Mas allá de la vitamina D

Introducción

La luz solar ha sido una parte integral de la evolución humana y del desarrollo de la vida en este planeta. La luz solar provee energía para el crecimiento de las plantas, las cuales nos proveen alimentos, refugio y varias herramientas. También es esencial en la regulación de las estaciones. En consecuencia, se ha vuelto un componente necesario de la vida tal y como la conocemos. Desde la perspectiva fisiológica humana, la luz solar es una buena fuente de vitamina D. Existen múltiples sugerencias acerca de que si usted no está expuesto a la luz solar, entonces debe consumir suplementos de vitamina D. Sin embargo, la luz solar tiene muchos otros mecanismos fisiológicos asociados, no sólo el suplemento de vitamina D. Este documento abordará algunos de estos mecanismos, así como los efectos positivos y negativos de la luz solar, y algunas estrategias para protegerse del sol.

La vitamina D3, también conocida como calcitriol, es la forma más activa de la vitamina D. Actúa como una hormona esteroidea muy potente que tiene múltiples funciones en el organismo, donde entran efectos inmunomoduladores (por ejemplo balancear las respuestas inflamatorias), la regulación del crecimiento e influenciar la diferenciación de células epiteliales. Puede que esto tenga muchos beneficios, como la inhibición del cáncer y la disminución de la inflamación en la enfermedad de Crohn. Puede que también tenga ciertos impactos negativos, tales como la depresión de las defensas contra patógenos a través de alguna de sus cualidades inmunosupresoras. ^[1].

Aunque frecuentemente se usa la Vitamina D como sinónimo de luz solar, es probable que la luz solar también afecte otros mecanismos. Un estudio encontró que la exposición solar, sin vitamina D, aumentaba la fatiga y la depresión en personas con esclerosis múltiple. También se ha demostrado que la misma radiación ultravioleta encontrada en la luz solar inhibía la desmielinización e inflamación de la columna vertebral en modelos de animales con encefalomielitis autoinmune experimental. Esto ocurre independientemente de la vitamina D al alterar otros factores tales como la quimiocina CCl5 ARNm de la columna vertebral y los niveles proteicos, así como la supresión de la IL10 en la piel y el bazo.^[4].

Puede que la luz solar también tenga la capacidad de suprimir el síndrome metabólico y la obesidad, tal y como fue demostrado en estudios con ratones. Sin embargo, la suplementación con vitamina D no obtuvo los mismos resultados. Este estudio encontró que la radiación ultravioleta inducía otros mecanismos tales como el óxido nítrico el cual conducía a la supresión de la obesidad y el síndrome metabólico. Es interesante pensar que, si la luz solar afecta directamente el efecto del óxido nítrico, existan otros múltiples beneficios que pueden darse a través de este mecanismo. El óxido nítrico también es el responsable de otras acciones en el cuerpo, tales como la función plaquetaria, la inflamación, la vasodilatación y la percepción del dolor.^[6].

Un gran estudio de cohorte de prospectiva de las mujeres en el Estudio De Salud de Agricultura, encontró que un aumento en la exposición a la luz solar estaba asociado con una disminución del riesgo de padecer cáncer de mama. Este estudio también indico que la exposición en grandes periodos de tiempo puede tener mayores efectos protectores. También se encontró que la vitamina D, aun mediante suplementación, no parecía tener un rol en la disminución del riesgo de cáncer de mama.^[7].

La luz solar tiene la capacidad de dañar la piel de muchas maneras. Sin embargo, también promueve múltiples respuestas adaptativas que, tanto por la vitamina D como por otros mecanismos, pueden ayudar a mitigar este daño. Las respuestas asociadas con la vitamina D pueden ayudar a disminuir el daño al ADN inducido por la luz solar. Otros mecanismos como la melanina, la cual es producida por los melanocitos en respuesta al daño por la radiación ultravioleta causado por la luz solar, aumentan la pigmentación de la piel. Esta es una respuesta protectora natural. Sin embargo, algunas personas tienen la tendencia de quemarse y no de broncearse, como en aquellos de piel clara, pecas y cabello rubio/rojizo, y por tanto, no es probable que las respuestas protectoras sean tan efectivas para todas las personas.

La exposición a la luz solar también puede producir muchas otras respuestas locales. En estudios que utilizaban cultivos de células de piel aisladas, se demostró que los rayos ultravioleta B pueden estimular muchos factores neuroendocrinos locales, tales como la liberación de la hormona corticotropina, la propiomelanocortina, el ACTH, la beta endorfina, la via glucocorticolidogenica y los receptores de glucocorticoides. Se han observados cambios dependientes en la longitud de onda en casi todos los aspectos de las funciones del eje hipotálamo-hipofisario de la piel, lo cual indica que la radiación ultravioleta puede coordinar mecanismos homeostáticos en la piel a través de la estimulación mediante varias respuestas neuroendocrinas ante el estrés. ^[10].

Del mismo modo, la luz solar tiene la habilidad de regular varios ritmos corporales. El cuerpo humano se sincroniza con la luz, al ajustarse a su ritmo, duración, intensidad, longitud de onda y patrón de exposición. Este ajuste funciona mejor cuando sigue un patrón de luz natural (por ejemplo incluye un periodo crepuscular, en lugar de ciclos abruptos entre encendido y apagado). Las señales se reciben por vía de células y fotoreceptores de retina periféricos, las cuales mandan señales hormonales al “reloj maestro” en el cerebro, el núcleo supraquiasmático. Se ha determinado que este ajuste influencia los niveles de cortisol, lo cual es importante, debido a que el cortisol es un factor importante en la regulación de la homeostasis. ^[13].

No se recomienda la exposición en exceso a la luz solar debido a que puede tener efectos perjudiciales. Es considerada la causa principal de cáncer de piel, especialmente cuando está asociada a quemaduras solares, y cuando la exposición a la radiación ultravioleta es intermitente e intensa. La luz ultravioleta producida por los rayos solares también ha sido asociada a otros múltiples cambios físicos, tales como la inflamación, alteraciones en la cicatrización de las heridas y daños al ADN.^[9].

Si alguien ha tenido más de 5 quemaduras solares en su vida, el riesgo de Melanoma se duplica, y las quemaduras múltiples durante la infancia están asociadas con un aumento en el riesgo de la aparición del Melanoma durante la adultez joven. A pesar de la promoción de ropa protectora, protectores solares, etc., la prevalencia de las quemaduras solares no ha disminuido. Esto indica que estas estrategias protectoras no están siendo utilizadas adecuadamente/apropiadamente. Los datos holandeses sugieren que los habitantes locales están bien adaptados al clima Holandés, pero cuando este patrón cambia, hay un aumento continuo en cuanto a cáncer de piel. Este cambio va generalmente desde una disminución de la exposición diaria regular, hasta una exposición intermitente. ^[15].

En ciertos climas, está limitado el acceso a la luz solar durante los meses de invierno lo cual conlleva a una disminución en la exposición solar sobre la piel, en el ángulo de radiación solar y menos horas de luz solar, por tanto, la exposición a la luz solar puede no ser la adecuada. En consecuencia, a menudo se usan las camas de bronceado, especialmente durante los meses de invierno a causa de la disminución estacional de la luz solar.

Las camas de bronceado han demostrado algunos beneficios, como la capacidad de incrementar los niveles de vitamina D así como mejorar otras funciones como la presión sistólica sanguínea. También, debido a que las camas de bronceado utilizan radiación ultravioleta, puede que se presenten muchos de los otros beneficios antes mencionados.

La luz ultravioleta emitida por el sol es dividida en tres categorías: Ultravioleta A (UVA), ultravioleta B (UVB) y ultravioleta C (UVC). La luz ultravioleta obtenida a través del bronceado es predominantemente UVA (95-99%) y UVB (1-5%). A pesar de que las camas de bronceado pueden tener algunos beneficios, tanto la UVA y la UVB han demostrado poseer efectos carcinogénicos, al igual que la luz solar. Parece que las camas de bronceado pueden estar asociadas con el desarrollo del Carcinoma de Células Escamosas, y con un aumento del riesgo de Melanoma. Había más riesgo de desarrollar Melanoma cuando se realizaban más de 10 sesiones en la cama de bronceado. Tampoco hubo diferencias en cuanto a la asociación antes o después del año 2000, lo cual sugiere que puede que las camas de bronceado más nuevas no sean más seguras que los modelos más antiguos. ^[19].

Se han promovido varias estrategias para ofrecer protección ante los efectos dañinos de la luz ultravioleta, como la campaña Slip-Slop-Slap de inicio de los 80’ (ponerse una camisa, protector solar y un sombrero). La protección ante el exceso de los rayos ultravioleta es importante para prevenir las quemaduras solares, lo cual, como mencionado antes, está en relación con un riesgo elevado de padecer cáncer de piel. También es aconsejable evitar el uso en exceso de las camas de bronceado, debido a que se han relacionado con un aumento del riesgo de padecer cáncer. Así mismo, una estrategia importante son las revisiones regulares en pro de la detección temprana del cáncer de piel. ^[14].

Puede que sea beneficiosa la exposición regular a los rayos solares, a pesar de lo antes discutido, las exposiciones intensas e irregulares que terminan en quemaduras pueden ser altamente perjudiciales. Por tanto, la protección es importante. Esto puede incluir vestir ropa protectora y usar protectores solares. El uso regular de protectores solares parece disminuir el riesgo de cáncer de piel, además, estudios indican que no parece inhibir los beneficios de la luz solar sobre la salud, como la disminución del riesgo de cáncer de mama. Parece que una cantidad adecuada de luz solar puede penetrar el protector solar y producir vitamina D. Sin embargo, se requiere de más investigación para evaluar si los otros mecanismos fisiológicos, que son promovidos por la luz solar, se ven afectados por el uso de protectores solares

También pueden existir algunos efectos adversos asociados con el uso del protector solar. Estudios en animales indican que ciertos compuestos de los protectores solares pueden promover la toxicidad de desarrollo/reproducción así como alterar el eje hipotálamo-hipófisis-tiroides. Por tanto, es necesaria mayor investigación en esta área para asegurar que los protectores solares usados son seguros.

Muchos productos naturales y sintéticos disponibles pueden ayudar a mitigar el daño inducido por rayos ultravioletas con la potenciación de enzimas antioxidantes. Los antioxidantes pueden incluir el alfa-tocoferol, el ácido ferúlico, el flavangenol, la floretina, el ácidolipóico y el ácido úrico, las carotenoides solubles en lípidos, la vitamina C y varios derivados flavonoides de las plantas. En consecuencia, los productos y los protectores solares que contienen estas y otras sustancias relacionadas pueden ser de beneficio en la protección contra el daño inducido por los rayos ultravioleta.

Como se comentó anteriormente, la vitamina D es un aspecto importante de la exposición a la luz solar y tiene muchos beneficios fisiológicos. La suplementación puede ser especialmente relevante para las personas en latitudes norte, quienes tienen mayor riesgo de padecer deficiencias asociadas con una exposición menor a la luz solar. Sin embargo, la vitamina D también puede tener efectos negativos, la suplementación debería ser aplicada bajo la guía de un médico. A pesar de que la vitamina D a menudo es referida como un substituto a la luz solar, parece haber muchos otros mecanismos involucrados en la exposición a la luz solar.

En general, parece que nuestro entendimiento de los beneficios de la luz solar es limitado. También es obvio que no todos tienen la misma tolerancia a la luz solar, y por tanto pueden estar más propensos a sus efectos. Hablar con su médico puede ayudarlo a desarrollar estrategias para protegerse del sol para maximizar los beneficios y minimizar los daños.