Redefinición de los enfoques a la menopausia - Qué esperar y qué opciones hay disponibles para el tratamiento

La mayoría de las mujeres pasan toda su vida esperando que termine su ciclo menstrual. “¡No más incomodidad!”, exclamamos, pensando que este momento glorioso será el final de todos nuestros desequilibrios hormonales, dolores de cabeza, problemas de la piel, hinchazón, cambios de humor y, por supuesto, el riesgo de embarazo. Pero a medida que pasa el tiempo y comienzan a aparecer nuevos síntomas, la preocupación ahora puede ser: “¿Estoy pasando por el cambio, o es otra cosa?”. Esta preocupación es excepcionalmente válida, ya que los síntomas de la menopausia pueden extenderse más allá de los típicos sudores nocturnos y sofocos.

Entonces, ¿cómo se define la menopausia? El sentido tradicional de la palabra “menopausia” indica el final de la ventana fértil, el momento en que los ciclos menstruales se detienen y los niveles de estrógeno disminuyen. Esto puede comenzar a los 40 años y extenderse hasta los 60 para algunas mujeres, el mejor indicador es la edad a la que la madre entró en la menopausia, pero por supuesto los factores del estilo de vida pueden influir mucho en esta edad.

Toda mujer está entrenada para estar en sintonía con su cuerpo, y el más mínimo cambio puede hacer que nos quedemos despiertas toda la noche preguntándonos qué está pasando. Una mujer en la etapa de pre-menopausia notará un estrógeno en constante disminución en los análisis de sangre, y tal vez ningún otro síntoma. La educación es el objetivo más importante para cualquier médico que trabaje con una mujer pre-menopáusica. La recopilación de información sobre la edad de la menopausia de la madre, el historial familiar de cánceres sensibles a los estrógenos y las herramientas de manejo del estrés son imprescindibles para un enfoque integral de la atención médica.

Una mujer se considera peri-menopáusica cuando comienza a experimentar síntomas tales como sofocos y sudores nocturnos. Algunas mujeres notan que sus ciclos menstruales son más frecuentes y luego se suspenden repentinamente por un par de meses. A veces, el flujo puede volverse más pesado o alternar entre manchas y pesadez.

Los análisis de sangre son la forma más objetiva de determinar si una mujer está en la menopausia. Cuando los niveles de hormona luteinizante (LH) y la hormona foliculoestimulante (FSH) comienzan a aumentar, junto con una disminución constante de los niveles de estrógenos, se realiza un diagnóstico.^[1]

Muchas mujeres nunca experimentan sofocos o sudores nocturnos, pero pasan por una transición de otros síntomas. Los signos discretos más comunes de la menopausia incluyen pérdida de la memoria, pensamiento borroso, sequedad vaginal, fluctuaciones del estado de ánimo, depresión, ansiedad e insomnio. El cabello y la piel sufren sus propios cambios, a menudo se vuelven más secos y frágiles. La disminución del estrógeno puede aumentar la tasa de pérdida ósea, lo que hace que la mujer sea más susceptible a la osteoporosis y a fracturarse fácilmente.

El manejo y los objetivos de salud para la menopausia variarán dependiendo de dónde esté la mujer con respecto a sus niveles de estrógeno. La fase de la pre-menopausia es el lugar ideal para comenzar a abordar la historia familiar y tener herramientas para equilibrar las hormonas. Mientras más trabajo se haga para mejorar la dieta y establecer una rutina de ejercicio regular, dormir y hacer la digestión durante esta fase, estará mejor preparada cuando los síntomas de la menopausia entren en acción. Dicho esto, muchas mujeres con estilos de vida saludables aún experimentan síntomas importantes, y hay mujeres con patrones menos saludables que no experimentan ninguno. La genética es la culpable de al menos parte de esto, pero cuanto más podamos hacer para controlar nuestros factores de estilo de vida, mejor estaremos en general.

A menudo, una visita a un médico naturopático no se convierte en una necesidad imperativa hasta que una mujer está completamente inmersa en la menopausia y experimenta síntomas que están afectando su vida cotidiana. En este punto, las fluctuaciones hormonales pueden crear un desorden complicado de síntomas que involucran el estrógeno, la progesterona, la hormona tiroidea y nuestra hormona del estrés, el cortisol. El manejo requiere un poco de trabajo detectivesco para descubrir dónde comenzar y qué vía hormonal se debe influenciar. Se han creado numerosos cuadros para simplificar esto, así como una variedad de análisis de orina y sangre que pueden ayudar a descubrir cómo se metabolizan las hormonas. Una de mis pruebas favoritas es la prueba de hormonas DUTCH (Prueba de orina seca para hormonas integrales) de Precision Analytical, porque proporciona un diagrama de flujo que simplifica los resultados tanto para los médicos como para las pacientes. En base a estos resultados, se puede usar una amplia gama de hierbas, vitaminas, micronutrientes y antioxidantes para cambiar los patrones hormonales y proporcionar alivio a corto y largo plazo.

Es importante recordar que la menopausia es una transición saludable y natural, y que el objetivo del tratamiento nunca es revertir el proceso. De hecho, el hecho de tener niveles elevados de hormonas durante períodos prolongados de tiempo puede tener consecuencias peligrosas. El sistema médico convencional ha proporcionado a las pacientes la opción de la terapia de reemplazo hormonal (TRH), que proporciona niveles más bajos de estrógeno y progesterona para mantener los niveles sanguíneos. Ciertos grupos familiares con un mayor riesgo de cánceres sensibles al estrógeno no deberían utilizar este enfoque, ya que los riesgos superan con creces los beneficios.[2] Sin embargo, reemplazar los niveles de hormonas puede ser beneficioso para aquellas mujeres con síntomas importantes que afectan su vida diaria. La terapia de reemplazo con hormonas bioidénticas (BHRT, por sus siglas en inglés) ha entrado en juego en los últimos años como una fuente natural de hormonas proporcionadas por médicos naturopáticos mediante el uso de cremas tópicas. Independientemente del método elegido, todas las pacientes que reciben terapia hormonal deben hacerse controles frecuentes para detectar niveles elevados de hormonas; enzimas del hígado; y nuevos síntomas como sangrado, calambres y secreción anormal.

Como se mencionó anteriormente, el primer lugar para comenzar es siempre con la dieta y la digestión. Estos son las bases fundamentales de la salud, y sin la adecuada digestión y absorción de nutrientes, no podemos causar ningún impacto en las hormonas. La normalización de la digestión incluye identificar y eliminar las fuentes de hinchazón, gases y acidez estomacal, al tiempo que se regulan las deposiciones completas. Esto incluye determinar si sensibilidades alimenticias, ya sea mediante el uso de pruebas de sensibilidad a los alimentos o siguiendo una dieta de eliminación antiinflamatoria específica para la paciente. En mi experiencia, la eliminación del gluten, el alcohol, la cafeína y la carne roja ha tenido un efecto profundo en la reducción de la frecuencia y la intensidad de los sofocos, lo que permite que la mayoría de las mujeres tengan un sueño más reparador. Sin embargo, este cambio de alimentación no es una tarea fácil, y requiere apoyo en términos de recetas e ideas de planificación de comidas.

Sabemos que lo que ponemos en nuestros cuerpos determina cuán bien puede funcionar, pero lo que eliminamos de nuestros cuerpos es igualmente importante para mantener una buena salud. Las hormonas son moléculas solubles en grasa, lo que significa que les gusta ser almacenadas en el tejido adiposo. También son fácilmente reabsorbidas dentro del cuerpo. Esto significa que, si la digestión es lenta y alguien tiende al estreñimiento, el exceso de hormonas que normalmente se excreta puede reabsorberse en la sangre y acumularse en la circulación. El ejercicio es el medicamento antidepresivo, antiinflamatorio, anticanceroso y antiobesidad más potente que hay en la actualidad. La capacidad de quemar tejido graso libera hormonas almacenadas, y cuando emparejas eso con un hábito intestinal regular, la eliminación de hormonas innecesarias puede ser exitosa. La sudoración también es una forma efectiva de eliminación a través de la piel, pero si eres una de esas personas a las que le cuesta mucho sudar, pregúntale a tu médico si los tratamientos de sauna son adecuados para ti.

Muchas hierbas se utilizan para equilibrar las hormonas y prevenir las fluctuaciones rápidas que causan los sofocos. Algunas de las hierbas más comunes incluyen el cohosh negro y el ñame silvestre. Sin embargo, estas hierbas no están indicadas para todas y aún deben usarse con precaución. A continuación, se encuentra mi lista de hierbas y apoyos para los síntomas de la menopausia:

• El regaliz es conocido por apoyar las glándulas suprarrenales y la producción de cortisol. Dado que el cortisol juega un papel importante en la determinación de los niveles de progesterona en el cuerpo, el manejo de las glándulas suprarrenales y su producción de hormonas puede reducir los síntomas de la menopausia.


• Dong quai es una hierba que se utiliza comúnmente en la medicina tradicional china para equilibrar la sangre, regular el ciclo menstrual y apoyar los órganos reproductivos. Se usa más comúnmente en combinación con otras hierbas y ha demostrado tener éxito en la reducción de la intensidad de los sofocos.^[3]


• Maca (el polvo de raíz) es una hierba con afinidad por el sistema endocrino y las glándulas productoras de moco. Se ha utilizado tradicionalmente en América del Sur para tratar las irregularidades menstruales, el desequilibrio hormonal y, con mayor frecuencia, la sequedad vaginal. Sin embargo, a menudo no muestra su efectividad hasta por lo menos un mes de uso regular.^[4]


• El trébol rojo también se usa en combinación con otras hierbas que equilibran hormonas. Esta hierba específica contiene dos estrógenos a base de plantas llamados genisteína y daidzeína, que también se encuentran en los productos de soja.[5] Se debe tener precaución en las mujeres con antecedentes familiares de cánceres sensibles a estrógenos.
• La hierba de San Juan a menudo tiene una mala reputación debido a sus efectos sobre las enzimas hepáticas y su capacidad para alterar el metabolismo de otros medicamentos. Para aquellas que no toman ningún medicamento, esta hierba puede resultar extremadamente eficiente y efectiva para controlar la depresión, la ansiedad y el insomnio durante la menopausia. He descubierto que es mejor usarla en combinación con otras hierbas equilibradoras del estado de ánimo y con apoyo suprarrenal como la rodiola, y ambas se pueden encontrar en forma líquida o en tabletas.
  

Más allá de esta lista, hay muchas más opciones de ayudas herbales y nutricionales para el manejo de todos los desequilibrios hormonales. La belleza de la medicina naturopática es la capacidad de individualizar un plan de tratamiento y determinar un protocolo herbal específico para la genética, el estilo de vida y los síntomas de cada persona. La menopausia a menudo se considera una transición temible debido a la incomodidad que experimentan muchas mujeres. Con el apoyo y el manejo adecuados, es posible que se convierta en un momento que muchas mujeres puedan superar con facilidad.