Trastorno de Ansiedad Generalizada

Introducción

El Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG) es el término médico para la ansiedad. Todo el mundo se preocupa por las cosas importantes de la vida, como la familia, el trabajo y la salud. Las personas que sufren de TAG es preocupan muchísimo por estas y otras cosas más pequeñas, incluso cuando hay poca razón para preocuparse por ellos. Hay varias formas en las que la preocupación del TAG es peor. La primera es la intensidad de la preocupación. Por lo general, las personas con TAG tienden a preocuparse en mayor medida que otros, hasta el punto de que les causa síntomas o impacta sus vidas de una manera significativa. El segundo es la diversidad de la preocupación. En el TAG, el paciente puede estar preocupado por todo tipo de cosas pequeñas, o preocuparse acerca de todos los aspectos de los elementos más importantes de la vida. Es importante destacar que las personas con TAG son incapaces de relajarse o deshacerse de sus preocupaciones, a pesar de que a menudo se dan cuenta de que la ansiedad es más intensa de lo que debería ser. Desde una perspectiva evolutiva, la ansiedad es saludable y normal. Nos permite planificar para el futuro (por ejemplo, si nuestros ancestros iban a experimentar largos períodos de tiempo con pequeñas cantidades de comida). Sin embargo, nuestros factores de estrés son muy diferentes a los de nuestros ancestros. En cualquier caso, nuestros cuerpos reaccionan en casi la misma forma que ellos lo hicieron si las amenazas que enfrentamos son graves. Las personas con TAG pueden experimentar dificultad para concentrarse, fatiga, irritabilidad, problemas de respiración y sofocos.^[1].

El TAG se considera multifactorial. En otras palabras, parte de este trastorno puede ser causado por la genética y la historia de la familia, mientras que el resto puede ser ambiental o debido a la exposición a situaciones específicas. En la última edición del DSM (DSM-5, el manual utilizado para categorizar las enfermedades mentales), se acepta que la enfermedad mental en general, se produce en un continuo. En otras palabras, todos experimentamos diversos pensamientos y comportamientos, pero aquellos que se encuentran en los extremos se clasificarán como un trastorno. Con una condición como TAG, los individuos deben tener 3 o más síntomas de ansiedad durante un período de 6 meses sobre una base casi diaria para que se considere un diagnóstico de TAG. Los síntomas deben causar malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas de funcionamiento. En este artículo, vamos a discutir algunos de los enfoques complementarios naturistas que han demostrado ser beneficiosos para el TAG. Muchos de ellos también pueden ser utilizados en una dosis más baja o con menor frecuencia durante períodos de estrés excesivo.

El TAG se trata típicamente con una combinación de terapia y medicamentos. La terapia puede ser de asesoramiento, psicoterapia, terapia cognitivo-conductual, u otras formas de terapia de conversación. La evidencia muestra que la terapia cognitivo-conductual (TCC) es particularmente útil para las personas con TAG. TCC consiste en ayudar a los pacientes a entender que sus pensamientos, comportamientos y sentimientos todos interactúan entre sí. El objetivo es eventualmente transformar los pensamientos negativos a pensamientos positivos, con un enfoque hacia cambiar el cómo alguien piensa acerca de las situaciones en que se encuentra. En particular, la terapia disminuye significativamente el síntoma cardinal de la preocupación patológica. Los tratamientos parecen ser más eficaz para los adultos más jóvenes y los que buscan tratamiento individual. La TCC también tiene una buena tasa de mantenimiento, mostrando en general que los pacientes todavía se sienten mejor 6 y 12 meses después del tratamiento.

Los medicamentos que se prescriben para el TAG suelen ser de anti-ansiedad o antidepresivos. Los antidepresivos son, obviamente, utilizados para tratar la depresión principalmente, pero también pueden ser muy útiles para la ansiedad. Muchas veces, las personas que tienen ansiedad tienen depresión. El tipo más común de medicación prescrita es la benzodiazepina. Estos fármacos se unen a los receptores de GABA, ayudando a crear un efecto relajante. El GABA es un neurotransmisor inhibitorio y también se activa cuando se bebe alcohol. Otra clase de medicamento que se utiliza se llama inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). Reducen la hiperreactividad de la amígdala a los estímulos que provocan miedo, lo que significa que los medicamentos reducen la intensidad con la cual el cerebro reacciona a situaciones estresantes. La parte desafortunada de la utilización de medicamentos es que a menudo tienen efectos secundarios. Las benzodiazepinas por ejemplo, han demostrado ser eficaz a corto plazo, pero menos en el largo plazo. Los efectos secundarios pueden incluir cosas como fatiga, problemas mentales, y visión borrosa. La retirada también puede ser un problema, por lo que es importante dejar estos medicamentos lentamente si ese es el enfoque que se decidió utilizar.

Los ácidos grasos Omega-3 poliinsaturados (PUFAs por sus siglas en ingles) son los principales componentes de las membranas celulares cerebrales. Hay limitada evidencia disponible sobre el efecto exacto de los PUFAs en los seres humanos. Un estudio mostró que la suplementación podría ayudar a los estudiantes que sufrían de ansiedad debido a los exámenes. Mejoraron su apetito y estado de ánimo, lograron una mejor concentración, y menos fatiga. En otros estudios, los estudiantes que recibieron 2,5 g de PUFAs por día tuvieron una disminución en los síntomas de ansiedad. El supuesto mecanismo de acción de los ácidos grasos omega-3 es que disminuyen la inflamación. En particular, disminuyen las vías inflamatorias que se producen en el cerebro y que promuevan la ansiedad.

El inositol ha sido investigado para el tratamiento de la ansiedad. Un ensayo bien controlado probó el inositol en comparación con la medicación. Veinte sujetos de ambos sexos de edades de 18 a 65 años fueron tratados con 18 g de inositol al día durante un mes. Los resultados mostraron que el inositol disminuyó exitosamente los síntomas de ansiedad. Estos resultados concuerdan con los resultados de un estudio anterior que mostró que 12 g de inositol al día fue útil para reducir los síntomas de pánico. En un estudio más pequeño, se utilizó inositol a 18 g por día durante seis semanas en los que sufrían de trastorno obsesivo compulsivo, y demostró ser útil. Incluso en personas con trastornos alimentarios como bulimia y el trastorno de atracones, el inositol puede ser utilizado y puede tener efectos positivos. El inositol tiene mejor efecto a dosis más altas (12 a 18 g). Parece tener un mejor efecto terapéutico a estas dosis, pero también puede causar más efectos secundarios. El efecto secundario más común es el malestar gastrointestinal ligero.

Se ha pensado que la L-teanina, un aminoácido encontrado en las hojas de té verde, causa efectos anti-estrés mediante la inhibición de la excitación neuronal cortical y que puede ser muy útil para la ansiedad. En un estudio, se administró 200 mg de L-teanina o cafeína más placebo a 14 participantes. Luego, los participantes realizan tareas mentales y fisiológicas bajo condiciones de estrés físico o psicológico y completaron un cuestionario relacionado con su estado de ánimo. Los resultados mostraron que la L-teanina redujo las puntuaciones de tensión-ansiedad en comparación con el placebo. En otro estudio, la L-teanina se comparó con una benzodiazepina estándar (alprazolam) y el placebo en las medidas conductuales de ansiedad en sujetos humanos sanos utilizando el modelo de ansiedad anticipatoria. Dieciséis voluntarios sanos recibieron 1 mg de alprazolam, 200 mg de L-teanina o placebo. Los efectos agudos del alprazolam y la L-teanina se evaluaron bajo un ambiente relajado y una condición de ansiedad inducida experimentalmente. Se completaron informes subjetivos de ansiedad, incluyendo múltiples cuestionarios validados. Estos se completaron antes, durante y después de la administración de tareas. Los resultados mostraron que la L-teanina causó efectos de relajación durante las pruebas de referencia.

En este artículo, discutimos cómo la ansiedad grave puede causar una serie de síntomas físicos incómodos; principalmente pensamientos preocupantes. La severidad de la ansiedad también varía en función de las habilidades de afrontamiento que se han aprendido a través de las experiencias de la vida. El estrés a largo plazo puede ser fisiológicamente devastador para una serie de sistemas de órganos. Desde una perspectiva de diagnóstico, el TAG se diagnostica mediante los criterios del DSM-5, que incluye la necesidad de que los síntomas estén presentes durante al menos 6 meses. Los síntomas también deben tener un impacto significativo sobre las actividades de la vida diaria para que el TAG pueda ser considerado como un diagnóstico. Sin embargo, para muchas personas los factores de estrés a los que están expuestos regularmente pueden causar mucha angustia, incluso si no se encaja a la perfección con el diagnóstico de TAG. Los tratamientos convencionales pueden ser muy útiles. En particular, la terapia mediante el uso de la TCC ha demostrado tener efectos positivos de larga duración. Los medicamentos también son útiles, pero a menudo se acompañan de efectos secundarios desagradables.

La medicina naturopática ofrece una serie de opciones de suplementos. Hablamos de los ácidos grasos omega-3 (o PUFAs), el inositol y la L-teanina. Estas terapias pueden ser utilizadas individualmente o en combinación unos con otros. Recuerde que el inositol es más útil en dosis más altas (hasta 18 g) y puede ir acompañado de efectos secundarios gastrointestinales leves. Además de estas terapias, hay una serie de otras opciones disponibles. Las Vitaminas B pueden abordar los desequilibrios bioquímicos subyacentes o un agotamiento de nutrientes. También hay un gran número de opciones a base de hierbas que pueden ayudar a disminuir la ansiedad, incluyendo elementos como rhodiola, ginseng, withania y kava. Las hierbas pueden ser consumidas como tés, tinturas, comprimidos o cápsulas. Con todas las opciones disponibles, siempre es nuestra recomendación que busque el consejo de su médico naturista, que será capaz de adaptar los tratamientos a su presentación individual.