La diabetes tipo 2 - Dieta, ejercicio y suplementos

Introducción

La diabetes tipo 2 es una condición en la que el cuerpo no produce suficiente insulina o no es sensible a la insulina que se produce. Debido a que se necesita insulina para conducir la glucosa a muchas de las células del cuerpo, su insuficiencia lleva a un estado de hiperglucemia crónica (azúcar elevada) en la sangre. Los primeros signos de hiperglucemia incluyen la polidipsia (aumento de la sed), la poliuria (aumento de la micción) y la polifagia (aumento del apetito). A medida que la diabetes progresa, se pueden producir complicaciones como la neuropatía periférica, la nefropatía (enfermedades renales), la retinopatía (enfermedades oculares), un aumento de la susceptibilidad a las infecciones, las enfermedades cardiovasculares (como apoplejía y ataques cardíacos) (1). Los factores de riesgo para la diabetes incluyen la edad avanzada, pertenecer a ciertos grupos étnicos, la falta de actividad física, un estilo de vida y hábitos alimenticios inadecuados, los antecedentes de diabetes gestacional, enfermedades cardiovasculares previas, el síndrome de ovario poliquístico, los trastornos psiquiátricos (incluida la depresión) y la obesidad.

En Canadá, se prevé que la cantidad de personas diagnosticadas con diabetes aumentará a 3.7 millones para el año 2019 (1). La diabetes mal controlada puede provocar complicaciones como ceguera, amputación de extremidades y enfermedad renal en etapa terminal. Muchas de estas complicaciones conducen a un aumento de la necesidad de servicios de atención médica y de asistencia tanto de la sociedad como de los cuidadores.

Para diagnosticar la diabetes se requieren análisis de sangre. Se pueden usar varios para hacer este diagnóstico: la glucosa plasmática en ayunas (≥7,0 mmol / l), la hemoglobina glucosilada o HbA1c (≥ 6,5%) o la glucosa plasmática a las dos horas después de una toma de glucosa de 75 g, llamada también Test de tolerancia a la glucosa (OGTT de dos horas) (≥ 11,1 mmol / l). Incluso se puede usar una glucosa plasmática aleatoria (≥11,1 mmol / l), pero se debe usar otra prueba para confirmar el diagnóstico.

Una parte esencial del control de la diabetes es el control glucémico. Controlar significa tratar de reducir la HbA1c a ≤ 7% para la mayoría de los pacientes con diabetes, aunque se puede considerar una meta de ≤6,5% para una población específica que necesite disminuir el riesgo de enfermedades renales u oculares. Sin embargo, en aquellos con esperanza de vida limitada, un alto nivel de dependencia funcional, enfermedad cardíaca severa, afecciones crónicas múltiples o que no pueden controlar la hipoglucemia, se puede considerar un objetivo de 7,1% a 8,5% (2). Cualquier plan de manejo integral para la diabetes debe incluir: intervenciones integrales de dieta y estilo de vida; monitoreo de enfermedades y ajuste de medicamentos; prevención del avance de la enfermedad y complicaciones; y educación y empoderamiento del paciente a través de la atención médica por parte de un equipo de diversos profesionales de la salud (2).

Una parte esencial de la regulación de la diabetes es la dieta y el ejercicio. Una de las dietas más estudiadas para la diabetes y la salud cardiovascular es la dieta mediterránea. Esta dieta promueve altas cantidades de verduras y frutas, fuentes de proteínas que provengan principalmente del pescado, algunos carbohidratos complejos (legumbres, semillas, nueces, cereales o granos integrales), bajo consumo de carne roja, el uso de grasas monoinsaturadas (como el aceite de oliva virgen extra) y el consumo moderado de vino tinto. La dieta mediterránea no solo ayuda a las personas que la adoptan a reducir su riesgo de desarrollar diabetes, sino que también puede reducir la HbA1c, reducir el colesterol, disminuir la presión arterial, reducir el riesgo de muerte y además, ayudar a las personas diagnosticadas con diabetes a usar menos medicamentos (3,4). Al reducir el contenido de carbohidratos de la dieta mediterránea para que menos del 35% de la dieta provenga de los carbohidratos (y solo con los de bajo índice glucémico), se puede reducir la HbA1c aún más y promover una mayor pérdida de peso.

La actividad física no tiene que ser intensa. Cualquier tipo de actividad (incluso caminar tranquilamente) puede tener beneficios para la salud (5,6). La clave es mantenerse activo casi todos los días de la semana. Caminar de dos a cuatro horas por semana, incluso sin un aumento en la frecuencia cardíaca, puede reducir la mortalidad. Sin embargo, puedes reducir la mortalidad aún más elevando la frecuencia cardíaca al 50-85% de tu frecuencia cardíaca máxima (calculada entre un 50-80% de 220 menos tu edad). Incorporar ejercicios de resistencia a un régimen de ejercicios tiene beneficios adicionales. El ejercicio de resistencia puede ayudar a reducir la HbA1c, reducir el colesterol, disminuir la presión sanguínea y ayudar a desarrollar masa muscular magra (que es más efectiva para quemar grasa).

Se ha demostrado que algunos suplementos ayudan a disminuir la HbA1c y el colesterol. La canela a dosis de 360 mg por día, cuando se suma a la medicación antihiperglucémica, puede reducir la HbA1c en casi un 1% (7). También puede reducir el colesterol total en 0.87 mmol / L y reducir los triglicéridos en 1.6 mmol / L. El cromo en dosis de 200 μg por día puede reducir la HbA1c en un 0,55% (8). La Gymena sylvestre a dosis de 250 mg dos veces al día puede reducir la HbA1c en un 1% (9). Aumentar la ingesta dietética de magnesio o tomar un suplemento de 365 mg por día puede disminuir significativamente la HbA1c hasta en un 3,5% y la glucosa en ayunas hasta en 4.8 mmol / L (este resultado es más probable en aquellos con deficiencia de magnesio) (10). Se cree que el mecanismo de acción del magnesio es que aumenta la sensibilidad del cuerpo a la insulina. La curcumina longa a dosis de 150 mg dos veces por día hasta 1,5 g por día puede reducir la glucosa en ayunas hasta en 1,3 mmol / L y la HbA1c hasta en un 0,75% (11)

La diabetes es una condición común presente en todo el mundo. Su manejo adecuado puede reducir la necesidad de consultas médicas frecuentes y las hospitalizaciones, disminuir diversas complicaciones médicas y también reducir el riesgo de muchas otras enfermedades, incluidos los ataques cardíacos y los accidentes cerebrovasculares. La clave para el manejo de la diabetes es adoptar una dieta saludable como la dieta mediterránea e incorporar el ejercicio a tu rutina diaria. Un médico naturópata puede ayudarte a implementar estos cambios. Algunos suplementos también pueden ayudar a disminuir los marcadores de salud importantes, como la HbA1c y el colesterol. Es importante hablar con tu médico naturópata para analizar cuál es la dosis correcta para ti y asegurarte de que tus niveles de glucosa estén adecuadamente controlados.