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La ansiedad: un enfoque integrador

Español

 

El estrés de los últimos dos años ha creado una epidemia de ansiedad. En 2021, las tasas de desórdenes de ansiedad entre la población de los EE. UU. se estimaron en 19,1% para el año pasado y 31,1% en ocurrencia a lo largo de la vida, que se refiere al número de personas que alguna vez hayan tenido la enfermedad en algún momento de su vida. Según el Estudio de sondeo de los hogares del Censo de los EE. UU. la ansiedad moderada a severa, alcanzó puntos máximos durante la pandemia, aumentando 6,9% en comparación con 2019. Pero, ¿a qué nos referimos con ansiedad? ¿Y cómo la evaluamos a través de pruebas de laboratorio y la tratamos con cambios en el estilo de vida y suplementos?

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La ansiedad, a nivel psicológico, puede ser causada por varios factores, un historial de eventos traumáticos, aumento en las responsabilidades en el hogar o trabajo, aislamiento, patrones de pensamientos negativos habituales, o tendencias genéticas y heredadas.
La ansiedad también es causada por respuestas fisiológicas a factores fisiológicos, un área que no se valora lo suficiente y contribuye a sus orígenes y sobre la que estamos aprendiendo más. Algunos de estos factores pueden incluir el descontrol de la glucosa en sangre, padecimientos físicos tales como trastornos cardíacos o tiroideos, la dieta estadounidense típica (baja en fibra), aumento del consumo de azúcar, y bajo consumo de proteínas.
Dado que los síntomas de la ansiedad pueden originarse en aspectos psicológicos y fisiológicos, es importante entender que la mayoría de estos factores se pueden modificar. Veamos cómo diagnosticar la ansiedad, y qué medidas de estilos de vida y suplementos pueden utilizarse en un plan de tratamiento.

Cómo evaluar la ansiedad

Como médicos, es vital que consideremos el problema de ansiedad actual del paciente y otras condiciones subyacentes. Es posible que alguien acuda a nosotros con una “ansiedad” que es en realidad el síntoma de un trastorno subyacente, tal como el síndrome de estrés postraumático (PTSD, por sus siglas en inglés) o el síndrome de abstinencia por drogas. Los síntomas de la ansiedad pueden ser causados por la abstinencia de alcohol, marihuana, y varios medicamentos prescritos, junto con otra cantidad de sustancias, o puede también ser un síntoma asociado con una enfermedad. La ansiedad puede ser también un síntoma normal; sin embargo, si la molestia es demasiada para que la persona pueda soportarla, entonces buscará ayuda.

Un instrumento de análisis útil para evaluar el trastorno de ansiedad generalizado (GAD, por sus siglas en inglés), es el ampliamente estudiado GAD‑7. Puede ser bastante útil tener en el consultorio una copia del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM, por sus siglas en inglés) más reciente para orientarse con respecto a un plan de tratamiento antes de seguir evaluando, o para referir al paciente a un especialista. Hay que tener en cuenta que, aunque los diagnósticos de salud mental no los realiza un médico naturopático (ND, por sus siglas en inglés) en muchas jurisdicciones, ellos pueden actuar como un proveedor de atención primaria para ayudar a identificar lo que es normal versus lo patológico, o lo que dificulta el funcionamiento de un paciente. Por ejemplo, si el caso de un paciente incluye síntomas de un trastorno obsesivo-compulsivo, reducir los niveles de ansiedad naturalmente puede disminuir la sintomatología, pero una evaluación completa y un plan de tratamiento más complejo que incluya a otros proveedores de atención médica podría ser necesario. Esto puede incluir psicólogos, enfermeros, o psiquiatras, dependiendo de la naturaleza de la ansiedad y las tendencias de comportamiento, junto con el acceso a la atención de salud.

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Con respecto a los exámenes con muestras de sangre, hay varias pruebas de laboratorio comunes que están asociadas con la ansiedad, incluyendo:

  • B12: bajos niveles de vitamina B12 están relacionados tanto con la ansiedad como con la depresión. 6
  • La función de la tiroides puede afectar los niveles de ansiedad, pues se sabe que el hipertiroidismo y las condiciones asociadas a menudo aumentan los niveles de ansiedad. Chris Kresser, un reconocido profesional de la medicina funcional, aborda los rangos óptimos de TSH, T3, y T4 para asegurar que la función anormal de la tiroides quede descartada, la cual puede ser una potencial causa física de la ansiedad. 7
  • Glucosa en plasma sanguínea: la hipoglicemia puede contribuir al aumento en los niveles de ansiedad y por lo general, se evalúa durante un episodio hipoglisémico. La hipoglicemia reactiva, que ocurre tras una comida en lugar de durante un ayuno, es otro factor a considerar y puede evaluarse mediante una prueba de tolerancia a la glucosa./li>
  • Vitamina D: muchos estudios sugieren una asociación entre bajos niveles de vitamina D y un aumento de la ansiedad, junto con otras consideraciones de salud mental. 8
  • Ferritina y hemoglobina: muchas fuentes sugieren que existe una conexión entre los niveles de hierro y los niveles de ansiedad. 9

Otros exámenes funcionales que pueden ordenarse incluyen:

  • Los desequilibrios en los niveles de flora intestinal pueden contribuir tanto con la ansiedad como con la depresión. 10
  • Una compañía que ofrece paneles bien elaborados del microbioma de los intestinos usa una forma especializada de tecnología de secuenciación para analizar e informar sobre la bioquímica de microbioma intestinal de una persona. 11
  • James Greenblatt, un médico líder en psiquiatría integradora en los EE. UU., examina la relación entre la deficiencia de magnesio y la ansiedad, haciendo énfasis en el análisis de las pruebas de magnesio en los glóbulos rojos si se llegara a presentar síntomas al momento. Los síntomas clínicos de deficiencia de magnesio pueden ser insomnio, ansiedad, irritabilidad, y estreñimiento. Si alguien tiene dos de estos cuatro síntomas, se puede presumir que una prueba de magnesio sería bastante útil. 12

Las pruebas funcionales de genética pueden ser una herramienta útil para establecer los factores de las causas raíces y para crear planes de tratamientos individualizados y focalizados. Se ha comprobado que las predisposiciones genéticas se relacionan con distintas causas de la ansiedad y con diferentes intervenciones de tratamientos.

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Genética: ¿Cuánto se puede predecir?

¿Acaso los genes juegan un papel en nuestra tendencia hacia la ansiedad? La empresa DNA Company ha estado investigando este tema. La empresa ha descubierto, aún en sus etapas iniciales, algunas correlaciones detalladas desde ahora. Esta información, aunque no sea una cura mágica para la ansiedad, puede aportar algunas explicaciones clínicas, lo que puede ayudar a validar las preocupaciones del paciente o dar motivación para así seguir optimizando la salud mental. ¡Algunas personas pueden sentirse aliviadas sabiendo que todo está en sus genes, y que no todo está en su cabeza!

  • COMT es un gen que codifica para la enzima COMT, que metaboliza los neurotransmisores. Aquellos con la variante lenta de COMT han sido descritos como “aprensivos” versus las variantes COMT rápidas que se asocian más comúnmente con la actitud “guerrera” para afrontar las dificultades y los desafíos. Aquellos con COMT lento también tienden a tener una mayor respuesta a la noradrenalina, uno de nuestros mayores neurotransmisores, incrementando la respuesta de ansiedad, lo que lo hace más proclive a las tendencias obsesivo-compulsivas. Aproximadamente el 20–30% de los caucásicos de origen europeo tienen esta variante. 14
  • ADRA2B es un gen asociado con la sensibilidad de vinculación de la noradrenalina, con variantes por debajo de lo óptimo que producen un incremento en los temores y por lo tanto una respuesta de ansiedad. Estas variantes más sensibles también pueden incrementar los recuerdos de eventos negativos y hacer que las personas que las padecen sean más susceptibles al PTSD. 16
  • 5HTTLPR es un gen asociado con la secreción y la recaptación de serotonina, donde las variantes por debajo de lo óptimo pueden conducir a un aumento de la irritabilidad, la respuesta de miedo y la sensibilidad al estrés.
  • BDNF es un gen responsable de codificar los factores neurotrópicos derivados del cerebro (BDNF, por sus siglas en inglés), lo cual ayuda al cerebro a recuperarse de un trauma físico o emocional. Se ha demostrado que aquellos con variantes por debajo de lo óptimo se inclinan a prestar más atención a la amenazas sociales y tienden a ser introvertidos y neuróticos.

Con todo esto debe mencionarse que estas asociaciones no han sido validadas del todo, y que el campo de la genómica funcional aún se encuentra en sus inicios.

Las intervenciones en los estilos de vida pueden ser una poderosa herramienta, particularmente en el manejo de la ansiedad a largo plazo. La ansiedad no está tan solo “en tu cabeza”, sino también en tu cuerpo, y escuchar eso puede ser un alivio para algunas personas atrapadas en un ciclo de culpa e impotencia al enfrentarse a su condición.

Sueño

El sueño es sumamente importante para mantener la salud cognitiva, y las personas que sufren de ansiedad y depresión deberían plantearse como objetivo tener no menos de siete horas de sueño por noche. Una evaluación sistemática y un metaanálisis de los efectos de la falta de sueño sobre los niveles de ansiedad demostraron que la falta de sueño, ya sea total o parcial, inducirá un estado de mayor ansiedad en las personas, sin importar si están predispuestos a ella. 19

Dieta

Los médicos clínicos, dentro de la creciente comunidad de la medicina funcional, están trabajando con los efectos que la dieta tiene en la salud mental y la ansiedad. La Dra. Allison Allott es una médica naturopática con un enfoque en la salud mental, quién ha estudiado el efecto específico del descontrol del azúcar en la sangre en la ansiedad en su consulta durante los últimos 15 años, y ella ha formulado evidencia clínica, basada en la fisiología, que sostiene que la velocidad a la que nuestra azúcar en la sangre aumenta y disminuye puede tener un efecto dramático en nuestros niveles de ansiedad (p. ej., el índice glicémico de los alimentos). Basándose en la respuesta fisiológica, la incorporación de proteínas, incluso sin reducir los carbohidratos, reducirá el descenso glicémico y, según la amplia experiencia clínica de la Dra. Allott, también reducirá la respuesta de ansiedad. Su primera recomendación para los pacientes con ansiedad es comer dentro de la primera hora tras despertarse y consumir una cantidad individualizada de proteína cada tres horas. Ella recomienda plantearse como objetivo consumir aproximadamente 70 gramos de proteína por día, y para pacientes que tienen una dieta alta en carbohidratos, ella no sugiere eliminarlos, dado que incrementar el consumo de proteínas será con frecuencia suficiente para reducir la severidad de los síntomas. 20

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Ejercicio

Ejercitarse puede ayudar a reducir la ansiedad de varias maneras. El Dr. John Ratey, un psiquiatra de la Universidad de Harvard, ha puesto un gran énfasis en su carrera en estudiar los efectos positivos del ejercicio en distintos resultados de salud mental. A la hora de tratar la ansiedad, los individuos estudiados mediante un metaanálisis que estaban en la categoría de “mucho ejercicio” estaban mejor protegidos contra los efectos debilitantes de la ansiedad que aquellos que estaban en la categoría de “poco ejercicio”. En lugar de enfocarse en el tipo y la cantidad específicos de ejercicios, él concluye que es más importante elegir factores como los ejercicios que disfrutes, trabajar para aumentar las pulsaciones del corazón, y ejercitarse en la naturaleza o con otros de una forma social. 21

Suplementos

Lavanda

Una evaluación sistemática y un metaanálisis en red (NMA, por sus siglas en inglés) se llevó a cabo para estimar el efecto ansiolítico del aceite de lavanda ingerido, usando la Escala de Ansiedad de Hamilton (HAMA, por sus siglas en inglés), con resultados que revelan un efecto estadísticamente significativo de 160 mg de aceite de lavanda oral versus un placebo, un medicamento de la clase de inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (SSRI, por sus siglas en inglés), y una benzodiazepina. El valor p del efecto fue 0,05 y se consideró estadísticamente significativo. La lavanda se usa cada vez más en la consulta médica, tanto en cápsulas orales comestibles como a través del uso de aceites esenciales de lavanda difuminados.

Ashwagandha

La ashwagandha, una medicina tradicional que se ha usado por siglos en la medicina ayurvédica, fue analizada en un estudio prospectivo, aleatorizado, doble ciego y controlado por placebo, demostrando una significativa reducción en los niveles de ansiedad y estrés al compararse con el placebo. El grupo de tratamiento que recibió la ashwagandha de alta concentración mostró una significativa reducción en los puntajes de varias escalas de evaluación de estrés (p < 0,0001), y los niveles de cortisol sérico se redujeron sustancialmente (p = 0,0006). 23

Inositol

El inositol se ha estudiado por sus efectos reguladores de las hormonas y la insulina en las mujeres con síndrome de ovario poliquístico (SOP) y problemas de fertilidad, pero sus efectos en la salud mental y la ansiedad pueden considerarse también. Un ensayo doble ciego, controlado y cruzado de inositol versus fluvoxamina para el tratamiento del trastorno de pánico fue asociado con una reducción significativa en los síntomas de ataques de pánico. El inositol redujo la cantidad de ataques de pánico por semana en cuatro, comparado con una reducción de 2,4 con la fluvoxamina (p = 0,049). Se detectaron mejoras en la ansiedad generalizada. 24

A medida que la ansiedad y los problemas de salud mental aumentan en la población, se ha vuelto cada vez más importante comprender tanto el aspecto psicológico como el fisiológico. Los estilos de vida y la medicación pueden tener efectos de largo alcance en el manejo de la ansiedad. Equiparnos junto con nuestros pacientes con las mejores herramientas e información es la forma más poderosa de ocuparnos de los cuidados médicos en el sensible ámbito de la salud mental.