El síndrome premenstrual
Las hormonas son moléculas de señalización esenciales en el cuerpo, pero pueden crear un dolor extremo e incomodidad en las mujeres si se desequilibran. El síndrome premenstrual (SPM) ha sido tema de chistes durante muchas décadas. Sin embargo, este síndrome puede ser realmente devastador para quien lo sufre, sus relaciones y su carrera profesional. Los síntomas del síndrome premenstrual afectan entre el 50 y el 70 por ciento de todas las mujeres.[1] Es una causa importante de ausentismo laboral y puede manifestarse con una amplia gama de síntomas diferentes. Muchas condiciones y factores preexistentes que los médicos suelen pasar por alto intervienen en el desarrollo del síndrome premenstrual. Esto se debe a que el SPM es tan común que las mujeres piensan que es normal. El SPM no es normal.
Síntomas del SPM
Se podría escribir un libro completo sobre los diferentes síntomas asociados con el síndrome premenstrual, porque son diferentes para cada mujer. Los síntomas pueden ir de libido alterada y calambres uterinos hasta hinchazón, estreñimiento y diarrea. Con mayor frecuencia, los síntomas incluyen dolores de espalda, retención de líquidos, senos hinchados y sensibles, fatiga extrema e insomnio. Muchas mujeres indican que tienen brotes en la piel y acné en los días previos a su período, y que a menudo desaparecen cuando comienza la menstruación.
Una característica distintiva del SPM siempre ha sido los cambios de humor. El mal humor, la ansiedad, la irritabilidad y la depresión se han asociado constantemente con el síndrome premenstrual, así como la dificultad para controlar estos estados de ánimo y arrebatos de ira. Cuando los síntomas relacionados con el estado de ánimo se vuelven extremos, a menudo se le denomina trastorno disfórico premenstrual (TDPM).[2]
Causas del SPM
El síndrome premenstrual a menudo está relacionado con una dieta deficiente, altos niveles de estrés y falta de ejercicio, lo que resulta en un desequilibrio hormonal en el cuerpo. Con bastante frecuencia, una cantidad excesiva de estrógeno en el cuerpo o una cantidad insuficiente de progesterona provocarán estos síntomas. Esto puede verse agravado por una digestión inadecuada, desequilibrios de la tiroides y nutrientes insuficientes.
Digestión inadecuada
En la medicina tradicional china, el hígado es el órgano responsable en gran medida del síndrome premenstrual y el ciclo menstrual. Controla el movimiento de la sangre y es responsable de los sentimientos de frustración e irritabilidad. En la medicina occidental, el hígado desintoxica la sangre y elimina el exceso de hormonas y productos de desecho. Si el síndrome premenstrual se ha relacionado con un exceso de estrógeno, se debe investigar la salud del hígado y se debe incluir algún apoyo para la congestión hepática.
Ocurre algo similar en el tracto gastrointestinal; el intestino a menudo puede congestionarse y provocar una sobrecarga de desechos y exceso de hormonas. Debido a que las hormonas son moléculas solubles en grasa, necesitan ser excretadas mediante el procesamiento de grasa, que es a través de los intestinos. Si el estómago y el intestino delgado digieren los alimentos de manera inadecuada, el intestino tiene un poco más de presión para reabsorber la mayor cantidad de agua posible y eliminar los desechos. Antes de pasar a lo que causa un desequilibrio de estas hormonas, debemos asegurarnos de que nuestra vía de eliminación esté abierta y despejada.
Desequilibrios de la tiroides
Todas las glándulas endocrinas principales están conectadas a través del eje hipotalámico y pituitario, entre ellas la tiroides, las glándulas suprarrenales y los ovarios. Cuando hay un desequilibrio en un área del cuerpo, otro órgano trabajará más duro o soportará el impacto para suministrar nutrientes donde más se necesita. Este es un aspecto fantástico y frustrante a la vez de la homeostasis. A corto plazo, el cuerpo puede compensar un desequilibrio, pero a la larga, comenzará a drenar los recursos de otro órgano y causará un problema de salud mucho más complejo. Eventualmente se hace difícil saber dónde comenzó el problema.
Los desequilibrios de la tiroides son comunes en las mujeres y siempre están relacionados con cambios en la temperatura corporal, el metabolismo y el estado de ánimo. El hipotiroidismo a menudo se manifiesta en forma de aumento de peso, baja temperatura y ánimo decaído, mientras que el hipertiroidismo generalmente se presenta en forma de pérdida de peso, aumento de la temperatura corporal y mayor ansiedad. Independientemente de si es hipertiroidismo o hipotiroidismo, un desequilibrio en la hormona tiroidea está fuertemente asociado con el síndrome premenstrual, los quistes ováricos, el sangrado menstrual abundante y los calambres muy dolorosos.[3]
Nutrientes insuficientes
Hay una gran cantidad de nutrientes y suplementos que una mujer podría considerar si padece SPM. Muchos de ellos pueden ayudar a reducir los síntomas del síndrome premenstrual, pero muy pocos son responsables de causarlo en primer lugar. Las deficiencias en magnesio, vitamina B6 y hierro pueden ser factores importantes que contribuyen al síndrome premenstrual. Las mujeres con síndrome premenstrual tienden a tener dietas altas en azúcares refinados y carbohidratos, que a menudo no son los alimentos que te aportan estos nutrientes esenciales.
Si bien la vitamina B6 y el magnesio ayudan a reducir los síntomas del síndrome premenstrual, el hierro es crucial para lograr un ciclo menstrual saludable. Anemia es el término que se usa para describir un bajo número de glóbulos rojos en el cuerpo. Debido a que los glóbulos rojos transportan oxígeno por el cuerpo, la anemia limita la cantidad de oxígeno disponible para los músculos, órganos y de allí en adelante, para los tejidos.
La deficiencia de hierro es la forma más común de anemia. Para las mujeres, esta forma de anemia se debe probablemente a la pérdida de sangre durante el ciclo mensual, pero también a la menor cantidad de hierro que consumen en sus dietas. Más del 57% de las mujeres no obtienen hierro adecuado en sus dietas. Se requieren 20 mg de hierro al día, pero la mayoría consume menos de 10 mg a través de los alimentos.[4] Esta necesidad cambia durante el embarazo o con base en factores que incluyen la edad, la intensidad del ejercicio y una restricción dietética (dieta vegana o vegetariana).
Las mujeres que toman suplementos de hierro y aún tienen niveles bajos de hierro en los análisis de laboratorio deben pedir que examinen su absorción de nutrientes. El hierro no es un nutriente suave para el tracto gastrointestinal y en realidad solo debe consumirse en forma de suplemento si alguien tiene una deficiencia. Con esto volvemos al punto que mencionamos anteriormente de que una digestión inadecuada puede dar lugar a una insuficiencia de nutrientes que conducen al desarrollo del SPM.
El SPM rara vez es el único factor que causa molestias a una mujer durante su ciclo menstrual. Las afecciones preexistentes o afecciones relacionadas pueden causar un mayor dolor en los días previos al ciclo, pero también alrededor de la ovulación.
Enfermedad fibroquística de las mamas
La enfermedad fibroquística de las mamas (FBD, por sus siglas en inglés) es una afección no cancerosa del tejido mamario en la que el líquido linfático queda atrapado en espacios pequeños y se encapsula. Esto produce pequeños bultos en el tejido mamario que no cambian de tamaño o forma y pueden existir durante muchos años. Estos quistes pueden hincharse antes y durante la menstruación, causando dolor que puede variar de leve a intenso. Debido a que se ven afectados por el aumento y la disminución de las hormonas femeninas, generalmente comienzan a desaparecer después de la menopausia.
De manera similar al síndrome premenstrual, los senos fibroquísticos están relacionados con un exceso de estrógeno o baja progesterona. Este desequilibrio en la proporción de estrógenos y progesterona puede deberse a un nivel alto estrés, a la terapia de reemplazo de estrógenos o al consumo excesivo de estrógenos en la dieta. Si bien la FBD se desarrolla fuera del ciclo menstrual, debido al momento en que causa dolor, a menudo se le considera un síntoma del SPM.
Quistes en los ovarios
Los quistes ováricos son mucho más comunes y discretos que los quistes mamarios, pero funcionan de la misma manera. Cada mes hay una producción de folículos en la primera mitad del ciclo ovárico, que maduran y liberan progesterona. Si el óvulo no se fertiliza, el proceso comienza nuevamente el próximo mes. A veces, no se libera el óvulo del ovario y, por lo tanto, no aumenta la progesterona. La liberación continua de estrógeno hace que los quistes continúen desarrollándose en su saco y crezcan más y más.[5]
Los quistes pueden crecer mucho en respuesta al estrógeno elevado. Algunas mujeres pueden notarlos y sentirlos, otras ni siquiera saben que existen. Cuando se rompe un quiste ovárico, puede ser realmente doloroso y probablemente haya que acudir un hospital. Sin embargo, a menos que haya un chequeo físico de un médico que incluya un examen pélvico y una ecografía, los quistes generalmente no se detectan.
Durante el ciclo mensual, los quistes pueden crear dolor en la ovulación y en los días previos al siguiente período. Debido a que todo en la parte inferior del abdomen se hincha con el flujo de hormonas, hay más presión sobre el quiste ovárico, lo que produce aún más dolor. Dado que los quistes generalmente desaparecen después de la menopausia, es necesario hacer una investigación completa de los quistes o bultos que se desarrollan en esa etapa.
Tratamiento del SPM
Un plan de tratamiento del SPM debe ser individualizado y específico con base en los antecedentes familiares, los niveles hormonales y el estilo de vida de cada persona. Lo que tienen en común todos los factores del SPM que mencionamos aquí es un alto nivel de estrógenos y un nivel bajo o insuficiente de progesterona. Cuando tenemos demasiado estrógeno y no podemos eliminarlo, comienza a causar más problemas. Sin considerar ninguna vitamina o suplemento, se puede lograr un cambio significativo en el equilibrio hormonal simplemente con dieta y ejercicio.
Al limitar la cantidad de azúcares refinados y carbohidratos, podemos reducir la inflamación en el cuerpo asociada con el aumento de los cólicos menstruales. Los productos lácteos y la carne a menudo se tratan con hormonas y antibióticos, luego los consumimos y aumentan nuestros propios niveles de estrógenos. Elegir con cautela la carne que consumimos puede marcar una gran diferencia en un corto período de tiempo.
Más allá de la dieta, sabemos que el estrógeno se almacena en el tejido adiposo y que al hacer ejercicio movilizamos las reservas de grasa. Esta es una excelente forma de desintoxicar el exceso de estrógenos del cuerpo, así como de mejorar el ánimo y aumentar la masa muscular. Por último, no se puede ignorar el efecto del estrés sobre los niveles hormonales. Tomarnos tiempo para nosotros mismos, encontrar algo de paz y tranquilidad y reducir los niveles de estrés puede mantener nuestras hormonas equilibradas sin ningún medicamento.
Referencias
1 Direkvand-Moghadam, A., et al. “Epidemiology of Premenstrual Syndrome (PMS)—A Systematic Review and Meta-Analysis Study.” Journal of Clinical and Diagnostic Research, Vol. 8, No. 2 (2014): 106–109.
2 Thielen, J.M. “Premenstrual Dysphoric Disorder. Different from PMS?” Mayo Clinic. https://www.mayoclinic.org/diseases-conditions/premenstrual-syndrome/expert-answers/pmdd/faq-20058315 · Posted 2018-11-29. · Posted 2018-11-29.
3 Vanderhaeghe, L.R. “Premenstrual Syndrome,” (p. 83–86) In: An A-Z Woman’s Guide to Vibrant Health: Prevent and Treat the Top 25 Female Health Conditions, Preferred Nutrition, 2004, 144 p., ISBN 978-0973429725.
4 Vanderhaeghe, L.R. “Anemia,” (p. 11–14) In: An A-Z Woman’s Guide to Vibrant Health, op. cit.
5 Vanderhaeghe, L.R. “Ovarian Cysts,” (p. 70–74) In: An A-Z Woman’s Guide to Vibrant Health, op. cit.