nutricional se usa de forma similar a un medicamento. En este caso, se puede tomar el magnesio en cápsulas por vía oral a dosis gradualmente más altas para ver si se observa algún efecto. El lado negativo del magnesio es la diarrea por lo que, si tomas demasiado, lo sabrás. Algunos médicos también recomiendan abrir las cápsulas (o usar el polvo) y aplicar el magnesio directamente sobre la lengua, práctica que aparentemente produce buenos resultados en el SPI.

El SPI puede ser un trastorno debilitante según la intensidad de los síntomas. Afecta a las mujeres y los niños, incluidas las mujeres embarazadas en el último trimestre, más que a otros grupos. A menudo se desconoce la causa, pero sí se sabe que tiene un impacto significativo en la calidad de vida y el sueño, así que vale la pena probar múltiples tratamientos. En este artículo, identificamos varios factores de estilo de vida que pueden tener un impacto en el SPI. Una rutina de sueño regular, ejercicio, hidroterapia y dejar de fumar son casi siempre modificaciones saludables que debes considerar. Desde una perspectiva farmacéutica, existen varios medicamentos disponibles que funcionan de diferentes maneras, pero a menudo están acompañados del riesgo de efectos secundarios. Hablamos de algunos suplementos nutricionales que pueden ser beneficiosos. Todas las recomendaciones complementarias deben aplicarse a modo de prueba para ver si realmente ayudan. También hay otros tratamientos naturales que pueden ser efectivos (como la acupuntura y la medicina botánica) que no se discutieron, pero que tienen efectos similares a las modificaciones del estilo de vida o las recomendaciones complementarias. Como siempre, consulta con tu médico naturópata antes de iniciar cualquier tratamiento para asegurarte de que sea adecuado para ti.