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La deficiencia de hierro - Lo que necesitas saber

Español

Lo que necesitas saber

by Lara Spector, ND

Natura Wellness Clinic
3885 Duke of York Blvd. Suite 211
Mississauga, ON L5B 0E4

905 276-6800
laraspector.nd@gmail.com



Iron Deficiency - What You Need to Know

La deficiencia de hierro es la deficiencia de nutrientes más común en el mundo.[1] Muchas mujeres tienen deficiencia de hierro, especialmente las que están menstruando, están embarazadas, en el posparto o están amamantando. La deficiencia de hierro también se observa con frecuencia en personas con pérdida crónica de sangre y/o problemas de absorción gastrointestinal. La deficiencia de hierro no tratada puede conducir a la anemia por deficiencia de hierro, que ocurre cuando el cuerpo carece de cantidades suficientes de hierro para formar glóbulos rojos normales. Sin suficiente hierro, el cuerpo no puede producir suficiente hemoglobina para que los glóbulos rojos suministren oxígeno desde los pulmones a los tejidos.

Estos son algunos de los síntomas que se pueden experimentar cuando se sufre de deficiencia de hierro o anemia:[2]

  • Fatiga o debilidad
  • Falta de aliento
  • Intolerancia al ejercicio
  • Manos/pies fríos
  • Baja concentración o disminución del funcionamiento cognitivo
  • Mareos
  • Palidez
  • Caída del cabello
  • Uñas quebradizas o acanaladas
  • Resfriados/gripes frecuentes

  • Iron Is Vital for Many Processes in the Body El hierro es vital para muchos procesos en el cuerpo

    Además de suministrar oxígeno a los tejidos, el hierro tiene muchos otros papeles importantes en el cuerpo. Es uno de los nutrientes más importantes para el funcionamiento del sistema inmune, ya que mantiene los niveles de glóbulos blancos, y para la producción de anticuerpos, y por lo tanto combate las infecciones. Esto podría explicar por qué su deficiencia contribuye a tener resfriados/gripes recurrentes. El hierro también es necesario para la producción de aminoácidos, hormonas y neurotransmisores, lo que podría explicar por qué su deficiencia produce niveles de concentración más bajos o una menor función de la glándula tiroidea, ya que el hierro es una parte integral de la reacción enzimática que produce neurotransmisores y hormonas tiroideas.[3]


    Causas y diagnóstico de la deficiencia de hierro

    Las causas más comunes de la deficiencia de hierro son:[2]

  • Sangrado crónico (por ejemplo, sangrado menstrual excesivo, sangrado gastrointestinal) o donación de sangre
  • Ingesta dietética inadecuada (los vegetarianos y veganos son más propensos a la deficiencia de hierro)
  • Síndromes de malabsorción (como enfermedad celíaca, ácido estomacal bajo, sobrecrecimiento bacteriano), enfermedades o síndromes intestinales inflamatorios
  • Uso de AINES (medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, como la aspirina o el ibuprofeno)
  • Estilo de vida atlético

  • Estudios sobre el hierro

    Para diagnosticar la anemia por deficiencia de hierro se toma en cuenta lo siguiente; baja concentración de hemoglobina, hierro sérico bajo, baja ferritina sérica (la forma de almacenamiento de hierro), baja saturación de transferrina y alta capacidad total de fijación del hierro. Es importante tener en cuenta que el nivel de ferritina puede ser engañoso, especialmente si hay inflamación aguda o crónica, ya que la ferritina es un reactivo de fase aguda y aumenta en presencia de un proceso inflamatorio.[1]


    Tratamiento de la deficiencia de hierro

    El tratamiento de la deficiencia de hierro debe estar dirigido a la causa de la deficiencia. Por ejemplo, un estudio de Rockey et al. demostró que el 60% de los pacientes adultos con anemia por deficiencia de hierro puede tener un trastorno gastrointestinal subyacente (por ejemplo, ácido estomacal bajo o inflamación excesiva), que debe investigarse y tratarse, y de manera similar para las mujeres con sangrado menstrual abundante.[4]

    Una vez que se ha identificado la causa y se está llevando a cabo el tratamiento, la anemia por deficiencia de hierro suele ser reversible con la reposición de hierro, que generalmente incluye el uso de suplementos de hierro y fuentes de hierro (consulta el cuadro a continuación).

    Se debe evaluar el estado del hierro antes de comenzar la administración de suplementos de hierro, ya que la sobrecarga de hierro puede aumentar la incidencia de enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades crónicas y causar daño a las personas que portan el gen de sobrecarga de hierro.[1]

    Iron Is Vital for Many Processes in the Body
    Fuentes alimenticias

    Hay dos tipos de hierro en la dieta: el hierro hemo (de origen animal) y el hierro no hemo (de origen vegetal). Se ha demostrado que la forma hemo tiene una biodisponibilidad más alta que la forma no hemo.[1] Además, se sabe que el ambiente ácido del estómago y ciertos alimentos aumenta la biodisponibilidad del hierro que se obtiene a través de la dieta.[2] La pauta para la ingesta de hierro recomendada es de 18 g para las mujeres entre 19 y 50 años. [6]



    Fuentes de hierro hemo
    AlimentoPorciónHierro% de la pauta
    Almejas100 g28 mg155%
    Hígado de cerdo100 g18 mg100%
    Riñón de cordero100 g12 mg69%
    Ostras cocidas100 g12 mg67%
    Calamar100 g11 mg60%
    Hígado de cordero100 g10 mg57%
    Pulpo100 g9.5 mg53%
    Mejillón100 g6.7 mg37%
    Hígado de res100 g6.5 mg36%
    Corazón de res100 g6.4 mg35%

    Fuentes de hierro no hemo
    AlimentoPorciónHierro% de la pauta
    Soja250 ml9.3 mg52%
    Judías amarillas crudas100 g7 mg39%
    Lentejas250 ml7 mg39%
    Falafel140 g4.8 mg27%
    Granos de soja250 ml4.7 mg26%
    Semillas de ajonjolí tostado30 g4.4 mg25%
    Spirulina15 g4.3 mg24%
    Raíz de jengibre confitado30 g3.4 mg19%
    Espinaca85 g3 mg17%

    Suplementos de hierro

    Hay muchos suplementos dietéticos de hierro disponibles, y existe una gran variación entre ellos con respecto a la dosis, la absorción y los efectos en el sistema gastrointestinal. Existen formas de suplementos de hierro que tienen una mejor biodisponibilidad que otras; por ejemplo, el hierro ferroso tiene una biodisponibilidad más alta que el hierro férrico. Además, otras formas tales como el hierro hemo o complejos de polisacárido-hierro pueden tener menos efectos secundarios gastrointestinales (por ejemplo, estreñimiento, náuseas).


    Consejos importantes para tomar hierro
  • La absorción de hierro (especialmente la forma no hemo) mejora al tomar vitamina C con la fuente de hierro
  • La absorción se reduce al consumir alimentos ricos en taninos, como el café o el té negro, casi al mismo tiempo que la fuente de hierro
  • Los suplementos de hierro pueden ser más efectivos cuando se toman a una hora del día separada de suplementos que contienen vitamina E, calcio, magnesio o zinc, o medicamentos como antiácidos, ya que la absorción de hierro depende del ácido estomacal que se agota con estos medicamentos.[1]