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Manejo de las conmociones cerebrales

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Para los canadienses los deportistas son nuestras celebridades. Ganan campeonatos y gracias a ellos obtenemos reconocimiento mundial. Ponen nuestras ciudades en el mapa y alientan a las generaciones futuras a continuar su éxito. Debido a que la edad de retiro en la mayoría de los deportes es bastante temprana, rara vez escuchamos acerca de nuestros deportistas famosos después de que se retiran de su deporte. Los jugadores de hockey, futbolistas y boxeadores sufren considerables traumas en la cabeza a lo largo de su carrera. La lesión cerebral repetitiva crea efectos duraderos en su salud física y mental, que casi nunca vemos en las noticias.

 

El cerebro es un órgano vital rodeado de numerosas capas de protección dentro de nuestro cráneo. El líquido cefalorraquídeo (LCR) denso en nutrientes baña el cerebro y lo amortigua contra las paredes del cráneo. En la mayoría de los movimientos de la cabeza, el LCR protege al cerebro de lesiones. Cuando un individuo sufre un traumatismo craneal, el cerebro vibra dentro del cráneo y puede crear una alteración en el estado mental. Dependiendo de la intensidad del trauma, la lesión puede incluir sangrado en el cerebro, pérdida de conciencia y fractura de cráneo.

 

La conmoción cerebral es uno de los muchos términos que se encuentran bajo el paraguas más amplio de la lesión cerebral traumática (TBI, por sus siglas en inglés). Estos otros términos pueden incluir contusión, síndrome de segundo impacto y lesión penetrante. Al final del día, el tratamiento para todas las formas de TBI es exactamente el mismo.

En el momento, los síntomas de una lesión cerebral traumática pueden incluir dolores de cabeza, pérdida del conocimiento, zumbidos en los oídos, mareos y vómitos (1). Esto puede ameritar una visita al hospital o al consultorio del médico.

Sin embargo, los médicos son muy limitados en lo que respecta al manejo del trauma en la cabeza. Las pautas actuales de conmoción cerebral sugieren que el descanso, los antiinflamatorios y evitar pasar tiempo frente a las pantallas son las mejores herramientas.

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Después de algunas semanas, los síntomas iniciales pueden haber mejorado, pero pueden surgir una amplia gama de síntomas que se conocen como síndrome de post conmoción cerebral. En este punto, un paciente puede sentirse irritable, deprimido, ansioso, fatigado o sensible a la luz (1). Pueden tener problemas para pensar, concentrarse y dormir por la noche. El síndrome de post conmoción cerebral puede durar semanas o años y depende en gran medida de la capacidad de recuperación de la persona y el área del cerebro afectada. Un pequeño porcentaje de pacientes será remitido a un neurólogo que hará seguimiento a su progreso a través de exámenes de imágenes del cerebro. Sin embargo, la mayor parte de esta base de pacientes recibe el diagnóstico del síndrome de post conmoción cerebral y son enviados de vuelta a sus vidas cotidianas.

 

Lo que muestran las imágenes cerebrales

La mejor manera de estudiar la TBI es a través de una tomografía computarizada y una resonancia magnética del cerebro. Las tomografías computarizadas del cerebro son importantes para diagnosticar fracturas de cráneo, lesiones cerebrales focales y sangrado intracerebral (2). No son lo suficientemente detalladas como para mostrar lesiones pequeñas que son comunes en una lesión cerebral traumática leve. Estas lesiones más pequeñas son a menudo las que tardan más en sanar y producen síntomas clínicamente más significativos. Las resonancias magnéticas cerebrales se han vuelto mucho más sensibles con el tiempo y pueden detectar micro hemorragias dentro de una estructura cerebral frágil (1). Las imágenes por resonancia magnética son excelentes para fines de investigación, sin embargo, la poca disponibilidad en el entorno clínico las hace menos útiles. En algunas partes del país, la espera para una resonancia magnética puede ser de meses.

 

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¿Son útiles los análisis de sangre? Los análisis de sangre pueden ser útiles para detectar los efectos posteriores de la conmoción cerebral, pero son menos relevantes en el diagnóstico. Debido a que los órganos frágiles como el hipotálamo y la glándula pituitaria se encuentran en el cerebro, pueden alterar los niveles hormonales en el cuerpo si están dañados. El análisis de sangre a menudo mostrará anormalidades hormonales poco después de la conmoción cerebral y se normalizará en tres meses. Si hay una lesión sostenida en estas glándulas endocrinas, se puede implementar una terapia hormonal para mitigar estos efectos.

 

El manejo de la recuperación

En las últimas décadas, cada vez más investigaciones han cuestionado el protocolo actual del manejo de las conmociones cerebrales. Después de una lesión cerebral traumática leve, a menudo se le pide a un deportista que descanse y limite el ejercicio. En unas pocas semanas, se les aplica un criterio de volver al juego paulatinamente y a menudo se les autoriza a regresar dentro de un mes.

 

Hoy en día, a un número cada vez mayor de deportistas se les pide que omitan el reposo y realicen ejercicio cardiovascular ligero, como caminar durante una o dos horas por día dentro de las 24 horas posteriores a la lesión. Se les dice que usen gafas de sol oscuras para disminuir la exposición a la luz y que se mantengan alejados de las pantallas. Se demuestra que los deportistas se recuperan más rápido de esta manera porque en lugar de descansar, estamos aumentando la circulación al cerebro y permitiendo que las células dañadas se trasladen. Con la circulación vienen todos los nutrientes que necesitamos para sanar, y esto ayuda aún más al cerebro.

 

El diseño de un programa de regreso al deporte es muy importante y debe incluir la opinión de todos los miembros del equipo de rehabilitación deportiva. Los impedimentos cognitivos persistentes pueden estar relacionados con la velocidad de procesamiento, la memoria, la atención y la conciencia. Para un jugador de hockey, la falta de estas habilidades cruciales después de una conmoción cerebral puede conducir a un segundo golpe y una conmoción cerebral más impactante si vuelve a jugar demasiado pronto.

De la misma manera que los músculos requieren aminoácidos para repararse después de un entrenamiento, el cerebro requiere grasas esenciales y otros nutrientes clave para repararse después de una lesión. El soporte nutricional al inicio de la conmoción cerebral es un paso tan importante en la reparación del cerebro y definitivamente puede reducir muchos de los síntomas posteriores a la conmoción cerebral si se implementa de inmediato. Las altas dosis de ácidos grasos omega-3 pueden reconstruir el tejido cerebral y reducir la inflamación de la lesión. La vitamina D es un nutriente importante para la función cognitiva y se ha relacionado con una reducción en el riesgo de sufrir la enfermedad de Alzheimer. La vitamina B12 es un paso clave en la formación de la vaina de mielina, la capa protectora alrededor de los nervios. Sin esto, la reparación de los nervios puede verse comprometida y manifestarse en forma de deficiencias en la memoria, concentración y enfoque.

 

La rehabilitación cognitiva debe estar presente en un programa de rehabilitación física. Esto incluye muchos de los acertijos y pruebas que se utilizan para monitorear a los pacientes con Alzheimer y demencia. Ayudan a fortalecer las conexiones nerviosas en el cerebro y mejorar la velocidad de procesamiento. Incluso una vez que un deportista ha vuelto a jugar, continuar con estas pruebas durante los próximos meses afianzará aún más la función cognitiva.

 

 

El riesgo de no hacer nada

 

Muchos deportistas sufrirán conmociones cerebrales leves y nunca acudirán al médico. Muchos pueden no experimentar ningún síntoma y estar listos para jugar nuevamente en una semana. Las conmociones cerebrales más graves crean cambios duraderos en la estructura del cerebro, que es susceptible de sufrir más lesiones. A menudo son estos segundos impactos (llamados síndrome del segundo impacto), los que son significativamente peores y pueden hacer que un deportista quede incapacitado por meses. También existe el riesgo de hemorragia cerebral después de una segunda lesión que puede ser fatal. Después de una serie de conmociones cerebrales en un corto período de tiempo, un deportista debe tomar una decisión importante sobre si los riesgos de practicar el deporte superan o no los beneficios.

 

Consecuencias a largo plazo del trauma cerebral repetitivo

 

Los efectos a largo plazo del trauma cerebral repetitivo se conocen y estudian desde hace décadas. Muchos deportistas retirados sufren un gran número de enfermedades mentales y demencia en la mitad de su vida. Algunos incluso se suicidan, pero nunca aparecen en los titulares de los periódicos. La película Concussion (La verdad oculta en Hispanoamérica) de 2015 destacó la tremenda influencia que la NHL, la NFL y otras ligas deportivas importantes ejercieron para “silenciar” la evidencia científica que vincula la lesión cerebral traumática con estas enfermedades devastadoras. El término encefalopatía traumática crónica (CTE, por sus siglas en inglés) se usó para describir la inflamación cerebral continua como resultado de un trauma repetitivo. Desde el estreno de esta película, los estudios de investigación han revelado los efectos a largo plazo de la conmoción cerebral relacionada con el deporte. Los deportes de las grandes ligas se han visto obligados a realizar cambios para proteger a sus deportistas y son monitoreados por un tercero en el manejo de las conmociones cerebrales de sus jugadores (3).

 

Una revisión sistemática de 3819 estudios de ex deportistas mostró una correlación positiva con el número de conmociones cerebrales y la gravedad de las puntuaciones de depresión. Solo dos estudios evaluaron el riesgo de ideación suicida. Los autores determinaron que la relación entre el trauma cerebral repetitivo y un mayor riesgo de sufrir una enfermedad neurodegenerativa no fue concluyente. Sin embargo, quedó claro que los estudios de neuroimagen mostraban cambios en la estructura y el equilibrio neuroquímico en el cerebro después de un trauma repetitivo (4). 

 

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A nivel recreativo, los profesionales médicos están comenzando a conversar con los pacientes sobre el retiro del deporte. La Academia Estadounidense de Neurología publicó una guía práctica para que los profesionales los ayuden en sus conversaciones sobre el retiro del deporte por motivos médicos (5). La revisión presentó a 10 deportistas menores de 35 años y su batalla con los traumatismos craneales repetitivos. La guía recomendó a los profesionales considerar no solo la evidencia clínica y radiográfica de la lesión, sino también al mismo deportista. Muchos deportistas practican deportes de alto nivel debido a la presión de entrenadores y padres, motivaciones financieras y se identifican fuertemente con un deporte. No se debe tomar a la ligera remover a alguien de un tejido social construido enteramente en torno a un deporte.

 

Las conversaciones sobre el retiro por motivos médicos deben incluir los riesgos a largo plazo y el impacto significativo que pueden tener en el rendimiento académico, el éxito profesional y el envejecimiento saludable. Proporcionarles las imágenes de resonancia magnética puede ser útil para los deportistas que han sufrido una serie de conmociones cerebrales. Al comenzar esta conversación, el deportista puede ser más consciente de los efectos de los síntomas duraderos de conmoción cerebral y tomar una decisión por sí mismo.

 

El cerebro es un órgano increíble con funciones poderosas, pero lamentablemente tiene un potencial limitado para regenerarse cuando sufre daños severos. Tomar decisiones importantes sobre los deportes desde una edad temprana es un paso difícil pero crucial para gozar de una vida saludable y un retiro sólido.

 

 

 

Referencias:

 

 

  1. Sharp, D. Jenkins, P. (2015) Concussion is confusing us all. Practical Neurology. 2015 Jun; 15(3): 172–186. Retrieved from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4453625/
  2. Romeu-Mejia, R. et al. (2019) Concussion Pathophysiology and Injury Biomechanics. Current Reviews in Musculoskeletal Medicine. 2019 Jun; 12(2): 105–116.C. Retrieved from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6542913/
  3. NHL.com. NHL updates concussion protocol (2016). https://www.nhl.com/news/nhl-updates-concussion-protocol/c-282571624
  4. Manley, G. et al. (2017) A systematic review of potential long-term effects of sports-related concussion. British Journal of Sports Medicine. Vol51, Issue12. Retrieved from: https://bjsm.bmj.com/content/51/12/969.full
  5. Davis-Hayes, C. et al. (2018). Medical retirement from sports after concussions. Neurology Clinical Practice. 2018 Feb; 8(1): 40–47. Retrieved from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5839677/